꧁ঔৣ☬✞13 ✞☬ঔৣ꧂
Biel Cooperman Evans.
Era tan perfecta.
¿Por qué no podía ser como yo quería?
No pedía mucho, solo quería moldearla a mi antojo. Aunque, a decir verdad, a veces me gustaba como era. No sabia muy bien que era lo que deseaba, solo que la quería a ella.
La observaba al pie de la escalera, escuchaba claramente al Claver intentar volver a dormir a la niña. Eran dos niños, no entendía el porque Viper lo dejaba a cargo de su mocosa, y sin supervisión.
David no sabía controlar su rabia, si llegaba a irritarse demasiado, entonces seria un escenario fatal para ella.
Fruncí el ceño y volví a observar a mi Danya con cuidado, sus hombros estaban tensos y todo su cuerpo al igual. Solía caminar un poco encorvada, según había notado tenia la reciente manía de jugar con sus dedos.
Ella se dio la vuelta, buscando ansiosa algo. Sus ojos recorrían la sala con cautela, su rostro se veía pálido y ojeroso, a pesar de que su color de piel era de un tono marrón claro.
Seguía siendo igual de hermosa que siempre, lo seria así sin importar cuando cambiara a mis ojos. Ella busco por unos largos segundos hasta que dio conmigo. Sus ojos... eran tan hermoso y en ese precioso momento solo me miraban a mí, así tenia que ser por siempre.
Sonreí inconscientemente con arrogancia, era algo que, por más que quisiera evitarlo, se salía de mis capacidades. Ella tragó grueso, su garganta la delato.
—¿Qué me vez? —preguntó tajante.
Esa pregunta me saco una sonrisa diferente, no sabia porque, pero esa actitud me gustaba. Pero también me gustaba que fueran justo como yo las quería. Supuse que debía dejarla ser, ya no debía intentar cambiarla con métodos para nada efectivos. Eran una maldita estafa.
—No me hables así, Dea— murmuré sin dejar de sonreír, no podía dejar de hacerlo.
—¿Qué diablos es Dea?
Me encogí de hombros, pretendiendo no saberlo. Esa palabra significaba Diosa, porque eso era ella para mí, una Diosa.
—¿Tu madre no te enseño a no decir malas palabras?— cuestioné burlón.
Observé con extremo cuidado cada uno de sus gestos, apretó los dientes incomoda y desvió la mirada temblorosa, para luego darse la vuelta sobre el mueble y sentarse bruscamente.
—Al parecer no te enseño una mierda— dije tranquilo acercándome al mueble.
Me acomodé detrás del mueble con las manos sobre él. Lo había notado, ahora fingía cuando estaba cerca de mí. No quería eso.
—No te importa, ¿no tienes personas que despellejar?, no te quiero ver, a decir verdad— parecía haberse olvidado de su estúpida y falsa actuación.
—No, no tengo ganas de estresarme ahora mismo— observé la caricatura, David la había visto una infinidad de veces, no se cansaba de repetirla, se sabia todos y cada uno de sus diálogos.
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MADNESS
Mystery / ThrillerDanya no cree tener ninguna razón por la cual vivir. No haya la pasión en nada. Las cosas que solían gustarle ahora no hacen más que aburrirle y para colmo de males, no desea vivir con el odio que su interior alberga. Por eso toma la decisión de sui...