Park Jimin ama los sábados por dos simples motivos.
1-Nada de clases.
2-Es el único día de la semana en el que puede ver a todos sus amigos al mismo tiempo.Incluso se puede decir que ama la rutina que creo para los sábados, se despierta a las once de la mañana, se queda relajado en su cama unos minutos hasta que toma el valor de levantarse, se da un baño rápido, se viste, desayuna y finalmente sale de casa para reunirse con sus amigos.
A lo largo de los años se convirtió un habito para ellos el encontrarse en el mismo lugar, a la misma hora, en ese lugar que, cuando eran apenas unos niños, nombraron "Guarida de Superhéroes", su súper poder cuando era niño era hablar con los animales, le encantaba poder insultar a sus amigos alegando que es lo que un pajarito le había dicho, ah...que lindos recuerdos.
La verdad es que esa guarida no es más que un galpón que ellos decoraron y usan para reunirse cada vez que pueden.
Esa es su rutina, caminar con tranquilidad las veinte calles que lo separan del lugar de encuentro con sus amigos, pero aún falta un acontecimiento.
Comprar golosinas en el quiosco que queda justo en frente a la guarida de superhéroes.
Con toda la tranquilidad entra en el lugar siendo recibido por el ya familiar aroma a Café amargo del chico que atiende, ese chico...Jimin recuerda que la primera vez que lo vio pudo jurar que su aroma era igual de amargo que él, pero no de mala forma, recuerda haber pensado que ese alfa tenía la mirada más depresiva que haya visto en toda su vida y desde entonces empezó...
...cada sábado le cuenta un nuevo chiste.
Aún recuerda varios de ellos y eso que son bastantes, el primero fue "¿Qué hace una rata con una metralleta? Ratatatatatatattata" el lindo omega aún es capaz de recordar la expresión de completa confusión de ese alfa, y ese fue solo el principio, desde entonces cada sábado decis un nuevo chiste, y cuando su repertorio se acabo empezó a buscar chistes en internet, sin duda se había decidido a hacer reír al chico de mirada triste, pero hasta ahora jamás estuvo si quiera cerca de lograrlo, nunca, ni siquiera un rastro de diversión, absolutamente nada.
Mientras elije las golosinas que va a comprar esta vez siente la mirada del alfa sobre él, ambos lo saben, Jimin va a decir otro de sus estúpidos chistes y el alfa se lo va a quedar mirando con cara de haber olido un pedo bastante apestoso.
Jimin aún es capaz de recordar ese día que llego super confiado, estaba seguro de que ese chiste era el definitivo y es que vamos, era muy bueno "¿Qué dice un ladrón que entra a robar un banco con un gato en la mano? No se muevan o aprieto el gatillo" era genial, hasta él mismo se había reído de su propio chiste y de solo recordarlo vuelve a reír por lo bajo, recuerda haberse sentido un estúpido en cuanto noto al tonto alfa mirándolo como quien mira una rata atrapada en un balde.
Pero aún así Jimin se negó a rendirse, sábado tras sábado iba a comprar golosinas y siempre, sin falta, decía un chiste que causaba que el alfa lo mire como el meme ese de "Patethic"
Termina de escoger las golosinas y finalmente se dirige a la caja para pagar por ellas, el alfa con aroma a café amargo lo recibe con la misma expresión neutra de siempre, pero ambos lo saben perfectamente, si, Jimin va a decir un chiste, pero el omega justo ahora se siente demasiado inseguro, porque a decir verdad no tuvo tiempo en la semana para buscar alguno que realmente sea gracioso.
Pero entonces lo piensa...¿Qué más da? No es como si el estúpido alfa se fuera a reír de todas formas.
Mira al alfa con determinación, el alfa lo mira con indiferencia pura y finalmente, por primera vez desde que viene al quiosco, le habla para algo más que no sea decirle la cantidad de dinero que tiene que darle.
—Bien, dispara.
Jimin apoya sus dos manos sobre el mostrados, se pone en puntas de pies para de alguna forma tratar de quedar a la misma altura del alfa fallando de una forma bastante patética, pero no le importa, él va a decir el chiste.
