Devil's Advocate (ZhuiLing)

Acto 5: Una madre mortal aterradora.

SiZhui no recuerda muchas cosas— si no es que demasiadas— de sus años dentro del orfanato.

Imágenes vagas de unos pasillos grisáceos y la antigua recamara que compartía con al menos, otros 20 niños de los cuales no recuerda sus rostros rondaban en sus memorias. Aunque eso era un poco claro, los nombres de las cuidadoras o incluso de aquel conserje con el que estaba seguro pasaba tardes enteras jugando se habían evaporado.

Era tan confuso para él y mientras más se forzaba a rememorar alguna cosa, daba de lleno con una pared invisible entre el laberinto que su cerebro parecía haberse convertido en algún punto de su vida.

Todo parecía bloqueado.

Como si su cerebro levantara defensas para protegerlo de algo muy grave... algo que no tendría que recordar.

Es por eso que su padre adoptivo le había enseñado a como mantenerse en constante regulación a si mismo; si es que su mente trataba de confundirlo con hechos que no eran reales o pesadillas nocturnas llegaban, él podría controlarse sin la necesidad de su ayuda.

Pareció funcionar y SiZhui jamás se sorprendió a si mismo hurgando en su mente o preguntándose sobre aquellos años luego de eso.

La tormenta brumosa en su cerebro encontró una tregua.

Y ahora... mientras besaba al Joven Jin, las conexiones en su memoria volvían a entretejerse. Un pequeño recuerdo pareció brotar de las profundidades para atormentarlo al igual que aquellos malos sueños de sus primeros días en la residencia Lan.

Llamas.

Llamas consumiendo a su antiguo orfanato mientras gritos desgarradores de infantes cortaban la armonía del lugar. SiZhui lo sintió como si no fuera parte de un sueño, como si el calor del fuego lo envolviera por la cercanía y estuviera justo frente al caos... y no fue el único, Jin Ling también pudo verlo como si se tratara de una de sus propias memorias.

Eso estaba mal, ¿Cómo era siquiera posible si antes ni siquiera podía hurgar en el cerebro del celestial?.

Jin Ling cortó el beso para mirar hacia abajo, en donde su muñeca escocia. Con uno de sus dedos cortó el puño de su camisa para dejar expuesta su piel porcelana. Ahí, una marca escarlata con formas de enredadera se dibujaba por toda la circunferencia de su mano.

Una marca de castigo divino.

Tsk, ya era portador de dos en su cuerpo.

—Joven Jin, ¿Qué es eso?.

—Necesitas regresar. Te llevaré a casa.

En cuestión de un parpadeo, el abogado los hizo aparecer repentinamente fuera de la residencia de la familia Lan.

Aún faltaba unos metros por caminar hacia la puerta y un pasaje de árboles a los costados del camino impedía a los que estuvieran dentro poder verlos en la penumbra de la noche.

SiZhui estaba tan confundido como avergonzado. Tenia tantas preguntas.

Primero, ¿Ese recuerdo de donde vino y porque se sintió muy real?, Segundo, ¿Qué era esa enredadera en la muñeca del castaño?, Tercero y lo más importante, ¿Como se había vuelto tan desvergonzado como para arrinconar de esa forma al demonio?.

Recordar la forma en que se lanzó al otro y lo sometió contra el edificio causaron que una llamarada de vergüenza subiera por su cuello y se concentrara en sus mejillas.

Jin Ling notó aquello y sin disimuló, admiró el rostro hermoso del celestial con una sonrisa divertida.

El Lan uso su brazo para bloquear aquella vista bochornosa de los penetrantes ojos en un intento por salvar un poco de cara—Yo... el alcohol debe...