SOULMATES [Rick Grimes/Daryl Dixon]

11

Eleonora se levantó entre dos cuerpos más grandes que ella, se sentía dichosa, pero el calor era más insoportable como para agradecer a la vida por tener a dos hombres tan maravillosos. Se removió incomoda y trató de mover la mano de Rick, que la sujetaba por la cintura. Daryl dormía espaldas a ella y aún así no se inmutaba. Terminó por comenzar a gritar porque sentía desfallecer del bochornoso aire caliente. Mala idea haber cerrado las ventanas.

—¡Me estoy asando como un pollo!

El primero en reaccionar fue Rick, quien se levantó igual de sudado que su novia. Daryl reaccionó segundos después y los miró sin entender.

—¡Estamos como a mas de cuarenta grados, me ahogo!—exclamó mientras saltaba de la cama.

No hubo tiempo para los buenos días, simplemente corrió al baño a echarse agua fresca a la nuca. Rick apoyó la cabeza contra la almohada y bostezó.

—Estoy de la mierda—admitió Dixon con voz ronca—me duele todo.

Rick soltó una risita y terminó por sentarse.

—Eleonora nos exprimió como zumo de naranja—bromeó Rick.

Ambos amigos se rieron. El agua de la regadera llegó a sus oídos y fue Rick quien se levantó primero. Daryl le observó desde la cama, así como abría las ventanas y entraba al baño.

—Si vienes en son de paz, te dejo entrar—escuchó la voz de su novia—las piernas me están matando.

Escucho la contenta risa de su amigo y aquello lo hizo sonreír.

—Solo quiero refrescarme el cuerpo, cariño.

—Bueno, pero manten a tu amiguito apagado.

—¡Es la típica erección mañanera!

—¡Pues apagala con agua fría!

Luego escucho las risas de su novia mezclarse con las de Rick. Realmente quería levantarse, pero estaba tan comodo, que prefería descansar.

—¡Rick, que te vas a comer el suelo!

—¡Que me ha entrado jabón en los ojos! Ahhhhh...

—Enjuate, rápido—chilló la castaña.

Daryl cerró los ojos y se acomodó boca abajo para seguir durmiendo. Cuando la pareja salió del baño tras asearse y lavarse los dientes, vieron a Dixon en el quinto sueño.

—Lo has dejado hecho polvo—observó Grimes—. Eso por jugar a ser vaquera.

Eleonora se río por lo bajo y escaló la cama para llegar a sentarse encima de Daryl. Estuvo así por unos segundos hasta que le dio un beso en el cabello y volvió a ponerse de pie.

—Vamos a desayunar—propuso ella—dejemos que duerma un poco más.