—¿Cuál es el metal más raro que existe?
El omega, aún parado de puntas de pies, mira al alfa desde arriba en espera de una respuesta que nunca llega, pero no le importa, ya estaba acostumbrado, y yo con todo el orgullo del mundo decide acabar su estúpido chiste.
—El estaño.
Bien, de todos los chistes malos que podría haber elegido realmente se esta arrepintiendo de haber escogido ese, o eso piensa hasta que a sus oídos llega una melodiosa risa que jamás en su vida había escuchado.
Se para con normalidad, sus manos siguen apoyadas sobre el mostrador y sus ojos se fijan en el alfa frente a él, esta riendo...realmente esta riendo.
Jimin se queda congelado en su lugar, de todos los chistes buenísimos que le había dicho se viene a reír por el más estúpido de todos, no sabe si estar sorprendido o ofendido, nunca había llegado tan lejos realmente no sabe que hacer justo ahora ¿Debería decir otro chiste? No...mejor no.
Sabe perfectamente que no tiene que decir más nada en cuanto el alfa lo observa sin borrar esa amable sonrisa de sus labios.
—Gracias, cada vez que venís me haces un poco más feliz.
Bien, Jimin definitivamente no se esperaba eso.
—Oh por dios yo ya empezaba a creer que me odiabas.
Una nueva risa se escapa del alfa causando que Jimin lo mire sin poder creerlo, hace ya casi seis meses que llego a este quiosco por primera vez a comprar golosinas, en seis meses no había sido capaz de hacer reír al chico frente a él ni una sola vez y de pronto lo hizo reír no una, si no DOS VECES.
—Tal vez muera hoy y por eso el universo me esta dando lo que quiero...
—¿Qué?
—¡QUIERO UN MILLÓN DE DOLARES!
Grito el omega elevando sus brazos mientras mira al techo con la esperanza de que alguna manera millones de billetes empiecen a caer sobre él.
El alfa lo miraba completamente confundido, es más, hasta se podía escuchar el "Crick Crick" de algún grillo por el silenció que había de repente.
—Si bueno yo tampoco te quiero, universo.
Y ahí estaba una vez más, la risa del estúpido alfa, tres veces en un día, realmente había puesto la vara demasiado alta, ahora con que chiste magistral tenía que salirle al chico para hacerlo reír más de tres veces.
—Por cierto, un placer soy Jeon Jungkook.
Los ojos de Jimin vuelven a fijarse en el alfa que le sigue sonriendo con amabilidad ¿Será que esta soñando? Porque si es así debería prepararse para la patada que Taehyung va a pegarle.
—Park Jimin, el placer es mío.
Se limita a responder tratando de esconder el hecho de que esta prestando atención a cada detalle, bien, o esto es real, o tiene una imaginación increíble si es que es un sueño.
—Bien, Park Jimin, serían ₩7530.
Ah cierto, las golosinas, piensa el omega en cuanto el alfa le dice la cifra de lo que tiene que pagar, con tranquilidad saca el dinero de su billetera y se lo entrega al chico que le da su vuelto al instante junto a una bolsa con las golosinas que compro.
—Nos vemos el sábado que viene.
Logra escuchar cuando camina hacía la puerta causando que sus pasos se detengan y gire su rostro para observar al alfa una vez más, una gran y hermosa sonrisa se dibuja en sus labios.
—¡Por supuesto!
Responde para finalmente salir de la tienda y cruzar la calle para encontrarse con sus amigos.
Y ahí se queda Jungkook, con una sonrisa en el rostro acompañado de ese olor que no sabe exactamente como describir, tal vez vainilla, tal vez canela, pero el decidió llamarlo "Felicidad"
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EN UNOS MINUTOS SUBO EL SIGUIENTE DE HOY 💛
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Happy [Kookmin Au] 📘
FanfictionEl alfa que atiende el quiosco al que siempre va a Jimin, tiene la mirada más depresiva que haya visto en su vida, por ese motivo cada vez que va le cuenta algún chiste al pasar, jamás vio al chico si quiera intentar sonreir, hasta que un día se ríe...