"Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien." - Victor Hugo
En alguna parte del extenso universo se encontraba un planeta moribundo, lo que alguna vez fue un planeta verde esmeralda, ahora se a convertido en un planeta rojo con tonos anaranjados debido a los intensos posos de lava que surgían a la destrucción del núcleo del planeta y así dando a entender que faltaba menos de cinco minutos para que Namek dejara de existir. En la superficie del moribundo planeta se encontraban dos individuos: Uno era un ser humanoide de piel blanca algunos rasgos de su cuerpo eran de color morado oscuro como lo son sus hombros, parte de su cabeza y estomago. Pero a pesar de aparentar ser extremadamente fuerte, ahora yacía en el piso, agonizando de las heridas y a pesar de eso su orgullo como el ser más poderoso estaba echo pedazos. Independientemente de todo aquello, el ser que se encontraba enfrente de el estaba indiferente de todo aquello y simplemente ya no quería volver a ver a su contrincante nunca más en su vida. El guerrero que salió victorioso era de complexión musculosa, de piel blanca un cabello de punta de color dorado como el oro y sus era ojos de un color esmeralda que infundían miedo a todo aquel que le mirase. Lo que fue alguna vez un Gi de color naranja resplandeciente, ahora solo quedaban la parte inferior que era sostenido por un cinturón azul y también unas botas azules con toques dorados y rojos que se veían desgastados por la brutal batalla.
El guerrero dorado al ver que su contrincante ya no podía más le empezaría a recriminar— Sembraste tu propio fracaso durante esta pelea, por eso tuviste este final. —Diría el guerrero dorado seriamente, mientras no dejaba de ver con buenos ojos a su contrincante moribundo y quejándose del terrible dolor que este estaba sufriendo— Yo voy a intentar regresar a la tierra Freezer, ahora compartirás el destino de este planeta —Diría el guerrero dorado, para después voltearse y empezar a marcharse de ese lugar. El otro individuo humanoide ahora conocido como Freezer solo pudo permanecer en el suelo inmóvil, pero entre quejidos de dolor y desesperación pudo decir que le ayudase. El peli punta al escuchar las peticiones de su adversario caído paro su caminar repentinamente, mientras solo tenia una pelea mental entre si ayudarlo o dejarlo morir. Después de varias suplicas de ayuda, el guerreo dorado se harto volteando bruscamente hacia su adversario para decirle— SOLO BUSCAS EL BENEFICIO PROPIO, DIME ¿CUANTA GENTE INOCENE TE SUPLICO PARA QUE NO LA MATARAS Y NO TE APIADASTE DE ELLOS? FREZZER. —Diría el peli punta muy enojado, pero a pesar de todo ello Freezer solo seguía pidiendo ayuda. El guerrero dorado al no recibir la respuesta que buscaba, simplemente extendió su mano apuntando hacia su contrincante y una esfera de energía amarilla empezaría a surgir sobre la palma de su mano. Y sin perder tiempo el peli punta lanzaría la esfera a su contrincante, para cuando la esfera toco el cuerpo de Freezer esta se esparciría por todo su cuerpo, cubriéndolo de una aurora dorada por unos cuantos segundos hasta que desaparecería— Solo te di un poco de mi energía, imagino que es suficiente para que puedas moverte, así que has lo que se te plazca. —Diría el peli punta seriamente, para después dar un gran salto y empezaría a volar alejándose de Freezer lo más rápido posible.
Pasaría menos de dos minutos y el peli punta encontraría la nave de Frezzer. Pero el problema fue que una de las fuentes de lava que surgían había destruido gran parte de la nave. En ese instante el guerrero dorado había perdido las esperanzas bajando la cabeza en señal de derrota, y al instante pudo notar que el estaba volando sobre una de las naves pequeñas que utilizaron los subordinados de Freezer.
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Una Bendición o una Maldición (Kimetsu no Yaiba y Dragon Ball)
FanfictionTras una dura batalla contra el Emperador Freezer en el planeta Namek, el saiyajin Son-Goku habría escapado con mucha dificultad del moribundo planeta adentrándose en el espacio. desgraciadamente por alguna extraña razón la computadora de su nave de...