—¿Qué tal el viaje al lado del raro de Darío? —cambió de tema Ped.
Recordar a ese chico me daba escalofríos.
—Por suerte no está molestando. —respondí encogiéndome de hombros.
Si me ponía a comparar con otras veces, está vez se estaba comportando muy bien. Algo inusual, pero agradable.
—Si te molesta, puedo cambiarte el lugar. —propuso evidenciando nuevamente lo mal que le cae Darío. Acto seguido movió sus labios como dispuesto a seguir hablando, pero se quedó en silencio en cuanto Matías y Caterina se acercaron.
—No hablen así de Dari. —dijo el chico recién llegado. —Él puede tener algunas actitudes extrañas a veces, pero es la persona más sensible, dulce y fiel que podrían conocer...—añadió con una leve sonrisa y con tanta verdad en sus palabras, logró sorprenderme.
—¿Fiel? —se burló Pedro. —Todos los días actúa como si quisiera asesinar a alguien-pude ver un gesto de desprecio en su rostro—. No confiaría en él ni aunque fuera la última persona en esta tierra.
Su comentario fue tan grosero que le di un suave codazo a su brazo. Él se quejó al instante.
—No seas así, Matías lo conoce. —lo regañé al ver que me miraba con recelo —. A veces las apariencias engañan.—agregué al darme cuenta por primera vez en todo este tiempo que estuve juzgando a ese niño sin darle oportunidad alguna de expresarse.
Quizás sus comportamientos extraños eran formas de buscar amigos o quién sabe si él también estaba pasando por una situación inexplicable como la mía. Esas voces..¿Qué tal si algo parecido lo atormentaba?—Yo sólo les digo lo que veo en él. —volvió a hablar Matías mirando a Ped, pero no se veía molesto sino seguro de sus palabras. —Además, es probable que ese chico haya pasado por igual o peores cosas que ustedes en toda su vida.
—¿A qué te refieres? —preguntó Caterina cubriendo su boca con cuatro dedos de la palma de su mano y agrandando sus ojos, intrigada.
Admito que también quería escuchar su respuesta, quedé igual de curiosa. No me imaginaba algo peor que creer que tu hermano o hermana murieron cuando en realidad sólo desaparecieron y todo fue una farsa.
—No me corresponde decirlo. —contestó y luego nos indicó que regresemos al auto. De lo contrario se nos haría tarde, pero aún así me llenó de incertidumbre.
Cuando subimos al vehículo me encontré con Darío y Elías, quienes parecían estar teniendo una conversación que acabó cuando se percataron de nuestra presencia. Miré al chico rubio con discreción, su mirada verde escoses se veía apagada y unas notables ojeras se hacían presente.
No sabía a qué cosas se refería Matías, pero me causaba un leve dolor en mi interior el sólo imaginar que podría vivir en un entorno de violencia familiar o quién sabe qué...
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SIN DESCUIDOS
Novela Juvenil"Existe oscuridad en cada persona, no importa su grado, nadie se libra de ello. Independientemente de que tan amables aparenten ser no puedes fiarte de nadie" Así lo piensa Darío, un chico aparentemente dulce, aunque tachado de psicópata, observad...