XIII

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La neblina se fue disipando a medida que Jacob enfocaba la vista. Una brisa fresca cruzó por su rostro y este parpadeó un par de veces para aclararse mejor. Múltiples árboles y arbustos lo recibieron en el sitio. Jacob se intrigó, parecían estar en medio de un bosque.

-¿Qué es este lugar?-Preguntó al notar a su alrededor. Lifus meditó.

-Mmmm pareciera una especie de dimensión espiritual, puedo advertir una fuerte cantidad de energía.

-¿Dimensión espiritual? ¿Hemos llegado a Suwo?

-No-Acentuó Lifus.-En Suwo no habitan las personas...-Puntualizó al notar unas voces de un grupo de gente que caminaba a lo lejos. -¡Vamos! ¡Vigilemos detrás de esos arbustos!- Apremió urgentemente en el momento en que Jacob se movió rápidamente entre la maleza y se acuclilló; esperaron a que el grupo se acercara para poder observarlos. De pronto, un escalofrío recorrió el cuerpo de Jacob, transtornándolo.

-¿Lifus?-Cuestionó angustiado.-Creo que algo malo está ocurriendo...-Soltó con un nudo en la garganta.

-¿Qué es lo que sucede?-Se alertó Lifus.

-Mi visión está distorsionada... no logro dejar de ver una especie de luz translúcida alrededor de las personas...incluso en mi cuerpo...veo... veo... un tipo de halo grisáceo blanquecino.-Manifestó mientras iba sintiendo el semblante de Lifus aligerarse, aliviado.

-Respira, no hay nada qué temer.-Alentó sereno.-Parece ser que de alguna forma has conseguido desarrollar mi visión, de ahora en adelante, podrás percibir el aura energética como yo lo hago.-Explicó.

Jacob dió un respingo evocando súbitamente aquella conversación distante que mantuvieron tiempo atrás acerca de la rareza de sus ojos...

-¡Espera un momento! Significa que... ¿Mis ojos se ven ahora como los tuyos?

-Um, sí.-Expresó Lifus apenado, sin ser consciente de la naciente emoción que estuvo a punto de brotar en Jacob cuando repentinamente este se detuvo y recordó otra cosa...

-Oye... Un momento...-Algo no encajaba.- ¿No habías comentado de que el poder de tus ojos servía para visualizar la energía de los espíritus guardianes?-Hizo una pausa.-Ellos... son humanos...-Evidenció ¿O no lo eran? Concluyó ligeramente inquietado; pero Lifus mantuvo la calma y expresó.

-No necesariamente es eso...-Respondió internamente.-Recuerda que...Todos los seres humanos poseen un guardián, su otra mitad, aún si este guardián no se ha manifestado...Es parte de ellos, de su existencia; por lo tanto, al ser la misma aura compartida; lo que proyecte el humano será inevitablemente reflejado en el guardián y esa, es la energía que yo percibo. Así que, como puedes ver, es natural que las personas también desprendan halos de luz, ya que, ambos están íntimamente ligados.-Manifestó erudito. Jacob sintió su agitación sosegarse.

-En todo caso... ¿Qué significan las tonalidades que observó?-Indagó nuevamente.

-¡Oh, es verdad! ¡Lo olvidaba!- Exclamó Lifus.-Realmente el concepto es sencillo... El tono del resplandor representa el tipo de energía que emana un guardián o en este caso el corazón de una persona. Los seres humanos se manejan de emociones, buenas y malas, entre más clara o blanca sea su aura, más energía positiva reside en su interior, y por el contrario, entre más oscura sea su aura, más quebrantada y corrompida se encuentra esta.-Jacob quedó pensativo unos segundos y después indagó. - Y... El color grisáceo que veo en mí ¿Que representa? ¿Es malo?-Lifus reflexionó un poco y respondió.

-El color grisáceo representaría la dualidad de ambas partes, es decir, ni sé es un santo ni sé es...

-¿Un caso perdido?-Adelantó Jacob. Lifus rió un poco.

El mirar del AlmaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant