Capítulo 17

323 38 4
                                    




Metal y sal, el inconfundible olor llegó para golpear su mente con violencia, rasgar las emociones que giraron por su cuerpo, tan intensas que por un momento demasiado largo le ganaron la batalla a la oscuridad violenta de ella. Ambos se quedaron inmóviles, Gala abrió los ojos, el olor demasiado débil como para indicar algo serio, pero estaba ahí en el aire y ella lo había causado. Sin embargo el león que la abrazaba no mostró señales de dolor, y al abrir los ojos Gala encontró una delgada línea roja en su cuello, sus largas garras expuestas.

Le había rasguñado con una de ellas, el movimiento involuntario le asustó, pero no le sorprendía, incluso una parte de su mente le advirtió lo que podía ocurrir si le dejaba ir más allá, esa reacción inconsciente apareció cuando sintió la aspereza de sus grandes manos tocando la piel de su espalda baja, su corazón dio un vuelco dentro de ella, el de Alexander estaba en la misma condición y ni siquiera el fuerte sonido de la lluvia podía sofocarlos.

Gala ocultó las garras sin saber qué decir, su mente estaba en blanco, segundos antes había girado con un recuerdo que volvió a lastimar de nuevo. Como cada vez que un hombre la tocaba, ella volvía a ese momento, golpes, sangre y dolor giraban en un remolino agresivo con bordes violentos, entonces se desconectaba por completo, y el precio para los demás eran heridas de menor o mayor gravedad. Los dientes y las garras eran un signo normal de desconexión en los cambiantes, una señal que significaba una ligera perdida de control sobre sí mismos, y era algo de esperar, algo bueno verlos salir entre dos amantes.

Pero Gala no veía nada bueno en perder el control, porque una vez lo había hecho y el resultado le dejó huellas demasiado profundas.

La línea roja en el cuello de Alexander era un indicador de alerta sobre eso, Gala no debía permitir que continuara con esto o podría lastimarlo de una forma irreversible, y no quería hacerle daño. Pensar en eso era incluso más horrible que los recuerdos, en un segundo se llenó de imágenes, sus manos cubiertas de sangre, la sangre de este león que tocaba todos sus botones para hacerle reaccionar...

-Esto no debe repetirse -murmuró, y su voz se sintió más áspera de lo que habría esperado, Gala tenía la garganta pesada.

Pasó un dedo por la línea roja, ignorando que Alexander continuaba observándole con ojos dorados de león, hambrientos. El rasguño no necesitaba de cuidados adicionales, podía sanar por sí mismo, sin embargo verlo alimentó el temor dentro de ella.

Su osa sopló aire, y se enfrió al pensar que esto era demasiado absurdo, ¿Como había sido capaz de perder los estribos de esta manera? Entonces volvió a ver la media sonrisa de Alexander y quiso gruñirle de nuevo.

-Estoy muy cómodo así.

No retiró sus manos, pero tampoco quiso continuar su camino como lo había indicado con su primer movimiento, antes de que sus garras salieran. Si tan solo pudiera disminuir los golpes de su corazón tal vez podría hacerse ver más real y seria, pero el calor de Alexander derretía cualquier intento.

El contacto de piel con piel nunca fue una necesidad para ella, no lo necesitó durante sus años de soledad, tampoco en la coalición, donde mantenía la cordura sobre sus instintos gracias al soporte de Patrick en donde era arrastrada a sus fuertes brazos argumentando que no podía huir del contacto y la protección del Alfa.

Pero desde que oficializó su relación con Tanya, Gala había acudido menos al soporte de Patrick, su temperamento era mucho más difícil de controlar por sí misma, pero era mejor a que su osa le diera gruñidos por acercarse a un cambiante con pareja.

El contacto nunca fue un problema tan evidente como ahora, había herido a sus anteriores parejas y usó eso para alejarlos por su propio bien, no dolía tanto como ahora, cuando su piel ardía y su corazón se apretaba y quería gritarle al león que huyera para salvarse de su oscuridad...

Beso de Hielo (Serie Gold Pride 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora