9° Prometo no hablarte de amor

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México había causado uno de los sucesos más extraños de su joven vida. Había empujado hasta tal límite que, justo ahora estaba recibiendo mucho placer de un par de postes furiosos que peleaban para que les prestara la debida atención. Ya había perdido la cuenta de las veces que le habían girado el rostro para ser besado por uno de ellos, un jalón más y juraba que le arrancarían la cabeza.

Era el único sin ropa, por lo tanto caricias y apretones le eran dados por todas partes. Sus hinchados labios recibieron tantas besos bruscos que pronto fue Brasil quien de una fuerte mordida le abrió un poco el labio, dejando un hilo de sangre llegar hasta su barbilla.

- No seas tan bruto... - lo empujó Jamaica, pero sin lograr moverlo un centímetro.

- ¿Me perdonas, niño bonito? -

Mex estaba tan excitado que solo asintió varias veces con la cabeza, sus manitas apenas lograban aferrarse a un hombro de cada uno de los chicos, su respiración era algo errática.

- Estás cansado, ¿Verdad? - pregunto el de ojos verdes.

México negó aún sin recuperar el aliento.

- meu menino bonito não é Franco (Mi niño bonito no es débil) - pero era verdad que no era muy cómodo estar hincado en el piso, además Mex si se miraba agotado - Sería mejor que nos fuéramos a tu habitación -

México no contesto aquello pues era besado por Jamaica, quien lo tenía bien apresado en sus brazos.

- Oye, tú fuiste el primero en aceptar este trato estúpido y estás siendo pésimo en compartir - está vez fue el turno de Brasil de empujarlo, teniendo el mismo resultado a cuando fue él el empujado pues tampoco pudo moverlo - Deja de ser tan infantil -

- Tsk... - se había alejado un poco del pequeño latino para encarar al gran Brasil.

- D-dejen de pelear, ya no jugaré con ni-ninguno de los dos - intervino el mexicano empujando el rostro de cada chico con sus manos y poniéndose en medio.

Brasil tomo su mano y lamió toda su palma provocandole un escalofrío al castaño.

Jamaica lamía sus dedos índice y medio.

- Tienes razón Mex, no hay porque pelear más Jaime, si vamos a pasar tanto tiempo JUNTOS tendremos que empezar a llevarnos bien - le sonrió desafiante, claramente tratando de provocar al contrario.

- Supongo que es verdad, intentemoslo entonces - le sonrió de la misma forma.

México pareció no notar el doble significado de las palabras que los chicos se lanzaban, así que sin prestarles más atención comenzó a masturbarse - ¡Ngh~! Me... ¡Ah! - había conseguido con éxito gracias a sus gemidos el llamar la atención de sus chicos pues fue alzado cuál costal de papas en el hombro del de ojos dorados.

Brasil subió corriendo las escaleras cargando a México mientras Jamaica los seguía a paso calmado, antes de entrar a la habitación tenía que hacerse a la idea de presenciar cosas que no le gustarían, al abrir la puerta se encontró a este y a Brasil subidos en la cama.

El de ojos dorados se había subido al colchón hasta topar su espalda con la pared - venha aqui menino bonito, apresse-se (Ven aquí niño bonito, apurate) - jalo al pequeño latino para subirlo a horcajadas sobre su miembro - ¿Puedes sentirlo? - hizo lentos movimientos de penetración - No sabes la falta que me hiciste hoy -

- Mm~ Brasilito~ -

- No sabía que el sexo fuera tan adictivo, todo el día tuve tantos deseos de enterrarme en tu interior - había agarrado los muslos del mexicano y con fuerza había elevado todo el torso hasta dejarlo al revés, la entrada de Mex estaba a su alcance, estímulo un poco por fuera mientras le chupaba el pene al latino.

No olvides poner seguro a la puerta (Mordida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora