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Capítulo largo, de una me disculpo.

***

Miro mi cuaderno una vez más, tratando de imaginarme lo que quiero escribir y estructurar las ideas en mi mente antes de traspasarlas al papel; sin embargo, me siento tan abrumada que está costándome un poco pensar con claridad así que simplemente dejo la tarea a un lado y miro a Mikasa hacer la suya mientras intento encontrar una manera de decirle lo que he estado evitando contarle los últimos días porque un "Oye ¿sabes qué? Besé a Pieck Finger" no parece exactamente una buena idea pero siento que si no se lo cuento me volveré loca, no quiero esconderle cosas, ni siquiera sé por qué lo hago.

La conversación que tuve con Ymir me da vueltas y vueltas en la cabeza, niego, ella sólo quería molestarme, o consolarme, pero hay mucho más que simplemente no puede ver, posibilidades peligrosas aceleran mi corazón y no creo poder soportarlo.

— ¿Qué? — pregunta Mikasa con una ceja enarcada, dejando su tarea de lado. — ¿Tengo algo?

— No, no... es sólo que ya no puedo concentrarme en mi tarea. — me encojo de hombros. — Me siento descompuesta.
Mikasa me sonríe y se acerca a mí, sus delgadas manos me toman el rostro y presiona mis mejillas, seguro me veo graciosa, ella ríe divertida, aparto la mirada unos segundos, incapaz de mantenérsela al cien si estoy pensando en contarle lo de Pieck.

— ¿Qué pasa? ¿Qué cosa quieres contarme? — pregunta de pronto.

— ¿Por qué habría de tener algo para contarte? — alzo una ceja, aunque probablemente ya me sé la respuesta, Mikasa me conoce bien, de la misma manera en la que yo la conozco a ella, tantos años juntas nos dejan relativamente vulnerables la una a la otra, de lo contrario, no ocuparía tantas de mis energías escondiendo el único secreto del que nunca puede enterarse. — ¿Qué no puedo mirarte haciendo tarea?

— Porque te conozco Liv. — me guiña el ojo. — Así que suelta la sopa.
Me muerdo el labio y suelto el aire que hasta ahora noto que estaba guardando.

— No sé cómo decirlo, es complicado. — respondo. — No termino de procesarlo.

— ¿Y si lo dices así como va? — propone. — No puede ser tan malo.

Suelto una risita y asiento muy dudosa, no considero que besar a Pieck haya sido malo, objetivamente, fue un buen beso, creo que ella sabía lo que estaba haciendo, y más importante, lo que estaba buscando, yo también, pero... ¿ella me besó o yo la besé? ¿Realmente importa eso? Suspiro y dejo de darle tantas vueltas al asunto porque sé que sólo estoy posponiéndolo por lo nerviosa que me pone contarle esto a Mikasa.

— Pieck y yo nos besamos. — hablo.

La pelinegra se queda callada, sus ojos grises me miran tan abiertos como le es posible, abre la boca y la cierra un par de veces, me rasco la cabeza, sin saber cómo seguir, especialmente porque no sé lo que está sintiendo exactamente. Decido esperar a que me pregunte, que me pida saber sólo lo que ella quiere saber, lo hace, después de lo que me parecieron años, Mikasa se deja caer sobre su cama de nuevo y me mira con atención.

— ¿Cua...cuándo? — pregunta.

— El día del partido amistoso. — respondo.
— ¿Dónde?

— Cerca de las bodegas, no fue exactamente planeado, más circunstancial diría yo. — aparto la mirada cuando siento que comienzo a sonrojarme demasiado.

— ¿Y? — demanda tomándome por los hombros. — ¿Te gustó? ¿Han hablado de ello? ¿Están... están juntas?

— ¿Qué? No...digo, no es como que haya sido el peor beso de mi vida... tampoco estamos juntas Mika, siendo honesta... las cosas realmente no iban a funcionar entre nosotras así que quedamos como amigas. — me encojo de hombros, Mikasa suspira y sus ojos dejan de parecer dos enormes esferas, algo en ella parece calmarse.

I Want To Ruin Our Friendship/ 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐬𝐚 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora