Chapter Thirteen

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Ninguno pudo encontrarle sentido a la visión de Milo, y no ayudaba el hecho de que incluso los dioses y diosas no supieran qué significaba. Las Moiras fueron lo suficientemente generosas como para compartir sus visiones con él, pero eso no significaba que fuera capaz de saber lo que eran o lo que se suponía que debía hacer con esa información, si es que había algo que tomar de ese escenario. Milo no era ningún Vidente, y por cómo lo dejó sintiéndose la visión una vez se despertó, estaba seguro de que no quería ser uno. Era horrible despertar con el sabor de agua de lago en su boca, solo para descubrir que su cuerpo había convulsionado todo el tiempo. Parecía que los dioses tenían razón sobre algo; sí que tenía efectos negativos en el cuerpo humano.

Milo explicó todo lo que había visto, pero sin ninguna pista de qué sucedía, solo quería regresar a los dormitorios de Hufflepuff para dormir un poco. Sin embargo, su madre, Madam Pomfrey y Cedric lo convencieron de que era mejor quedarse en la Enfermería. Cedric nunca había visto a Milo de ese modo, y si era honesto, estaba aterrorizado de que algo le sucediera a Milo mientras dormía sin que nadie pudiera ayudarle. Al menos, si Milo se quedaba en la Enfermería por el resto de la noche, todos podrían dormir un poco más tranquilos sabiendo que Madam Pomfrey mantendría todo bajo control.

Pero eso no quería decir que Cedric iba a irse, sino que trajo una silla y se sentó al lado de la cama de Milo. Madam Pomfrey le recomendó que al menos tomara una de las camas, pero por el momento, rechazó la oferta. Milo seguía despierto, con la mirada en blanco, perdiendo en sus propios pensamientos con Paden sobre el regazo de su dueño, mirándolo. El pobre Paden había entrado en pánico, sin saber qué le sucedía, pero sabiendo que había sido completamente inútil en esa situación. Lo único que pudo hacer para ayudar fue alertar a los otros chicos en el dormitorio con chirridos frenéticos.

Inicialmente, los chicos se despertaron con la intención de mandar a Milo al demonio por hacer que su bowtruckle los despertara, hasta que vieron la escena.

Ninguno de los chicos habló de inmediato, Cedric solo observó cada pequeño movimiento de Milo hasta que el chico se dejó caer en su almohada y suspiró pesadamente.

—¿Te sientes bien? —le preguntó Cedric rápidamente, temeroso de que Milo entrara en otra convulsión.

—Sí, estoy bien —bostezó Milo—, solo cansado. Estaba esperando dormir tanto como pudiera antes del primer día de clases mañana. Voy a sentir que estoy muriendo y es mi pura suerte que la clase del profesor Snape es la primera del día.

Milo rió un poco, intentando encontrar un poco de humor en la terrible forma en la que las cosas se alineaban para él, pero Cedric no compartió su diversión. De hecho, el chico parecía estar a punto de usar un permanente ceño fruncido porque, aunque comprendía que la convulsión fue resultado del actuar de los dioses, aún se sentía parcialmente responsable. Quizá si no hubiera hecho que Milo se molestara para empezar, Milo habría aparecido en su cama como usualmente lo hacía y, quizá, solo quizá, Cedric habría podido ayudarlo.

PRONGSLET AND THE OLYMPIAN ALLIANCE ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora