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23 de julio del 2021

Estaba desayunando para poder irme a trabajar de nuevo a la heladería, esta vez decidí ponerme un pantalón acampanado negro con un top verde de manga verde, el clima decidió dar un giro e iba a llover en la tarde así que ahora estaba haciendo frio. 

Mi mamá me había hecho una malteada de fresa la cual estaba desayunando. Ella tenia su pelo castaño claro y sus ojos negros que resaltaban con los lentes que llevaba. 

—Hija no se te olvide pasar a comprar las cosas que te pedí —me dice mi mamá sentándose enfrente mío

—Si mamá —termino de tomar mi malteada y después me voy a mi cuarto donde agarro mi mochila negra donde guardaba mis cosas personales. 

Me despido de ella y después salgo para empezar a caminar a la heladería, para llegar tenia que caminar unos quince minutos pero no era un problema ya que solo me ponía mis audífonos y el tiempo pasaba más rápido. 

Llegue a una tienda en la cual entre para agarrar golosinas pero cuando iba a pagar note que había bolsas de papel con una etiqueta la cual decía Arándanos, la agarre y pague todo para después salir de la tienda y seguir mi camino a la heladería.

Al llegar, note que ya estaba abierta así que solo entre y vi a Arán viendo su celular, fui directo a el pequeño cuarto de limpieza donde puse mi mochila alado de la suya pero antes saque la bolsa de papel. 

Al salir vi que seguía en el celular, me acerque lentamente y le extendí la bolsa. 

Él despejo su mirada de su celular y miro a bolsa con el ceño fruncido.

—Es un pequeño regalo —digo y él lo agarra.

Cierra los ojos cuando ve la etiqueta y eso causa que suelte una risa. 

—Espero y no seas alérgico 

—No pero desearía serlo —vuelve a abrir sus ojos. 

Pasa alado mío y va a el cuarto, voy a el escritorio donde saco la libreta y anoto la fecha de hoy, prendo la computadora y en ese instante una bolsa transparente aparece enfrente mío. 

Alzo mi mirada y me encuentro con los ojos grises de Arán, él solo aprieta los labios y sacude la bolsa, la agarro dándome cuenta de que eran las mismas paletas que un día me dio. 

—Gracias —digo sacando una paleta

—¿Te molesta si mis amigos vienen aquí? 

—No, para nada 

—Esta bien, porque van a estar un buen rato molestando aquí —dice haciendo que suelte una risa. 

Y como lo dijo, media hora después sus amigos y la chica que una vez vino entraron a la heladería y se sentaron en una de las mesas que estaba adentro de heladería, Arán los atendió e incluso se paso un rato con ellos. 

Después de un rato, mis dos amigas entraron a la heladería y Fernanda quedo viendo sorprendida a Jacob que era amigo de Arán. 

—¿Por qué no me dijiste que él estaba aquí? —me pregunta cuando esta cerca mío

—No lo reconocí 

Era verdad, no lo había reconocido hasta que ella lo miro con sorpresa. Nos fuimos a sentar a una mesa de el otro lado en donde estaban los amigos de Arán, Fer y yo estábamos a espaldas de ellos mientras que Ari estaba enfrente nuestro. 

—No importa solo que no pude ir a nuestra cita y lo ignore por vergüenza 

—Pues hay viene —dice Ariadna. 

En las tardes de un veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora