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Aziraphale veía el jardín trasero por la puerta de cristal. No era una gran vista que digamos, Crowley lo había cubierto con un enorme manto negro usando un milagro, además lo volvió insonoro pues el silencio afuera era sepulcral. Sintió como algo tiraba de su pantalón, era su niña extendiendo los brazos para que le hiciera 'upa'. Una vez la tuvo arriba, padre e hija miraron por el cristal.

- Papi - dijo Queen señalando la puerta.

- Sí, papi está afuera haciendo alguna locura - el ángel sonrió - ¿Qué crees que trame está vez?

- ¡Kaboom! -

Ante esa expresión hecha por su pequeña el ángel no pudo evitar reír, incluso ella sabía que su padre no era de mucha confianza. Miro el reloj, casi eran las 3 de la tarde. Llevó a la menor a su cuarto de juegos para poder preparar la comida sin temer porque a su hija le pasará algo. El lugar estaba lleno de juguetes acordes para su edad, las paredes pintadas de un color morado pastel con varias estrellas de plástico decorándola y una casita de acampar que parecía un castillo. Mientras Queen mordía uno de sus aros dos conejos de peluche aparecieron frente a ella, uno era blanco y el otro negra. Con curiosidad la menor tomo al de pelaje claro y lo observo, pasados unos pocos momentos sonrío y lo abrazo con cariño. A pesar de ser de peluche parecía que el animalito sonreía ante el tacto de la infante. Y era verdad, Gabriel era quien había tomado la forma de aquel peluche, disfrutando de aquella muestra de cariño dada por la niña. Una tristeza lo invadio, no podía creer que hace unos pocos meses el intento acabar con ella, que incluso la maldijo solo para hacer sufrir a sus padres. Una lagrima resbalo por su mejilla afelpada, la pequeñita lo separo de ella y lo miro.

- Nejito tite - Venus beso la frente del peluche y sonrío - Gabiel no tite, Gabiel feli

- ¿La mocosa dijo tu nombre? - exclamo Bellzebup sorprendido volviendo a su forma normal.

- ¡Ellzebup! - la menor gateo hacia el demonio y extendio sus brazitos - ¡Upa! ¡Upa!

- ¿Y está que quiere? - el azabeche sujeto a la menor por la cintura mirandola confundido.

- Quiere que la cargues - explico el de ojos lilas volviendo a su forma ''humana'' - Es como apretarla con cariño.

- ¿¡Bromeas!? Soy un demonio eso del cariño no es para mi - solto algo ofendido el más bajo.

- Te lo digo ángel, es una sorpresa buena - la voz del demonio pelirrojo se escuchaba en off

- Muy bien, solo dejame ir por nuestra pequeña.

Los pasos del ángel acercandose al cuarto hizo que ambos entes en panico se escondieran dentro del closet. El de cabellos blancos entró al cuarto, tomo a su niña y salio de ahí, sin prestar atención al closet abierto. El arcángel y el principe del infierno solo observaron como el ser etereo y su pequeña se iban. Aliviado el más alto dejo escapar un suspiro pero se dio cuenta de tres cosas: la primera era que el closet era demasiado pequeño, la segunda era que el principe de las moscas era bastante suave y la tercera (la cual seguramente debío pensar primero) es que estaba bastante cerca de su rostro. Con el color rojo adornando sus mejillas el más bajo empujo al arcángel fuera del closet, para después salir el tranformado en brisa y desaparecer. Se encontraba confundido y nervioso, incapaz de poder ponerle un nombre a todo lo que estaba sintiendo desde que empezó a trabajar con el. Sentia que era algo indebido, algo bobo y algo que definitivamente alguien tan poderoso como el no debía sentir. Solo había una persona a la que podia recurrir y eso lastimaba horriblemente su orgullo.

Mientras tanto en el patio de afuera padre e hija observaban con maravilla el lugar. Miles de flores adornaban los arbustos y las enredaderas en las paredes de la casa, una bella casa del árbol ahora era parte del árbol de manzana, una resbaladilla, columpios y una mecedora.

- ¿Qué te parece? - pregunto emocionado el demonio.

- ¡Es bellísimo cariño! - el ángel beso a su esposo - Estoy ansioso porque nuestra pequeña juegue aquí.

- Será muy feliz aquí.

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Anathema paseaba junto a Queen. Los padres de la bebé habían ido a la ciudad de emergencia y su esposo fue a visitar a su madre, así que ella la estaba cuidando sola. La bruja extendió una manta en el suelo y sentó ahí a la pequeña para jugar con ella. El ambiente se torno pesado de pronto, un aroma a venganza mezclada con odio entro por sus fosas nasales, un rayo iluminó el cielo; Michael y Uriel. Al verlos la ocultista tomo a la niña y la abrazo con fuerza.

- Al fin la encontramos - dijo la castaña con una sonrisa.

- La hija de los traidores, siendo cuidada por una simple humana. - continuo Uriel con una sonrisa retorcida.

- Ni siquiera se acerquen - Anathema los miraba desafiantes, no permitirá que le hicieran daño. - ¿A caso quieren que el ángel que todo lo ve vuelva a acabar lo que empezó?

Un escalofrío pareció recorrer a ambos entes. Pero eso no basto para que se fueran, el arcángel se acercó a ella y con un milagro durmió a la mujer. El arcángel de detalles dorados tomo a la niña en brazos mientras sacaba un cuchillo de su saco, antes de siquiera poder tocar un pelo de la infante sintió un horrible golpe en su cara que la mando al suelo, mientras que algo dejo suspendida en el aire a Michael.

- Te dijeron que no tocarás a la niña - Michael miro a su atacante, la rabia en su mirada era incalculable.

- ¡Traidor! - ladro desde el suelo el arcángel - ¡Eres un traidor Gabriel!

- ¡Silencio ambas! - exclamó autoritario, cargo a la niña con cuidado y los miro - De ahora en adelante está niña esta bajo mi protección también y cualquiera que se atreva a hacerle daño no solo se enfrentará a la irá del ángel que todo lo ve, también a la mía. ¿¡Quedó claro!?.

- Le diremos de esto a la todopoderosa - Uriel se levantó mirando con desaprobación al de ojos lavanda. - Esto no se quedará así.

Ambos entes desaparecieron dejando solo a Gabriel. Un suspiro cansado salió de su boca, miro a la niña en sus brazos, sus ojos ámbar lo estudiaban con curiosidad mientras sus manos tocaban toda su cara. Al finalizar su estudio Queen sonrió con dulzura y empezó a reír. Anathema, quién no tenía mucho de haber recuperado la conciencia lo miraba con una mezcla de confusión y asombroso, no esperaba ver algo así nunca, mucho menos que el poderoso arcángel se pusiera de rodillas frente a ella.

- No volverán pronto - dijo mientras le entregaba a la bebé - Ahora que tiene mi protección cada vez que esté en peligro lo sentiré y la protegeré. Por favor cuídala muy bien y no le digas a sus padres lo que pasó.

- No será necesario que Anathema nos diga nada - la voz de Aziraphale se escuchó justo a su espalda.

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Si ya se que me mame al actualizar casi 8 meses después pero tenía un horrible bloqueo y no sabía cómo seguir con esta historia. Mi plan es terminarla a toda costa, porque no quiero que quede solo en hiatus. Igual puede que entre hoy y mañana también actualice "Enseñanza inefable" aún nada es seguro. En fin los TQM y por favor denle amor a la historia.

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⏰ Última actualización: Dec 10, 2022 ⏰

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