PRONGSLET AND THE OLYMPIAN ALLIANCE ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]

Chapter Seven

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Milo continuó mirando por encima de su hombro al seguir a la Cierva de Cerinea, asegurándose de que todos estuvieran con él. Cedric le seguía el paso fácilmente, caminando a su lado, mientras Silas iba un poco más lento en consideración con Neville. El grupo de adolescentes continuaba mirando por encima de sus hombros en dirección de la tienda que habían dejado, esperando ver a los adultos aparecer a sus espaldas. Milo estaba haciendo lo mejor que podía para mantener la calma, pero al mismo tiempo, su mente se preocupaba por todo aquel que no estaba con ellos en ese momento. Pensó, en primer lugar, en su madre y Harry y, aunque el partido fue genial, no puedo evitar pensar en que había puesto a su madre en apuros, teniendo que lidiar con todo el caos que había surgido. Sin mencionar que puso a Cedric en dos situaciones difíciles. Primero, al tener que lidiar con Amos y ahora con ese caos. 

 La Cierva de Cerinea se detuvo y de repente se desvaneció, y los cuatro chicos creyeron que la Cierva se marchó una vez los guió a una distancia segura.

—A-así que e-es ci-cierto —Neville fue el primero en hablar—, to-todos tenemos una co-co-conexión con los dioses, ¿sí?

Milo y Silas sintieron con las cabezas y Paden apareció, dando un chirrido y subiéndose a la mano de Milo. El chico intentó calmar al bowtruckle, sin éxito, principalmente porque Milo no estaba prestando mucha atención. En su lugar, estaba concentrado en la distancia, esperando que la familia Weasley, junto a Harry y Hermione, estuvieran en un lugar seguro. Estaba convencido de que, si Artemisa le había advertido, entonces Hestia se aseguraría de que aquellos bajo su protección se encontraran bien.

Otra pregunta apareció en su cabeza mientras continuaban de pie en el frío aire de la noche. ¿Por cuánto tiempo se suponía que debían quedarse ahí? Ya se estaba empezando a sentir impaciente, caminando de un lado a otro con cada segundo que pasaba.

—Milo —Cedric podía sentir los nervios del chico y habló en voz baja, no solo para que no atrajeran atención, pero porque esperó que eso lo calmara—. Todos estarán bien. Estoy seguro de que unos fanáticos se pasaron con sus celebraciones.

—¿Lo suficiente como para provocar incendios, Cedric? —cuestionó Milo—. Sin mencionar esos gritos de pánico. No parecía a que las celebraciones llegaron muy lejos.

De repente, escucharon a alguien acercándose. Todos fueron por sus varitas, solo para girarse y ver a Fred, George y Ginny. Aún en la oscuridad de la noche, sus rostros estaban pálidos, como si hubieran visto algo horrible, y había una gran posibilidad de que haya sido así.

—¿Están bien? —preguntó Milo cuando se acercaron. Todos asintieron con la cabeza para confirmar, pero Milo estaba mirando a todos lados con el ceño fruncido—. ¿Dónde está Harry? ¿Ron? ¿Hermione?

Fred, quien aún tenía un firme agarre en la mano de su hermana menor, se giró y miró detrás de sí.