II

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— ¿¡Qué fue eso Olivia!? No puede sólo besarme y después pretender que nada de eso pasó. — se queja el chico a mi lado.

Suelto una risa mientras palmeo su espalda a modo de consuelo y le tiendo el bote de helado que tengo sobre el regazo, Marco saca una gran cucharada y la mete de golpe a su boca, me ahorro mis comentarios y la gran carcajada que amenaza con salir después de mirarlo abrir la boca en una grandísima "A", he decidido que no es un buen momento para hablar de lo útil que puede serle aquella habilidad.

Dios, alguien tiene que separar a Connie Springer de mí.

— ¡Oh vamos! El pobre ha pasado toda su vida pensando que era hetero , dale un tiempo. — respondo una vez que Marco se pasa la cucharada de helado y devuelve el bote a mi regazo.

Durante el último año, él y yo nos hemos hecho algo así como mejores amigos de desgracias, de vez en cuando nos juntamos a ver terribles comedias románticas (porque vamos, algunas son tan malas que mueres de cringe) comer helado, llorale a nuestros mejores amigos y quejarnos de nuestras conservadoras familias, todo eso mientras dejamos que nuestros padres piensen que estamos en una relación.

Es un ganar ganar.

— ¿De verdad crees que le guste? — pregunta.

No tengo que pensármelo mucho para responder, hace unos meses, durante la fiesta de bienvenida, uno de nuestros amigos retó a Jean a besarse con Marco, lo cual fue una revelación para él y el comienzo de la crisis del chico a mi lado, pues (como yo) ha pasado toda la vida enamorado de su mejor amigo, Jean Kirschtein una de las estrellas del equipo de baseball de la preparatoria, desde ese entonces, ambos han estado en un tira y afloja que tiene a Marco sufriendo y con el corazón en la mano.

— Creo que babea por ti mientras se encuentra en negación. — me encojo de hombros. — Jean es algo...ciego cuando se trata de las cosas obvias, lo has sabido toda tu vida, seguramente ahora está teniendo una crisis porque comienza a dudar de su sexualidad a los diecisiete años y para él, ser gay o bisexual, es algo tan improbable como que el equipo de baseball perdiera la temporada pasada aún cuando todos sabíamos que sin Levi de nuestro lado y con Zeke Jeagger en el equipo contrario no teníamos oportunidad.

— Él de verdad creía que podíamos ganar. — suspira él, medio encantado medio divertido.

— Y quedó destrozado cuando vimos que no. — recuerdo con una risita. — Este año nos recuperaremos.

Tomo una cucharada del helado y regreso mi atención a la película, que para este punto sólo es un ruido de fondo en mi habitación pues ni Marco ni yo le estamos prestando atención.

— ¿Hablaste con Ymir? — enarca una ceja.

Suelto un quejido al recordar mi conversación con la aludida; Ymir es esa clase de chica que podría deshacerme en tres segundos si se lo propusiera, mi primer beso, mi primer faje, mi primera y última esperanza de poder olvidarme de Mikasa, todo antes de que decidiera que una de las bonitas porristas era el amor de su vida y se hicieran novias, quisiera decir que rompió mi corazón, pero era algo que me esperaba desde el momento en el que había puesto sus labios sobre los míos, sabía que no me estaba besando a mí.

Que cosa tan más patética soy ¿cierto?

Así que no es exactamente mi tema de conversación favorito.

— Sí, dice que la fiesta será en casa de Historia, como siempre y que los de Marley irán también...ya sabes, no es muy distinto a los otros años. — tomo otro bocado de helado.

— ¿Vas a jugar con nosotros? — pregunta Marco, codeándome en el proceso.

Niego con la cabeza.

I Want To Ruin Our Friendship/ 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐬𝐚 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora