SOULMATES [Rick Grimes/Daryl Dixon]

10

Unas fuertes sacudidas en la cama despiertan a Eleonora del profundo sueño de la noche. Parpadea varias veces con la intención de enforcarse a su derecha, donde ve a Daryl sollozar. 

—Mi bonito—susurra ella, sintiendose mal por los terrores nocturnos de su pareja.

A veces le costaba despertarlo por lo que optaba por acostarse a su lado y susurrarle palabras de consuelo, con paciencia y esmero, lograba que su novio volviera en sí. Colocó una mano bajo el cuello del cazador y como pudo atrajo su gran cuerpo hacia su pecho, donde lo abrazó con fuerza y comenzó a hablarle. Un rato fue suficiente para que Daryl se levantara sobresaltado, sin embargo, no pudo reincoroporase del todo porque Eleonora lo sujetaba con tanta fuerza que le fue imposible moverse de más. Se acurrucó contra su novia y en silencio, trató de que su respiración alterada volviese a la normalidad. Pocas veces lograba recordar lo que le atormentaba entre pesadillas, pero en esta ocasión parecía tan real, que tener a Eleonora a su lado parecía un espejismo. Tuvo la necesidad de verla a la cara pese a la oscuridad de la habitación, y pestañeó para acostumbrarse a la poca iluminación y enforcarse en el rostro preocupado de la castaña.

—Dime que no voy a perderte, Nora—habló con tono afligido.

No le importaba mostrarse vulnerable y sentimental frente a ella, le gustaba mostrar su verdadera faceta en su presencia.

—¿Por qué dices eso, bonito?—preguntó sin dejar de acariciarle su suave cabello—. No voy a irme a ningún lado.

—Yo...—continuó con la voz rota—no quiero que te mueras.

—Eso no te lo puedo asegurar—admitió en un susurro—pero dicen que mala hierba nunca muere, así que tienes de mí para rato. Tanto rato que te vas a aburrir.

Daryl negó y volvió a esconder su rostro sobre el pecho de su novia. Cerró los ojos y se centró en el sonido del corazón al bombear y la suave respiración de la contraria, el ritmo tranquilo le hizo dejar de estar tan tenso y borró la amarga sensación de pensar en ver a morir a Eleonora.

No quería imaginar un mundo sin su persona favorita.

Eleonora comenzó a hablar para distraer la mente de su pareja y así ambos pudieran volver a conciliar el sueño.

—Imagina que el megalodón no se hubiera extinto, creo que la raza humana hubiera  acabado hace muchísimo tiempo—hizo una mueca y lo pensó—realmente si la propia naturaleza no hubiera acabado con esa especie de tiburón, el propio humano lo hubiera hecho. Es así, todo lo que ven, lo quieren sobre explotar y sacar dinero de ello. Ya me dirás de que sirve el dinero en esta situación—soltó una pequeña carcajada—imagina que algún idiota le ofrezca un fajo de billetes a otro por protección contra los caminantes, ¿que va a hacer con eso? Dudo que pueda comprarse una casa o viajar a otro país.