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Eleonora se movió inquieta sobre su cama cuando escuchó cierto bullicio provenir de la casa de al lado

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Eleonora se movió inquieta sobre su cama cuando escuchó cierto bullicio provenir de la casa de al lado. No quería pensar mal ni tener que hacer un escándalo en caso de que sus sospechas fueran ciertas, pero tendría que hacerlo aún así Deanna la amenazara con abandonar el campamento. Se colocó sus zapatillas y salió de la comodidad de su cama para trotar por el pasillo en busca de su hacha. Sabía que nadie tenía el valor de meterse cuando esos episodios de conflictos daban comienzo. Es ahí donde entraba Eleonora para dar voz y fuerza a quienes no podían por culpa del miedo.

Salió de casa pese a la fuerte lluvia de la noche y dio grandes zancadas hasta detenerse frente a la casa de Jessie. Vio las luces encendidas y se alarmó más al escuchar cosas romperse. No podía creer que Pete hubiera invadido el hogar de su amiga cuando le había dejado claro que no podía acercarse a no ser que quisiera morir. Eleonora sabía que se jugaba mucho y que Deanna no iba a hacer nada porque Pete es el único médico del lugar. Pero eso no iba a detenerla, si se tenía que ir se iba y en todo caso se llevaría a Jessie y a sus hijos.

—¡Ábreme, Jessie!—gritó la castaña dando fuertes golpes contra la puerta.

No hubo respuesta y la cerradura estaba puesta por lo que no le quedó otra opción que tomar la vía de la violencia y comenzar a dar machetazos contra la cerradura para lograr entrar y ayudar.

—¡Te he dicho que no me toques, Pete!—la sangre se le heló por completo y sus ojos no tardaron en empañarse por la rabia—. ¡No bajéis niños, estoy bien!

—¿Qué es ese ruido?—escuchó la voz de Pete al otro lado y con más rapidez continuó haciendo su labor—. ¡Ya está la zorra de tu amiga metiéndose en nuestro matrimonio!

—¿Está todo bien?

Se sobresaltó ante la voz conocida y siguió a la suyo mientras le comunicaba lo sucedido. El cazador que paseaba a altas horas de la noche a causa del insomnio se percató del ruido y decidió acercarse para asegurarse si todo iba bien, y cuando vio a Eleonora en ese estado, supo que tenía que ayudar.

Daryl terminó por derribar la puerta y ambos entraron a la casa. Eleonora corrió para socorrer a su amiga de las manos de su ex marido, y la puso tras de ella.

—¿Qué crees que haces, imbécil?—cuestionó la castaña con furia. Pete se burló de ambas mujeres y su sonrisa se borró al ver a Daryl parado en la entrada de la cocina.

—Solo venía a hablar con mi mujer—se excusó de manera inocente.

—Se te dijo que no podías acercarte a Jessie ni a sus hijos. Mucho menos entrar como si fuera tu casa y ponerle una mano encima, capullo sin corazón. 

—¿Haz pegado a tu mujer?—preguntó Daryl al ver el labio de Jessie, el cual sangraba—. Ven aquí, pedazo de mierda.

Daryl se acercó a grandes pasos y agarró por el principio del jersey de Pete, y así lo sacó a patadas de la casa mientras le amenazaba con matarlo si volvía a ponerle una mano encima a Jessie.

SOULMATES [Rick Grimes/Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora