PRONGSLET AND THE OLYMPIAN ALLIANCE ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]

Chapter Nine

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Nadie supo qué decir después de que Remus declarara abruptamente que la mujer en frente de ellos había surgido del Sauce Boxeador. Sin importar lo casual que se dijera, incluso en el Mundo Mágico, no era algo común. Willow no habló mucho después de saludar a los recién llegados, les sonrió y estrechó las manos de cada uno de ellos. Milo no pudo evitar sonreír en respuesta. A pesar de lo bizarra que era la situación, se veía tímida, sobre todo con cuatro rostros nuevos rodeándola. Sus ojos continuaban yendo en dirección de Remus cada que él o alguien más en la habitación hablaba.

Milo tampoco pudo evitar verse divertido por la ropa que estaba usando, la cual obviamente pertenecía a Remus, y la vieja túnica colgaba de su cuerpo. No se veía molesta por ello, y ocasionalmente se recogía las mangas con la ayuda de Remus, aunque él sí se veía avergonzado, posiblemente por el estado de su ropa o por el hecho de que no estaba usando nada debajo de ella.

—¿Quieres decirnos...? —empezó la profesora Sprout. Ella era quien se veía más fascinada por la situación al haber sido ella quien más cuidó del Sauce Boxeador. Después de todo, fue ella quien reparó las ramas contra las que el Ford Anglia chocó—. ¿Quieres decirnos que tú vivías dentro del Sauce Boxeador? ¿Tú controlabas el árbol?

Willow miró a Remus una vez más, ya fuera para que él respondiera o para que la animara a hablar por sí misma. De algún modo, Willow le recordaba a Neville, con su rostro redondo y rasgos suaves, le hacían ver más joven de lo que seguramente era. Sabía que el Sauce Boxeador fue plantado antes de que Remus llegara a Hogwarts, así que eso hacía que haya "nacido" alrededor de 1971. Así que debía tener, al menos, veintitrés años, aunque podría ser mayor.

Era extraño verla siendo tan tímida y quizá eso fue lo que hizo que la profesora Sprout se preguntara si ella en verdad era la forma humana del Sauce Boxeador, considerando la actitud violenta que el árbol había demostrado tantas veces. Las personalidades de ambos no parecían tener conexión, dejando más preguntas que respuestas.

—¿Puede hablar? —preguntó Minerva con preocupación genuina. No creía que sería apropiado continuar agobiando a la joven mujer con preguntas si no podía responder por sí misma.

—Sí —Remus respondió suavemente, bajando la mirada hacia ella, ganándose una sonrisa de Willow—, pero es tímida.

De repente, Willow se giró hacia los otro cuatro, sus ojos recorrieron a las cuatro personas que la estaban observando, sin hacer contacto visual por más de un segundo, y entonces, caminó hacia Milo.

—Eres el chico de Artemisa —le dijo a Milo, causando que todos se alarmaran, porque Remus no formaba parte de las familias. Sin embargo, sus reacciones de ojos saltones y jadeos hicieron que riera divertida.

—Todo está bien, tranquilos —la voz de Artemisa resonó. Remus dio un salto y negó con la cabeza. Aparentemente, no estaba acostumbrando a que extrañas diosas aparecieran en su casa cada que se les antojaba.