Era la cuarta vez que sucedía en el mes... apenas unos meses de matrimonio y ya había sufrido varias golpizas por parte de su marido, ese hombre que parecía lindo al inicio después fue posesivo, arrogante... lo era, pero él inocentemente lo confundió por lo que creía era amor.
Sus amigos le habían advertido pero no escuchó, se dejó llevar por la pasión y la ilusión que la persona le había obsequiado. Se sentía tan imbécil, quien diría que menos de un año después estaría viviendo esa pesadilla.
Todo había comenzado con una linda relación, él siempre fue un chico muy popular por su belleza y líneas suaves en su cuerpo que lograban llamar la atención de más de uno al caminar, su sonrisa, tan hermosa como el resto de su rostro. Había sido bendecido con una belleza tanto interior como exterior ya que el chico era humilde, amable, alegre... si no te enamorabas de él por su apariencia, terminarías a sus pies por ese encanto único que poseía.
Conoció a su ahora esposo en la universidad, el chico popular, atlético y también codiciado fue víctima de los encantos del joven. Lo sedujo hasta hacerlo caer, para el resto del mundo eran la pareja perfecta, para sus conocidos eran agua y aceite.
Su relación creía era buena, su novio era celoso, posesivo, y en ocasiones agresivo pero no con él, sino con quien se acercara. Las señales siempre estuvieron ahí y nunca las vio, hasta que se vio totalmente solo, no tenía familia, su padre quien era el único que conoció había fallecido unos años antes y después de aceptar casarse con ese hombre, perdió a sus amigos.
El matrimonio había comenzado bien, esposo cariñoso, marido apasionado, cena lista para cuando llegara de trabajar y cuidaba de él en lo que podía.
Fue hasta en una fiesta con los amigos de su esposo que todo comenzó. Se habían reunido esos hombres con sus esposos y esposas también llevaban a sus hijos con ellos.
Todo mundo comenzó a cuestionarlos del porqué ellos aún no tenían bebés.
-Se están cuidando?- preguntó uno de ellos.
-No- respondió él tímidamente.
Algo andaba mal.
-seis meses teniendo sexo sin protección y aún no te embarazas... - reclamó el esposo molesto y con el rostro enrojecido a causa del consumo de alcohol al terminar la fiesta. Sostenía una cerveza en la mano mientras reclamaba a su asustado esposo quien estaba en la cocina lavando algunos vasos cuando el hombre llegó alzando la voz.
-Cariño, por favor cálmate... estas tomando mucho...
-ni lo intentes SungMin!- el hombre se movió al ver el intento de su esposo por quitarle la botella de la mano. —sabes lo que me han dicho? Que estoy fallando como hombre!-Gritó.
Dicho esto, arrojó la botella contra la pared haciéndola mil pedazos logrando asustar aún más a su esposo quien dio un par de pasos hacia atrás.
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Al día siguiente que abrió los ojos, notó que estaba en la cocina en el piso, su cuerpo dolía al igual que su cabeza, se levantó temblando un poco pero pudo apoyarse en una silla para no caer. Caminó lentamente hasta su habitación y después al baño donde con sorpresa vio cómo su cuerpo estaba lleno de moretones, labio roto y su ojo izquierdo hinchado.
No pudo evitar llorar al verse de esa manera frente al espejo... era tan denigrante y doloroso. El hombre que decía amarlo le había lastimado.
Pero si lo pensaba bien, nunca fue suave o lindo, siempre fue agresivo y bárbaro pero hasta ahora que le había puesto las manos encima se dio cuenta, pero ya era un poco tarde... ahora estaba atado a ese hombre.
Y desde ese día su esposo JiYong se había en cargado de aplastar su autoestima con mil insultos por su infertilidad, su consumo de alcohol era más frecuente al igual que las golpizas que terminaban por dejarlo inconsciente hasta el siguiente día.
Llevaba más de tres meses viviendo así, ya estaba cansado, no podía hablar con nadie ya que JiYong le había obligado a dejar su profesión y dedicarse de lleno al hogar, lo que al inicio no le pareció tan mala idea ahora era una maldición.
Su infierno era tal, que ese día se levantó devastado después de una golpiza, su esposo ya se había ido a trabajar y quedó solo en casa... sus ojos ya no derramaban lágrimas, sus labios, que un día fueron rosados gruesos y hermosos ahora lucían pálidos y resecos con moretones a los lados, su mirada soñadora y esos ojos llenos de vida y alegría ahora estaban opacados y tristes, su cuerpo era más delgado y su piel pálida...
Odió la imagen que tenía en el espejo de baño, su cuerpo vacío, ese era el problema, pero realmente estaba agradecido de no haber engendrado, ya que no le habría gustado que su bebé tuviera ese padre y sufriera en un futuro.
Sabía que lo que estaba a punto de hacer, era un error, la puerta falsa, pero realmente no soportaba un día más. Ya había olvidado cuando fue la última vez que había recibido una caricia, la última vez que lo besaron con amor, la última vez que hizo el amor por su voluntad y no por la fuerza y de una manera tan cruel y dolorosa.
Tomó el frío metal, la hoja brillaba amenazante entre su temblorosa mano, estaba decidido, no se retractaría por nada. Deslizó la hoja sobre sus muñecas dejando atrás una línea roja de la que a cada segundo brotaba más y más sangre.
De pronto todo se hizo oscuro, perdió fuerzas y cerró los ojos deseando no volver a abrirlos.
Traigo un nuevo fic! =D espero les guste n.n
de ser así, haganmelo saber en sus comentarios!
gracias por leer!
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[KyuMin] Save me[Terminado]
FanfictionSungMin no soporta la vida que lleva en matrimonio con JiYong, su sufrimiento y tristeza es causada por su problema de infertilidad motivo por el que su esposo comienza a maltratarlo fisica y mentalmente, cansado de la situación, SungMin buscará una...