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– Enfermera, me duele mucho - Le dije a la chica que me miraba desde una silla

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– Enfermera, me duele mucho - Le dije a la chica que me miraba desde una silla. No me di cuenta en donde estaba hasta que vi a mi alrededor. Era un consultorio médico y yo estaba sentado en la camilla. El ambiente estaba extraño y aunque lo último que recordaba estaba seguro relacionado a un hospital, me pregunté como había llegado ahí.

– ¿Puede describir sus sintomas? - Me preguntó Adelheid pasándose la lengua por los labios y viéndome desde la silla frente al computador de escritorio.

– La respiración se me dificulta, sudo mucho - Enumeré viéndola con el traje de cuero sintético brillante que relucía con la luz – No puedo concentrarme y tengo mucho, mucho calor.

– Tendré que revisarlo – Adelheid se levantó de su silla y caminó hasta mi. Exhale con pesadez al verla fuerza y seguridad con la que pisaba y vi inevitablemente el estetoscopio que se movía ligeramente sobre su pecho. Me quedé viéndola embobado sin alejar la vista de la abertura que tenía su uniforme de enfermera en la mitad del pecho, revelando parte de los senos de la chica. Cuando llegó, me miró por unos segundos antes de girar los ojos y no pude evitar morderme el labio por lo bajo.

De una estantería en la pared tomó un instrumento con el que me alumbró los ojos por unos segundos.

– Pupilas dilatadas - Dijo mencionando para ella misma.

Continuó haciendo otros chequeos médicos corrientes.

– Siéntese derecho, por favor - Se quitó el estetoscopio de alrededor del cuello y se lo puso en los oídos, sosteniendo con la mano derecha la campana del instrumento. Lo puso sobre mi pecho.

– Señorita - La miré estando ella de pie y me vio por unos segundos antes de poner su otra mano al lado de la cabeza del estetoscopio, concentrada en el trabajo que hacía, bajo su mano libre por mi pecho hasta llegar a mi abdomen y no se detuvo hasta envolver mi miembro con su mano por encima de la ropa. Fue en ese instante que me di cuenta de lo que estaba pasando y sentí que me inundaba la lujuria.

– Inhale - Me pidió sin dejar de ver su propia mano en mi entrepierna y no pude hacer nada más que obedecer – Exhale. Inhale... Exhale... Inhale... Exhale.

LOVE OF THE DESIRED | arminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora