Chapter Six

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Una vez Mustafá hizo sonar su silbato, el partido inició. Era muy difícil prestar atención a causa de la velocidad en la que los jugadores volaban. Ravenclaw era conocida como la casa con los jugadores más veloces, sin embargo, en comparación a los profesionales en el campo, no eran más rápidos que una babosa en pavimento. Arrojaban la quaffle de un lado al otro tantas veces que el cuello de Milo empezaba a doler. No era el único que tenía problemas en comprender lo que sucedía, porque a los pocos minutos del comienzo del partido, Minerva les compró unos binoculares mágicos con los que podrían captar cada jugada sin perderse de nada.

Ludo Bagman no podía llamar a tiempo las jugadas, parecía que solo alcanzaba a gritar el nombre del cazador que tenía la quaffle antes de que cambiara de manos. Sin embargo, el entrenado ojo de Cedric no se perdió de ninguno de los pases entre los cazadores. Era como si ya supiera a dónde iría la quaffle y no tenía que lastimarse a sí mismo al mirar de un lado a otro.

Milo no sabía a dónde mirar, así que decidió ver las hermosas criaturas que se presentaron como mascotas en el campo. Claro que, justo cuando apartó la mirada, sucedió la primera anotación a favor de Irlanda.

—¡TROY MARCA! —anunció Bagman y la multitud rugió en aplausos de los fanáticos—. ¡Diez a cero a favor de Irlanda!

Milo aplaudió, viendo a Cedric y a Minerva, quienes saltaban en sus asientos. Más allá, se dio cuenta de que Pomona estaba haciendo lo mismo que él, luciendo tan perdida como Milo, y el chico se rió de su expresión. Pero su atención cayó sobre los Leprechauns que se elevaron en el aire, formando un brillante trébol para celebrar la primera anotación, mientras las Veela estaban de mal humor, cerca de donde el grupo se encontraba.

A Milo se le ocurrió una idea tentadora y estaba seguro de que su madre lo regañaría por ello, pero tanto Cedric como ella tenían sus ojos pegados en los jugadores de Quidditch. Ninguno le prestaba atención, así que vio la oportunidad perfecta para escaparse, y bajó por las gradas. Varios lo miraron, intentando saber qué estaba haciendo, mientras otros gritaron en protesta, pensando que Milo quería colarse.

Pero ese no era el caso. Milo se inclinó por sobre la baranda en donde las Veela estaban sentadas y malhumoradas.

—¿Disculpe, señorita? —Milo puso sus manos a cada lado de su boca y llamó a la Veela que estaba más cerca de él—. ¡Disculpe!

La mayoría de ellas intentaron ignorar al chico, creyendo que era uno de los hombres que pretendían cumplir cualquier extraño deseo que tenían con ellas. Sin embargo, una de ellas eventualmente miró por encima de su hombro, se puso de pie y caminó hacia donde estaba el chico. Varias personas dejaron de ver el partido para observar la interacción entre ambos.

—¿Qué es lo que quieres, chico? —aunque tenía un marcado acento búlgaro, su español era perfecto, así como todo sobre ella. Su cabello era blanco de tonalidad dorada y su piel parecía estar hecha de porcelana, junto a unos brillantes ojos azules y una sonrisa seductora. No era sorpresa que tantos hombres y hasta algunas mujeres intentaran acercarse a ellas cuando danzaban.

PRONGSLET AND THE OLYMPIAN ALLIANCE ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora