El pescador y El triton

Tropical

Levi pensó en llevar a Eren al que consideraba el mejor lugar para estar con él, y relajarse. Además en aquel lugar tenía todo lo que pensó les podría gustar a ambos, aunque sus lugares favoritos eran las tranquilas aguas cerca de las solitarias playas a las que solo unos cuantos lugareños iban de vez en cuando.

Así solo le dijo a Eren que confiara en él y cerrara los ojos. Entonces tomo su mano y lo llevo a través de pasadizos y grietas que Poseidón había creado y habilitado como portales, hasta que llegaron al lugar favorito de Levi en Hawái. Se trataba de las aguas cercanas a la playa que los humanos conocían como Kaihalulu. Entonces le pidió a Eren que abriera los ojos.

Eren parpadeo varias veces antes de poder ver con claridad lo que tenía enfrente, aunque si había sentido el cambio de la temperatura en el agua pues ahora era más cálida y acogedora.

—Es un lugar hermoso. —dijo Eren asombrado, al ver la playa de arena rosada, casi roja y la vegetación que había alrededor de esta, además las aguas en las que se encontraba eran particularmente claras y cálidas. Giro varias veces admirando todo lo que había a su alrededor mientras que Levi no se cansaba de observarlo pues notaba que sus ojos tenían múltiples tonalidades de verde y parecían tener vida propia.

— ¿Te gusta? —Pregunto Levi susurrando a su oído.

—Me encanta, pero, ¿por qué me has traído aquí?—

—Pues porque necesitaba estar contigo en un hermoso y tranquilo lugar, para poder decirte que me enamore de tus hermosos ojos, desde el primer instante en que los vi, cuando me salvaste de esas redes y vivimos juntos decidí que quería pasar toda mi vida contigo. Pero no estaba seguro de que tú quisieras lo mismo, ahora he decidido confesártelo, porque deseo que te quedes conmigo definitivamente, ¿entonces qué dices, quieres ser mío por siempre? —pregunto Levi mirando a Eren a los ojos esperando por su respuesta.

Eren había sentido como su piel se erizaba y su corazón sabía que quería lo mismo que el de Levi por lo que sin pensarlo más le respondió:

—Sí, quiero— fue lo único que Eren alcanzó a decir pues enseguida Levi lo había abrazado y había comenzado a besarlo lenta y suavemente, tenían todo el lugar para ellos por lo que podían disfrutar el momento.

Así los besos y caricias fueron subiendo de intensidad hasta que Levi comenzó a sentir algo que llevaba bastante tiempo sin sentir, intento reprimirse pues sabía que era muy pronto y no quería apresurar las cosas ni presionar a Eren.

Pero entonces mientras la espalda de Eren estaba apoyada contra el caparazón de una tortuga una visita inesperada llego.

— ¡Chicos ya sé que fue lo qué pasó!—

Hange había llegado al lugar, Por lo que Levi y Eren abandonaron el caparazón de la tortuga y fueron con ella.

— ¿Cómo supiste que estábamos aquí? —Pregunto Eren.

—Hay pues porque a Levi le gusta mucho este lugar y sabía que si algún día tenía a alguien tan especial lo traería aquí—

—Bien y que era eso tan importante que tenías que decirnos, que no podías esperar a nuestro regresó. —Levi interrumpió a Hange antes de que revelara algún secreto. No porque no quisiera que Eren los conociera, sino porque él pensaba contárselos a su debido tiempo.

—Huy que mal genio Levi, pero ya encontré la razón del porque Eren es una sirena y no un tritón. Mi teoría surgió después de revisar el cadáver del pez al que le quitaste su órgano luminoso. Ya que este pez era hembra lo que quiere decir que antes del castigo de Poseidón aquel pez fue una sirena, así que cuando usamos la linterna del pez en el amuleto le asignamos a Eren la cola de una sirena y no la de un tritón.

La parte buena es que tienes todas las funciones de una sirena... Hay ya quiero ver a sus bebés seguro serán hermosos y no te preocupes Eren, yo sé que no se ve igual al de un humano pero estoy segura que Levi será cuidadoso—

— ¡Hange! —Grito Levi mientras sentía como el calor se apoderaba de su rostro.

—Solo digo la verdad considera que Eren no ha visto uno de Tritón—

— ¡Hange! —Volvió a gritar

—Entonces tú y el ¿ya?—

— ¡HANGE!—

—Lo siento, lo siento, no hablare más, Eren no te pongas nervioso y relájate, estoy segura que te va a gustar. —

—Ya vete, que no tienes cosas que investigar en tu laboratorio. —

—Sí, sí, ya se, me voy, no molestare más. —Hange se alejó de ellos y nado de regreso a su laboratorio, a continuar con sus investigaciones, mientras que Eren y Levi continuaron disfrutando de las cálidas aguas.

De nuevo la espalda de Eren estaba sobre el caparazón de una tortuga aún más grande que la anterior, mientras que Levi presionaba su cuerpo contra el suyo y Eren se aferraba a la espalda de Levi clavando ligeramente sus uñas, mientras correspondía a cada uno de los besos que Levi le iba dando, algunos suaves, otros dulces, apasionados y mientras esto ocurría entendió a lo que Hange se refería con "no es igual al de un humano" pues el pene de los tritones se mantenía oculto la mayor parte del tiempo, pero era mucho más grande y se abría a la mitad según lo que estaba observando ahora.

Eren no podía quitarle la vista de encima y entonces Levi se sintió un tanto apenado.

—Si quieres lo dejamos para después. —dijo mientras volvía a ocultarlo.

—No, espera, ¿puedo tocarlo?—

Levi se desconcertó con las palabras de Eren quien añadió:

"Con las algas sirena yo no tenía uno así, es más, no tenía nada, creo que era completamente estéril"

Levi tomo las manos de Eren — ¿Enserio quieres tocarlo?—

—Si enserio quiero hacerlo. —Respondió con seguridad Eren quien inmediatamente paso su mano buscando la abertura entre las escamas. Sus manos no tardaron mucho en encontrar el camino y comenzar a estimular la zona hasta que Levi dejo de reprimirse y dejo que su miembro saliera, permitiéndole a Eren explorarlo a su antojo. Sentía sus manos bajar y subir una y otra vez con suavidad hasta que un leve suspiro salió de sus labios.

— ¿Te gusta? —Pregunto Eren mientras levantaba la vista para observar el rostro levemente sonrojado de Levi.

—Me encanta, la verdad se sienten muy bien tus caricias—

Levi nunca había sentido algo parecido desde que se convirtió en tritón. Y ahora ambos estaban descubriendo por primera vez que les gustaba y como les gustaba, por lo que pasaron el resto del día explorando el cuerpo del otro mientras el atardecer daba un color más rojizo a las arenas de la lejana playa.