Capítulo 8: Golpe de amistad

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Observó como Douma salía de la farmacia con una bolsita de papel, se veía feliz y con unos ojos llenos de lujuria por la acción pervertida que haría en la noche con su pareja. Aquello provocó que Soyama quisiera vomitar.

—¡Gracias por esperar, Akaza-kun! —con una sonrisa, exclamó.

Sonrió lo más falsamente que pudo y sin pensarlo más, levantó su puño y con mucha fuerza golpeó al más alto en el rostro provocando que éste cayera al piso en medio de la banqueta.

De inmediato, el ojiarcoíris se llevó su mano a su rostro para tocarse la herida. Tenía una mirada confusa.

Se levantó, recogió sus cosas y se sacudió la ropa ante una mirada agresiva del pelirrosa. —Akaza-kun... ¡Nunca nadie me había golpeado con tanto sentimiento! —gritó con felicidad dejando al más bajo sin palabra alguna. —¡Presiento que tú y yo seremos mejores amigos!

—¿Qué? —ganas no le faltaban de asesinarlo lenta y dolorosamente. —¿Qué estás diciendo?

—Pero déjame decirte algo, Akaza-kun. —negó con la cabeza. —Tus golpes son muy suaves, tal vez si desarrollaras más tus músculos, golpearías mejor y con más fuerza.

—Tal vez una patada en la mandíbula sería suficiente para sacártela de la cabeza. —habló con ira, ese idiota se estaba burlando de él.

—¡Exacto! —ensanchó su sonrisa. —Pero dado tu nivel dudo que puedas vencerme. —se encogió de hombros. —Pero me alegra que seamos amigos.

No lo entendía, Akaza no comprendía si el arcoíris andante era estúpido o confiaba demasiado en su fuerza. —Estás loco...

—¡Esa es la actitud! —se alegró Douma mientras los dos comenzaban a caminar nuevamente.

Al momento de llegar a la esquina, ambos se detuvieron ya que el más alto debía cambiar de dirección hacia la derecha.

—Fue un placer hablar contigo hoy, Akaza-kun.

—Sí... —Seguía sin creer en la situación que había ocurrido, sin embargo fueron las siguientes palabras de Douma las que provocaron que se tensara.

—Le diré a Kyo-chan que alguien quiere alejarlo de mí. —comentó con un tono leve de malicia.

Abrió sus ojos con sorpresa, ¿Había sido muy obvio?

—Yo. —Akaza agudizó su mirada, de ninguna manera se dejaría intimidar por alguien como Douma no obstante, el mayor no lo dejó continuar.

—No lo malinterpretes, Akaza-kun, nadie en su sano juicio hace muchas preguntas sobre la relación amorosa de alguien si no hay un interés detrás de eso. —se burló. —¿Me equivoco?

—No, no te equivocas. —Akaza regresó la sonrisa burlona.

—Agradezco que sientas ese tipo de amor hacia mí. —se llevó una mano a su rostro mientras derramaba lágrimas de cocodrilo.

—¿Eres idiota o qué? Maldito “Chrome”. —se exaltó el pelirrosa.

Se carcajeó. —Está bien, sé que te refieres a Kyo-chan pero él jamás escogería a alguien como tú. —Miró su reloj. —Oh, mira la hora, debo darme prisa ya que mi adorado NO-VIO me está esperando. —se alejó del lugar dejando a Akaza con las ganas de cometer asesinato en primer grado.

Por el contrario, Akaza respiró profundo y sonrió. —Disfrútalo mientras puedas. —y sin más, se encaminó hacia su hogar.

🔥🌈

Douma entró a su apartamento y fue recibido por Rengoku, éste último al notar la mejilla golpeada de su pareja se acercó velozmente a él y sujetó la zona afectada con cuidado de no lastimarlo.

—¿Qué sucedió, Douma? —estaba preocupado, temía que fuera un golpe de algún tipo “malo”. —¿Te peleaste?

Puso su mano sobre la rubio para sujetarla con suavidad. —No es nada, solo fue mi mejor amigo. —sonrió.

El más bajo se quedó de piedra. —¿Tu mejor amigo te golpeó?

—Sí. —su sonrisa no desaparecía. —Pero es tímido por eso le faltó fuerza.

—Douma... —no lo podía creer, siempre era lo mismo con él cuando ocurrían ese tipo de situaciones.

—No te preocupes, Kyo-chan, no es nada. —dejó las cosas de lado y sin pensarlo mucho, sujetó el rostro de su pareja para besarlo intensamente, quería devorarlo en ese momento y no había nadie que se lo impidiera.

—Douma... —dijo entre besos. Sus piernas comenzaron a flaquear poco a poco hasta que cayó al piso junto con el peliplata. —¿Qué pasa? Se siente diferente.

Asimismo, Douma lo sujetó por los hombros y con algo de fuerza lo empujó hacia abajo hasta que su espalda tocó el suelo.

—Hagámoslo justo aquí y ahora. —susurró Douma en el oído de Kyōjurō a la vez que metía su mano por debajo del pantalón de su pareja para sujetar su órgano reproductivo.

Un pequeño gemido de Rengoku se hizo sonar por el pasillo del apartamento, su respiración cada vez se volvía más agitada y su rostro se tornaba rojo. —Espera... —podía sentirlo, algo andaba mal con Douma y de ser así, no sentía la suficiente comodidad y seguridad para tener relaciones con él.

Sintió una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo cuando Douma acarició su entrada con sus dedos. Abrió sus ojos sorpresivamente e hizo contacto visual con el más alto, sus ojos como el arcoíris estaban serios a pesar de que demostraban amor.

¿Qué había pasado para que Douma reaccionara así?

“Como si fuera a perder contra ti, Akaza” pensó Douma.

🔥❄

—Debí romperle la mandíbula. —habló a regañadientes el joven Akaza al mismo tiempo que se relajaba en la tina llena de agua caliente.

—...Entiendo que estés enojado, hermano... —con el ceño fruncido y con un tic en el ojo, Hakuji expresó. —¡Pero si me vas a contar algo hazlo mientras no estoy haciendo del baño! —gritó enojado sentado en taza del baño. —¡¿Y por qué rayos tienes que estar bañándote ahora?!

—¿De qué te enojas? Tenemos exactamente lo mismo a excepción de... —no pudo terminar porque su gemelo lo interrumpió.

—¡Guarda silencio! —suspiró con fastidio. —Déjame terminar mis necesidades, por favor.

—No entiendo por qué te enojas. —finalizó Akaza.

La condena de la reencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora