Devil's Advocate (ZhuiLing)

Acto 6: Nacimiento de un demonio abismal.

—¡WEN YUAN!.

La impecable nieve blanca que cubría todo Gusu Lan se teñía de flores rojizas. La calma que envolvía al receso de las nubes era cruelmente rota por los gemidos de dolor y los llantos de los discípulos al ver a sus compañeros morir.

Jin Ling había perdido su arco en algún punto, todo lo que tenia ahora era a SuiHua para defenderse.

Sus ojos buscaron con impaciencia entre la escarcha y los arboles. Deslumbró dos cuerpos al costado del camino y rápidamente se acercó, el cultivador retuvo la respiración mientras que con ojos marchitos usaba ambas manos para girar de aquellos fríos cadáveres.

Túnicas níveas y verdes, aquellos hombres que yacían entre sus manos no era más que dos de sus amigos más queridos.

—JingYi... ZiZhen. 

«¡Vete ahora Joven amante, SiZhui te necesita!... Nos veremos después»

El tono nostálgico que su amigo uso antes no fue normal y a pesar de que Jin Ling quiso acompañarlos hacia el frente, no logro mucho. El lo sabía, a pesar de toda la irritación que mostraban el uno con el otro, JingYi no dudaría en dar su vida por él o sus amigos.

Y así termino siendo. Aquellos viejos conocidos se separaron en la biblioteca para nunca volver a encontrase otra vez. 

Por sus mejillas heladas, tibias lagrimas escaparon de sus ojos con recelo.

—L-lo siento...

Resignarse a jamás escuchar el tono molesto de Lan JingYi llamándolo "Joven amante" o "Madam Lan", u escuchar a ZiZhen quejarse por la decision de un personaje de sus tontas novelas románticas sería una tarea difícil de asimilar. 

Las notas limpias de un guqin se abrieron paso por entre el caos.

Jin Ling se obligo a dejar atrás a los cuerpos de sus amigos y con labios temblorosos, uso de su espada para colocarse de pie. La sangre ajena en sus manos escocia como si se tratara de veneno.

«Wen Yuan, aún puedo salvarlo...»

Sus piernas temblaron mientras subía por las extensas escalinatas de piedra hacia la explanada central. Al llegar al ultimo peldaño, pudo ver con claridad como diez traidores con ropas doradas hacían amago por someter a Lan SiZhui quien con dedos sangrantes y sangre seca en su mentón se resistía.

Su guqin se encontraba a pocos metros, con cuerdas rotas y grietas por todo el largo. Un último golpe sería suficiente para hacerlo añicos.

—Al fin estas aquí, Jin Ling. Este bastardo Wen se negaba a morir sin tí.

Con la mención del menor, SiZhui bajo la guardia, causando que por fin los discípulos de LanLing Jin tomara ventaja sobre él.

Una risa complacida se escuchó al ver como Jin Ling corría para auxiliarlo.

Pronto, dos ancianos del consejo tomaron por los antebrazos a su líder y con una patada tras sus rodillas, el admirable Jin Ling fue forzado a arrodillarse ante su rival más grande, Jin Chan.

Su primo lo miraba desde arriba con compasión fingida, Jin Ling no pudo evitar rodar los ojos. El castaño escupió hacia ese rostro engreído ganándose así una bofetada.

SiZhui se removió entre el agarre de los discípulos, Jin Ling lo miró y con un gesto le transmitió que estaba bien.

—Mira a tu alrededor, Jin Ling... Gusu Lan cayó. A partir de ahora, nadie más subestimaran a LanLing Jin.

No hacia falta dar un vistazo como tanto insistía, el hecho ya era muy evidente. La biblioteca junto a los pabellones de estancia estaban cubiertos en llamas, el olor de la madera ardiendo no era sencillo de ignorar.