VIII

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Las ideas en su mente no paraban de rondarle en la cabeza; repasaba una y otra vez el plan que había elaborado para no olvidarlo. Rogaba profundamente porque su amigo pudiese obtener todo lo necesario antes del momento exacto. El día anterior a ese, Kiyo se había llevado una gran sorpresa al encontrarlo sobre el umbral de su casa a altas horas de la noche. El primer pensamiento que se le había atravesado, fue que Jacob había recurrido ahí posiblemente para avisarle sobre la próxima fecha de salida de su abuelo; pero a su manera de ver, no tenía lógica ¡¡No habían pasado ni tres días!! Así que esperó paciente a que Jacob se explicase... la charla que tuvieron a continuación fue larga y concisa. Les tomó alrededor de una hora en idear un plan aparentemente factible; pero no del todo seguro, por lo que no les quedó de otra que apostar a la suerte.

Jacob llegó a la altura de la puerta, tocó el timbre y esperó intranquilo a que esta se abriera. Su amigo Kiyoshi lo recibió con las manos ocupadas, traía consigo un par de servilletas blancas que estaba sosteniendo. Empujó la puerta con la punta del pie y la dejó semi-emparejada para que Jacob pudiese entrar por su cuenta.

-¿Ya tienes todo lo necesario?-Preguntó Jacob ansioso mientras seguía a Kiyo por el pasillo.

-¡Estoy en eso! -Respondió su amigo estresado, mostrándole en la cara las servilletas que traía como prueba de ello.

-Está bien, está bien...estee ¿Qué más necesitamos...? Am... ¡La mesa y eso! ¿Ya está?

-¡Ya!... ¡Eso ya! ¡Solo hace falta arreglarla un poco!...

-¡Va! ¡Déjamelo a mi! -Dijo Jacob abriendo la puerta del jardín para que Kiyo pasará.-Am, ok, ok, veamos...Am ¿La bici?

-¡Ya! ¡Lista y preparada!...Se encuentra al fondo del jardín.

-¡Ok! Entoncees... Am, ¿Tu mamá?

-En casa de su amiga.

-Ok...¿Las llaves?

-En el recipiente de la entrada...Recuerda regresarlas mañana.

-Sí, sí, está bien. Ok, ok...Mmm Creo que ya solo falta asegurar lo más importante...-Afirmó inseguro.

-Tranquilo, yo me encargo de eso. Tú concéntrate en tu parte.

-¿Crees poder conseguirlo?-Preguntó Jacob nervioso.

-Ten fe, haré todo lo que esté en mi alcance...-Hizo una pausa para dejar caer las servilletas sobre la mesa. La expresión de Jacob se mostraba titubeante..-¡Recuerda que puedo llegar a ser bastante persuasivo! -Le aseguró Kiyo palmeándole la espalda. -¡Ahora! ¡Si me excusas!...¡Necesito trabajar...! -Le reclamó con aire cómplice. Jacob lo miró pasmado antes de reaccionar.-sí...¡Sí!...Yo...¡Yo iré a la cocina!-Dijo partiendo al fin.

El ajetreo de las bandejas y utensilios al moverlos entre los estantes le impidieron percatarse de los pasos que se aproximaban desde el pasillo. Jacob pegó un brinco al escuchar la voz de Kiyo a sus espaldas.

-¿¡Terminaste!?

-¡Ah! ¡No hagas eso! -Reclamó Jacob prestando atención a la olla burbujeante que tenía a su costado; revolvió un poco el contenido antes de contestar.-Ya casi termino, me falta poco. ¿Ya te vas?-Preguntó al notar la mochila sobre su espalda.

-¡Sí! ¡Ya acabé con mi parte! ¡Debo salir corriendo para resolver el otro "a-sun-ti-to". -Le guiño un ojo. Jacob se removió un poco.

-Está bien... entonces.... ¿Te veo más al rato?

-¡Claro! ¡Tal y como lo hemos planeado! -Enfatizó. Momentos después lo señaló con el dedo.- ¡Ni se te ocurra olvidar nuestra clave secreta! ¡Eh!

El mirar del AlmaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant