Distrito 3, los cuatro inicios

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1 de enero de 2061

Me aturde el sonido de las doscientas alarmas que pone Henry para que ninguna lo despierte; así que más sonámbula que otra cosa veo la hora. Ya son las 7 a.m, ¿cuando deje de madrugar para estudiar y enfocar mi vida en mi futuro sin disfrutar el presente?, sabia la respuesta, estaba durmiendo a mi lado, me estresaba un poco ya que él era el que tenía que madrugar hoy y aunque le pase un tornado en la cara posiblemente ni chiste.

Hoy además de cumplir un año de conocernos va a ser el día en que entren los dos becados de su distrito, está muy emocionado, aunque si lo noto preocupado, sé que incluso para él fue difícil al inicio y eso lo inquita ya que me dijo que ellos son como sus hermanos menores a pesar de que solo se llevan 5 años de diferencia, Liz y Lucas, por fin los voy a conocer después de que me hablara tanto de ellos.

Vuelvo a recordar la hora. Es muy tarde.

—¡Levántate!—digo mientras agito a Henry —tenemos que estar en Educere a los 8

—Cinco minutos, igual entramos hasta las 9 —empezando a abrazarme mientras se vuelve a quedar completamente dormido.

—Tenemos que ir a recibir a tus amigos o ¿no?—le empiezo a dar pequeños golpes en la cabeza para que me siga hablando, en verdad nunca había conocido a alguien con el sueño tan pesado.

—¿Amigos? Mmm, no tengo solo te tenía a ti y ahora eres mi novia —mientras reía de manera baja y hablaba para sí mismo—aceptaste, no lo podía creer—con una sonrisa tierna volviéndose a acurrucar.

No es momento para pensar en estas cosas pensé y agarre el vaso con agua que había dejado a la par y se lo tire, honestamente estaba casi vacío
—¡Lucas y Liz! Vamos a ir por ellos.

—Hey —ya despierto mientras se secaba el agua en su cara—ya habíamos hablado sobre tirarme agua en cara—se detuvo para pensar — ¡ILEANA! YA ES TARDE—corriendo fuera de la cama—Apúrate ¿Qué haces ahí sentada?, nos tenemos que ir. Te dije que esas alarmas nunca suenan y eso—ya desde el interior del baño—que puse un montón.

Yo lo veía resignada ya que siempre era así, aunque eso también era lo que me gustaba de él. Me hace pensar que no quiero salir de la Universidad y que todos los días sean así, ya Henry alargo su estudio un año más para graduarnos juntos y por eso no le podría pedir uno más.

—¿En que piensas amor?—agarrándome la cara con las manos— Sé que te cuesta demasiado tomar consciencia, pero ocupo que te levantes —cuando me soltó le iba a decir posiblemente un insulto por siempre echarme la culpa a mi cuando él es que nunca se despierta, pero me interrumpió el sonido de la puerta al abrirse.

—¿Que paso? Pensé que hoy tenían que irse temprano —era mi mamá y me volvió a ver inmediatamente— Ibas a decirle algo grosero ¿no es cierto?—viéndome con decepción, aunque al mismo tiempo creo que ella quería escuchar lo que iba a decirle para reírse un rato con papá mientras chismeaban entre ellos.

—Es verdad señora Toresano, ella me agrede constantemente—poniendo cara angelical mientras yo volvía los ojos por la situación.

—Mal Ileana—desviando su mirada a Henry—Sabes que me puedes llamar Marta, ya eres de la familia— sonriéndole—pero si deben apurarse, el tren pasa a las 7:40 y ya está el desayuno, también está Rafa así que comamos los cuatro juntos.—

Marta y Rafa son los nombres de mis papás, ellos son increíblemente amables y aman a Henry desde que lo conocieron, dicen que le da un aire más entretenido a la casa y yo me veo más feliz desde el año pasado, no noto tanto la diferencia, pero me agrada que se lleven tan bien, aunque me gustaría conocer a los de Henry, es un tema que él mismo me especificó que no quiere hablar, lo único que sé es que si están vivos. Después de desayunar agarramos el tren el cual por dicha si estaba todavía.

Dosis antes de olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora