Yo seré tu aliado en este mundo.

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A la mañana siguiente me desperté por las ganas de ir al bañó, mire por unos segundos el rostro de Zack, sonreí de lado y pase mis dedos por su cabello. Los recuerdos de anoche llegaron a mi mente como relámpagos. Sonreí mas ampliamente.

Me levanté con cuidado y una vez baje de su cama, tome la playera en el suelo deslizándola por mi cabeza y brazos, acomodé los zapatos y levante la ropa dejándola en el sillón de la habitación.

Fui al baño arrastrando los pies, algo soñolienta aún, cuando mi vejiga estuvo vacía y me lave las manos, reparé en mi aspecto, las mejillas las tenia sonrojadas y había cierto brillo en mis ojos, me gustó como me veía, hace tiempo que no me veía y no me sentía tan bien como ahora.

- Ni siquiera recuerdo como es que terminamos en su habitación. - bostece comenzando a cepillarme el cabello.

Cuando levanté una parte de mi cabello noté una marca en mi hombro.

"- Eres mi mundo T/n... - jadeó sobre mi piel."

- Carajo... - susurré cubriéndome la boca con una mano, mire mi rostro ponerse rojo - Eso si que lo recuerdo.

Rei nerviosa y al final me lave la cara y los dientes, sentía como si tuviera papel en la boca. Al regresar a la habitación lo miré con la cobija en la cintura, y las manos detrás de la nuca con esa sonrisa socarrona y coqueta de Zack.

- Buenos dias. - dije tirando de la playera algo nerviosa, me puse un mechón de cabello detrás de la oreja.

- Muy buenos dias Preciosa. - Vaya, estaba de buen humor.

<<¿Quién no lo va a estar después de lo pasó?>>

- Te ves diminuta. - sonrio. Encaré una ceja cruzandome de brazos.

- Solamente soy mas baja que tú por unos centímetros, no quieras sentirte gigante. - La risa que dejó salir me hizo sonreír, extendió los brazos a mí y no dude ir con él. Me dejó sentada en su regazo una vez se enderezó un poco en la cama.

- ¿Hoy que haremos Nena? - infle las mejillas pasando mus dedos por su cabello, una sonrisa satisfactoria se ensanchó en sus labios.

- No lo se, aun es temprano para ir con Chole, y estoy segura que sigue dormida.

- Te invito en ese caso el desayuno. - negué divertida. - Vamos por unos tacos. - me dio un rápido beso.

- Zack, ¿Te he dicho que eres un tragón?

- Pero este tragón te quiere a si que no te quejes. - bufé/reí.

- No me estoy quejando, simplemente te digo que eres un tragón, deberías de esperar para comer con mi mamá.

- Mejor, vamos a comer tacos, luego vamos por ella y comemos lo que ella quiera desayunar. - comencé a reír.

- ¡Por dios! No cambias. - me burlé.

- Para que veas que no me aprovecho de ustedes, la comida va por mi cuenta. - ladeo la cabeza mirándolo con atención.

- Ya... - asentí chasqueando la lengua. - Si la comida te hace feliz, ¡Vamos por comida! - levante los brazos en el aire, Zack negó algo divertido - ¿Un refresco también? Amas la comida chatarra y no engordas. - rei.

Silenció mis risas besando mis labios con ternura.

- Que bonita manera de callarme. - dije en sus labios.

Zack sonrió en mis labios pasando su mano desde mi espalda hasta mi nuca, acariciándola con delicadeza.

- La comida no me hace feliz. - se alejó unos centímetros - Tu me haces feliz. - sonreí con el nerviosismo y el rojo en mi rostro.

Cuando seas mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora