𝙡𝙤𝙤𝙠𝙞𝙣𝙜 𝙛𝙤𝙧 𝙮𝙤𝙪 ; 𝘔𝘪𝘵𝘴𝘶𝘺𝘢 𝘛𝘢𝘬𝘢𝘴𝘩𝘪

Beso

—¿Nuevamente no vino? —preguntó Mitsuya.

Kyoko soltó un suspiro— Es algo raro, seguramente le paso algo.

En estos momentos se arrepentía por no haber pedido tu número, necesitaba comunicarse contigo para saber por que estabas faltando al trabajo por 3 días seguidos.

—Estoy preocupada, debe haberle pasado algo —caminó en círculos en su lugar— ¿Crees que eso haya pasado?.

—No lo creo —la calmó. Sin embargo él también estaba pensando por esa opción.

Lo que más quería la mayor era saber tu estado, ni siquiera tenía tu dirección. Tampoco creía que Mitsuya la tuviera.

¿O si?

Miro al chico, analizando la situación. La última vez que lo vio estaban a punto de besarse, obviamente se dio cuenta de eso, no había nacido ayer como para caer en la excusa del mosquito en el rostro de Mitsuya.

—Mitsuya hijo —habló con voz calmada— por si acaso no tendrás la dirección de ____________.

—¿Su dirección? —esa noche en la que te llevo a tu casa vino a su mente— Si la tengo ¿Por?.

—Quisiera que fueras a verla, quiero que averigües como esta, si esta bien, si le paso algo malo. ¿Podrías hacerlo? —junto sus manos en modo de suplica, Mitsuya solo sonrió.

—Claro.

La mayor se sintió aliviada— Entonces ve —lo apresuró.

El chico se quedo asombrado un segundo— ¿Ahora mismo?.

—Si, no hay tiempo que perder —fue dando ligeros empujones a su cuerpo, llevándolo hasta la salida.

—Pero aún hay clientes aquí.

—Yo me encargó, tu solo ve a verla.

Para ser sinceros a Mitsuya también le interesaba saber que estaba pasando contigo, sencillamente de un día para otro dejaste de venir, ni siquiera habías venido a avisar que dejarías el trabajo, si es que ese era el problema.

En el transcurso a tu casa estuvo pensando en que decir o hacer si es que Tom le abría la puerta, sabía que ese chico buscaría problemas con él. Solo tenía que evitarlo y hacerle saber que fue mandado por Kyoko.

Fácil.

Claro, solo duró con esos pensamientos hasta que estuvo parado frente a tu casa.

—Si ese idiota quiere problemas pues le partiré la cara y listo —Mitsuya le había guardado ciertas ganas desde la noche en que lo corrió de tu casa, no podía expresar el coraje que sintió.

Tocó la puerta, soltó un suspiro, sus manos por nerviosismo fueron a sus bolsillos, practicaba lo que diría mentalmente.

En cuanto la puerta fue abierta sintió que se le iba el alma, esperaba verte, pero no fue así.

Quien estaba frente a él, era una mujer madura, cabello negro atado en una coleta de lado, ojos cafés y una expresión amigable.

Solo pensó en que era tu madre, después de todo mentiste en todo, tu madre no los había abandonado, estaba ahí. Claro eso pensaba.

—¿Si? —preguntó la mujer.

—Hola, buenas tardes. Vengo a buscar a ____________, quisiera hablar con ella un momento ¿Se encuentra?.

La mujer abrió ligeramente la boca— ¿Eres su amigo? ¿Compañero de clases? —sus manos repentinamente fueron hacia sus labios mostrando sorpresa— ¿O eres su novio?.