VII

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Desde que Marco y yo fingimos andar, nuestras familias organizan cenas cada tanto, nuestras madres están más involucradas en nuestra relación que nosotros mismos, pero lo dejamos pasar porque así las familias no sospechan que usamos la relación como un intento de esconderles la verdad.

Marco es gay y yo soy lesbiana y la relación romántica que tenemos es más falsa que nuestra heterosexualidad.

Aunque no hay mejor novio falso que ese que te deja llorar a moco tendido sobre su hombro mientras Heartstopper se reproduce en su laptop, mis padres me dejan llegar antes porque piensan que ayudo con la cena, pero mi sorpresa ha sido que los padres de Marco han decidido invitarnos a cenar hoy a algún restaurante, así que heme aquí.

— Te dije que viéramos Shrek o una de las de Barbie. — me dice él al verme limpiarme las lágrimas que solté con la manga de mi vestido. — Podíamos ver La Princesa y la Plebeya otra vez.

— ¡Déjame llorar! — reclamo en medio de un sollozo/risa y sigo viendo la pantalla por la que ahora corren los créditos, nos hemos visto la serie de corrido y ahora siento un enorme vacío existencial. — Es que yo quiero eso...quiero que me quieran así de bonito maldita sea.

Vuelvo a ahogar mis sollozos en su hombro, me siento ridícula, sí, pero este muchacho es una de las personas que más me conocen, sé que no va a juzgarme cuando hemos pasado días llorando por nuestros enamoramientos y crisis existenciales juntos por más de un año.

Siento la mano de Marco acariciar mi espalda y lo veo pausar la serie, después simplemente pone alguna de sus playlists como ruido de fondo y aparta la computadora de nosotros.

— ¿No quieres hablar de ello? — pregunta con suavidad. — A lo mejor te sientes un poco mejor si hablas de ello.

— Quiero llorar hasta deshacerme y desaparecer. — respondo, mi voz se escucha gangosa y ahogada en el pecho de mi amigo. — Porque no hay nada que pueda hacer.

— No puedes desaparecer, no sé qué haría sin ti. — susurra aún abrazándome.

— Encontrarme un reemplazo, más bonita y con menos dramas. — me encojo de hombros.

— Nadie se compara contigo ¿qué le voy a decir a Connie? Seguro se le rompe el corazón. — intenta bromear.

Al final cedo, incorporándome y separándome de él, limpio mis lágrimas con la manga de mi vestido y hago uso de todo mi autocontrol para no llorar de nuevo mientras le cuento a Marco lo qué pasó en la fiesta: desde mi conversación con mi amiga hasta el episodio con Levi en la cocina y la decisión de no decirle a Mikasa lo del beso, él me escucha con atención, y acaricia mi hombro cuando vuelvo a llorar.

— ¿Por qué soy así? — pregunto — ¿Por qué no puedo ser alguien con gustos aceptados? ¿Por qué no puede gustarme alguien que no sea mi mejor amiga?

Hundo mi rostro entre mis manos, frustrada, tal vez, tal vez, estoy haciendo un drama de una cosa pequeña e insignificante, al fin y al cabo Mikasa no estaba en sus cabales cuando me besó y ahora no lo recuerda, podría simplemente dejarlo pasar y fingir que nunca pasó. Por si fuera poco, a ella le gustan los chicos, siempre lo he sabido.

Pero mi corazón está negado a dejarlo ir.

— No puedo responderte esas preguntas Livy, ni siquiera puedo respondérmelas a mí mismo. — me estrecha contra su hombro y recuerdo que Marco lleva todos estos meses en crisis porque Jean lo besó en una fiesta.

Era un reto.

Y aún así...

Pero es obvio que a Jean le gusta Marco, se le nota a kilómetros, la manera en la que siempre está siguiéndolo con la mirada o el modo en el que es un poco más celoso de él que de cualquiera de nosotros, todos podemos verlo, bueno, todos menos Jean, claro está.

I Want To Ruin Our Friendship/ 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐬𝐚 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora