IX

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El entrenamiento fue divertido.

Ganar el partido le ha subido los ánimos a todo el equipo (incluyéndome) y ahora parece que harán todo lo posible para ganar la temporada, para el final de la jornada todos nos encontrábamos riendo y jugando, en equipos más pequeños pero igualmente justos, hacía mucho no me divertía así, normalmente estoy muy ocupada encargándome de que todo salga bien para los partidos o arreglando asuntos con los directores y otros managers que se me olvida lo mucho que me gusta jugar con mi equipo.

El año pasado estaba demasiado sumida en lo que pasaba como para pararme a disfrutar de ello.

— ¡Ah querida Olivia! ¿Sabes lo mucho que adoro tenerte jugando con nosotros? Iluminas mi día.— habla Connie llegando a mi lado y pasando uno de sus brazos por mis hombros, dejo caer mi cabeza en su hombro soltando una carcajada y le dedico una sonrisa.

— ¿Y tú sabes lo mucho que aprecio tus halagos? — suspiro mirando a Mikasa, quien me lanza una sonrisa desde su lugar con Sasha, unos pasos delante de nosotros. — Haces maravillas por mi autoestima Connie Springer. — palmeo su rostro con cariño. — Maravillas.

Todos caminamos en bolita hacia los vestidores del equipo, envueltos en bromas y risas, están de muy buen humor. Los únicos que parecen estar apartados del grupo son Jean y Marco, pero teniendo en cuenta los eventos de esta tarde nadie los molesta en su pequeña burbuja, se ven felices y, si bien no se están tomando la mano o caminan abrazados, sus brazos se rozan y sus dedos juguetean entre ellos. Desconozco si hubo otra confesión amorosa, desaparecieron un buen rato antes de que empezáramos a entrenar, pero cuando volvieron la tensión que los envolvía desde hacia meses había desaparecido. Sólo espero que Marco me cuente todo en algún momento. Sonrío con suficiencia y vuelvo mi vista al frente, dándoles su espacio.

— Tengo muchos de esos, Livy. — Connie me guiña el ojo, sacándome otra carcajada.

— Si pusieras ese mismo esfuerzo en coquetear con las personas que te interesan, no estarías quejándote de tu soltería. — habla Sasha llegando a nuestro lado.

El chico rapado se encoge de hombros y mira a su amiga con una sonrisa, ella se la devuelve y por el modo en que se miran, sé que hay un montón de cosas que sólo entre ellos entienden. Connie y Sasha son mejores amigos y siempre lo han sido, si tuviera que describir las almas gemelas de un modo no romántico, los usaría a ellos como ejemplo porque eso es lo que son. Desde pequeños, se pegaron como imanes y ahora no hay quien los separe.

— Mi amor platónico por Olivia es todo lo que necesito. — dice él. — Nada más. Las relaciones y yo no nos llevamos bien. — no se escucha deprimido por eso, simplemente como un hecho que acepta.

Seguimos caminando, de pronto Eren y Armin también se han unido a la plática que ha pasado a ser bastante variada y algo trivial, nuestras risas resuenan un poco en el pasillo y algunos de los tennis rechinan en el suelo, llegamos a los vestidores y cada quien camina a su pasillo correspondiente, el de chicas siempre queda más vacío porque sólo somos tres, Mikasa camina a su casillero y yo al mío, sin embargo esta vez me aparto un poco de ella para vestirme, no mucho, simplemente giro mi cuerpo para no verla directamente mientras se cambia su ropa deportiva por el conjunto que traía hoy.

— ¡Liv! — habla ella una vez que termina de subirse las medias, Sasha y ella caminan hasta rodearme. — Cuéntanos todo Liv.

— ¿Todo? — alzo una ceja. — ¿Qué todo?

Jeanmarco ¿qué pasó con ellos? — insiste Sasha.

Tardo unos segundos en comprender que 1. Sasha ya les ha puesto un nombre de ship 2. Me están pidiendo que les hable de la confesión

I Want To Ruin Our Friendship/ 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐬𝐚 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora