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Los agobiantes gritos de dolor, resonaban por todo el edificio.
A las afueras de Roppongi, dos jóvenes hermanos, se encontraban golpeando a un hombre.

Ran y Rindou Haitani, aquellos jóvenes poseían y gobernaban todo Roppongi. Eran temidos por todos, y pobre del diablillo que se intentara pasar de listo.

Ran, hermano mayor, con tan solo 18 años de edad y Rindou, el menor de tan solo 17 años de edad.

— Por favor!! Se los suplico!!— Lloraba aquella víctima —Juro que les pagaré, lo juro!!— Este tipo había hecho cierto negocio con ellos, pero al no pagarles y fallar, estos se vieron en la necesidad de darle una lección a este.

El crujido de huesos rompiéndose resonaron nuevamente, junto con los gritos de dolor. Rindou era conocido por romper los huesos de sus víctimas, disfrutaba hacerlo.

Mientras que Ran, golpeaba al hombre con su bastón, él joven de trenzas, era conocido por llevar consigo, un bastón, con el cuál golpeaba a sus rivales.

— Les daré a mi hija, les daré a mi hija!!!!— gritaba —Por favor!! Ella les será de utilidad!!!— Los sollozos de que aquel hombre molestaban a Rindou.

— Puedo seguir rompiendole los huesos?— pregunto el menor.

Ran hizo una seña a su hermano de que esperara —Y de que nos servirá?— Creo que algo de eso, había interesado al de trenzas.

Ran hizo una seña a su hermano de que esperara —Y de que nos servirá?— Creo que algo de eso, había interesado al de trenzas

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— Cuando dijo que tenía una hija, creí que se refería a una adolescente— Una pequeña venita resaltó de la frente de Rindou.

— Al menos me alegra que lo hayamos matado— Suspiro.

Una pequeña niña de 8 años, estaba sentada en el pavimento, ahí esperando a su padre o a su madre.

— Por lo que se, su nombre es T/N T/A— comento el de lentes.

Tanto Ran como Rindou, se acercaron a la pequeña. La pequeña niña los miro de arriba hacia abajo.

— Hola niña, tu padre nos dijo que te recogieramos— La pequeña risa de Ran, transmitía más irá que felicidad.

"Maldito viejo" pensó el de trenzas.

— Estas loco si crees que caeré, no caeré en tu juego, mi padre, me dice que no hable con extraños— "Que niña tan más irritante" pensó el de lentes.

— Entonces cómo estas hablando con nosotros? — Cuestiono el mayor.

Los cachetes de la pequeña se inflaron; una sonrisa de superioridad apareció en los labios de Ran.

— Y bien? Que estas esperando?? Vamos a casa, si?— Rindou estiró su mano hacia la pequeña.

— No quiero, esperaré a que mi padre llegué— La niña se había cruzado de brazos, se acomodo mejor en el pavimento y se quedó ahí.

Te criare (Ran x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora