Las palabras sonaron como una ligera amenaza, pero el destello salvaje en los ojos azules de Alexander le hizo creer que bien podía tratarse de una promesa, y las palabras eran importantes para él.
Aun en penumbra, la luz escasa filtrándose por la ventana, Gala podía ver con claridad el rostro del león, tan cerca..., el peso de su cuerpo musculoso resultó ser una distracción y esa mirada, esa expresión, esos rasgos masculinos y esa suave melena rubia... Todo en él reclamaba su atención, y de pronto, sin pensarlo siquiera, se encontró con el hecho de que si se enfocaba en las sensaciones que él provocaba en ella, los recuerdos hirientes comenzaban a desvanecerse.
Este hombre podía hacerle olvidar, aliviar su dolor...
-Alex -susurró su nombre, causando otro destello dorado en sus ojos, y un gruñido bajo cuando acarició su mejilla-. ¿Harías algo por mí?
Él no dudó un segundo en responder:
-Lo que sea.
Había una intensidad profunda en su voz, ecos de rabia en sus ojos. Su instinto protector ardiendo por ella, como una llamarada brillante. Gala presionó sus dientes contra su labio inferior, todavía se sentía vulnerable, pero de una forma diferente. Aunque sabía que este hermoso hombre haría todo para complacerla, no estaba segura sobre cómo tomaría la brutal necesidad que estaba inundando su cuerpo.
Estas nuevas sensaciones, nunca las había experimentado antes, la corta lista de amantes que tenía sólo le enseñaron a contenerse, a mantenerse en guardia para no terminar con sangre en sus manos cuando la oscuridad gritaba rabiosa la orden asesina en su interior.
Y ahora..., ahora esa oscuridad se mantenía acechando, Alexander había visto esa parte de ella, había conocido lo que fue capaz de hacer al perder el control.
¿Seguiría pensando en ella como una compañera?
Gala temía la respuesta, pero odiaría más si se quedaba sin hacer nada. Viendolo alejarse cómo los demás.
Quería saber de qué forma la miraría a partir de ahora.
-Hazme olvidar -logró decir, su voz pesada y espesa por la angustia y la incertidumbre.
Alexander se tensó.
Agradeció no tener que dar más detalles, ni responder preguntas, porque con solo encontrar sus ojos fue suficiente para que él entendiera a lo que se estaba refiriendo. Este león que sabía como pensaba, como sentía...
De forma precavida se acomodó mejor junto a ella, un brazo junto a su cabeza, sus piernas encerrándola. Con cuidado, llevó su mano libre a su cabello, el pulgar trazó círculos pequeños y suaves en su mejilla.
Aún con esa sedosa suavidad felina, las notas de oscuridad todavía dominaban sus ojos. Como un oleaje violento que solo ella podía entender.
-¿Estás segura? -Dudó.
Gala asintió. Estaba dispuesta a rendirse a una parte íntima y peligrosa, la parte de su vida a la que se había cerrado completamente para proteger a los demás. Ella era un peligro latente que podía hacer mucho daño si perdía el control. Sin embargo, ahora comprendía mejor las cosas, el refuerzo sobre las cadenas de su oscuridad violenta debía resistir, estaba segura de que las imágenes no aparecerían para atormentarla y desnudar sus colmillos, porque quien estaba junto a ella no era cualquier hombre.
Era Alexander, y confiaba en él. Fue ella quien gritó en su mente esta vez, para hacer retroceder la oscuridad.
Robaría este momento y lo usaría entonces contra el dolor de los recuerdos.
ESTÁS LEYENDO
Beso de Hielo (Serie Gold Pride 2)
WerewolfLa enfermera de Gold Pride se encuentra rodeada por el pasado, en el corazón de su clan de procedencia y con un descarado león rubio como única compañía. Gala necesita salir de ahí, antes de romper sus promesas. El cocinero de la coalición está muy...