Capítulo 8 - Emonía/Adriel

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21 de setiembre 2072

Ya amaneció completamente dejando atrás la penumbra de esta celda, calculo que son las 10 a.m y el detective Owen no ha vuelto a entrar; en realidad nadie lo ha hecho. Por mi edad ya no deben de llamar a nadie por mi arresto y aunque tengo una llamada obligatoria no deja de perturbarme el saber que no tengo a nadie a quien llamar. No se nada de Lucas ni de Henry desde hace más de un mes, mis padres posiblemente no contesten y no sabría como contactar a mis hermanos, eso debería de ser una indirecta supongo.

Pero en eso mis pensamientos se ven interrumpidos por el chirrido de la puerta al abrirse y con esperanza volteo a ver de quien es la silueta que se asoma, pero decaigo al percibir que literalmente es la persona que menos quería ver, peor en un momento así.

—Sabes deberías quitar esa cara, se que no me quieres aquí, pero no se quien más vendría­—decaída.

­Verla no me desagrada, pero me enoja tanto como para no responderle por que la quiero y se que me puedo arrepentir de todas las cosas que quisiera decirle en este momento.

—Hace ya un mes que no veo a Henry —decía mientras se frotaba su vientre abultado por sus cinco meses de embarazo—alguien murió y solo quiero que me digas que no es él, por favor—casi a punto de llorar, pero se notaba su esfuerzo por aguantarse— Se que no merezco que me hables, pero solo dime que no.

Agarre aire por un momento donde solo quedo un incómodo silencio—Yo tampoco lo sé Ileana.

—¿Sabes dónde está?

—No.

—No sabes nada o él te dijo que no me dijeras—dijo como una pregunta, pero parecía más una afirmación.

—No se nada de él ni de Lucas desde ese día, creo que se fueron juntos, aunque no estoy seguro—suspire, no quería seguir, pero siento que Ileana lo necesitaba—Yo creo que Henry si va a perdonarte, por lo menos algún día, estaba muy feliz cuando nos conto que iban a tener un hijo, pero debes de entender que nunca se imagino que tu hicieras algo así, nada mas debes de darle tiempo.

Al terminar y volver a verla a los ojos pude ver que ya estaban llorosos, se que le duele mucho y soy empático con ella, pero en este momento no se cómo serlo.

—Ni siquiera me dejo explicarle las cosas—mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

—¿Eso hubiera ayudado en algo?—le dije viéndola completamente serio lo que la dejo en blanco por unos segundos

—Voy a revisar que cargos tienes y ver si tu familia puede ayudar a que salgas de aquí—limpiándose la cara rápido y mostrando una cara muy hipócrita de tranquilidad mientras salía de la habitación, pero al momento de irse se volvió con una sonrisa—Si lo vez dile que vuelva, por favor, tenemos mucho de qué hablar.

—Lo hare—mencione mientras ella cerraba la puerta desde el exterior.

Dosis antes de olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora