Capítulo 2 -Educere

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La primera semana transcurrió con normalidad, era el último en llegar y el primero en irme, lo que justificaba pensado en que todavía no confiaban lo suficiente en mi como para dejarme con tantos fármacos; tal vez sea lo mejor, soy joven y a esta edad es fácil caer en adicciones y eso me quedaba comprobado al ver que la mayoría de nuestros clientes era Universitarios en apariencia completamente sanos y pidiendo píldoras realmente fuertes aunque tampoco le daba importancia ya que era la Universidad más exigente y competitiva o por lo menos eso era lo que todos decían y lo que ahora me hace pensar lo ingenuo que era.

Al cumplir un mes de trabajar Angie me comunico que debía llegar una hora antes por la llegada de un nuevo cargamento, pero el transporte por mi residencia solo pasaba cada hora y media por lo que preferí llegar mucho antes, ya que al ser nuevo todavía debía tener cierto margen de puntualidad. Al llegar me encontré con Lucas con el camión de mercadería discutiendo algo con el señor a su lado el cual parecía de los típicos de los que cambiarias de acera si viene enfrente a ti, pero Lucas se veía completamente calmado.

—Esto es demasiado y no lo vamos a distribuir, por lo menos devuelva las 35 cajas de 20 gramos y veremos qué hacer con lo demás. —Dijo Lucas firme mientras yo me acercaba cada vez más por una orilla del lado opuesto de la farmacia. Pareciera como si todavía no me hubieran visto o me ignoraban por completo.

—Mira "mariposita", esta es la cantidad que dijo Terry y si no te parece podrías ir a reclamarle como hizo tu compañera. —dijo el sujeto acercándosele cada vez más hasta casi juntas frentes. —Hablando de ella ¿Dónde está, cariño?, aunque sospecho que no lo sabes. —y dio la vuelta mientras reía y se volvía a montar al camión.

Las cajas decían "Antioxina" y con eso me acorde del tipo del otro día que lo estaba pidiendo de manera obsesiva. —Hey que bueno que ya dejaran más de estos, muchos dicen ese nombre. —agarrando una caja. —Pero nunca había visto una de verdad. —En este momento Lucas me arrebato la caja con la misma cara de odio que me da día con día.

—No las toques y ¿Qué haces aquí tan temprano? —metiendo la caja en la más grande y cerrando todo.

—Angie me dije que llegara más temprano para ayudar a guardar la nueva mercadería. Pero parece que llegó mucho antes de lo que me dijeron.

—Si va a llegar a la hora que es; esto es distinto así que déjalo y espera al frente hasta que llegue la que Ileana y —viéndome de pies a cabeza para incluirme— van a recibir. Estas cajas son solo de Angie y mías así que no quiero que las vuelvas a tocar. —Así termino para luego entrar a la farmacia.

Pase media hora en la entrada esperando hasta que llego Ileana, como siempre se veía sumamente cansada pero ahora más agitada de lo normal. —Llegue a tiempo cierto, ¿todavía no ha llegado el camión?

—Llego uno pero Lucas dijo que me dejara de meter. El que estamos esperando todavía no, él.. ¿siempre es así de invivible? —Ileana dio una risa muy leve y luego me volvió a ver.

—Él es una muy buena persona, pero se podría decir que eso lo hizo confiar en las personas equivocadas, además de eso su antigua compañera es parte de la larga lista de desaparecidas y a todo esto, a lo que tengo entendido su hermana menor está muy enferma ¿Tú estarías sonriendo siempre si estuvieras igual?

—Bueno supongo que no, sabes ahora que recuerdo el conductor del camión también le hablo de su antigua compañera ¿desapareció así de la nada? —En ese momento vi que Ileana se puso a pensar un poco tensa.

—Sabes mucha gente no está volviendo a sus casas sin importar el género, pero pienso que es más extraño, que la policía ni nadie hace nada, es como si no les importara y mucha gente no hace más que ignorarlo a pesar de conocer a las víctimas, dime ¿Alguna vez te has parado a pensar en la cantidad de anuncios de "se busca" que hay por las calles o solo por alguna extraña razón los pasas por alto siempre?

En ese momento me puse a pensar y tenía razón, no es como si ocultaran el hecho de que mucha gente está desapareciendo, más que eso lo ponen a plena vista y de alguna manera siempre pasa desapercibido; de verdad llega al punto en que ya hace mucho no he visto ni siquiera un funeral o un velorio y eso contando que la cantidad de personas internadas es enorme y no es nada extraño escuchar que las personas están en esas condiciones.

—Sabes la verdad...—en este momento el claxon del camión interrumpió a Ileana. —Bueno ya llegaron, vamos y ayúdame con el inventario.

A partir de ese momento no volvimos a tocar el tema en todo el día más que todo porque la cantidad de medicamentos era abismal y aunque Lucas nos ayudó, duramos casi hasta la hora de cierre en eso; hasta ese momento nunca me había tomado el interés de verlo, en serio se notaba cansado, era moreno de pelo café y tal vez unos 10 centímetros más bajo que yo, pero aun así él se encargaba de los estantes más altos y las cosas más pesadas. Al momento de la salida nos quedamos solos ya que Ileana tenía muchas cosas por hacer y Angie a pesar de ser la gerente y haberla ocupado para muchas cosas hoy, más que todo administrativas no había llegado.

Nos encontrábamos en el comedor, si a ese lugar se le puede llamar así y note que había con disco individual eléctrico, lo que me pareció raro ya que nadie cocinaba ahí y si con costos los veía calentar una comida.

—Es raro que tengan esto cuando nunca han cocinado nada. — dije para intentar aligerar el ambiente pesado que siempre tenía al estar cerca de Lucas.

—Era de Liz, así que no deberías de tocarlo. —Liz muy posiblemente la compañera de la que siempre se menciona, pero no se llega a hablar más. —Lo siento, sé que debe ser difícil.

—Ella fue la que acepto el trabajo y ya esto cansado de ver buena gente que pasa por aquí sin darse cuenta de la estupidez que están haciendo.

—¿Qué tiene que ver lo que le paso con el trabajo? —En ese momento Lucas se quedó serio como pensando la razón por la cual había dicho eso para luego acercarse de manera rápida y agarrarme por los hombros.

—Escucha Adriel esta farmacia. — Y se quedó callado a la vez que el sonido de la puerta al abrirse se produjo.

—Si Lucas, cuéntanos, que tiene que ver con el trabajo. —Ahí estaba parada Angie y un tipo al cual nunca había visto, más alto que una persona normal promedio y de contextura gruesa que no nos quitaba los ojos de encima a lo que Lucas se alejó de mí.

—Estaba por decir que esta farmacia no tiene un buen servicio de transporte para la zona industrial de donde venía Liz por lo que seguro en ese recorrido fue donde paso todo. —aclaró sin quitarle la mirada fija a los dos al frente.

—Bueno no podemos especular nada. —Dijo Angie mientras se acercaba y agarraba a Lucas de un costado.
—Saben debieron trabajar mucho hoy, por lo que deberían irse de una vez. —a lo que le susurro algo a Lucas para después soltarlo y sonreír de la misma manera de siempre.  

Dosis antes de olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora