ʍǟֆƈօȶǟֆ

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Desde que evitaron que asesinaran a su hija ninguno quería dejarla sola, no estaban dispuestos a que se volviera a repetir lo de hacia un mes. Ahora que la pequeña tenía 4 meses, podía gatear e intentaba repetir las palabras que decían sus padres. Gracias a lo ultimo el demonio tenía que evitar decir groserías frente a ella, no quera ser un mal ejemplo.
Crowley empujaba el carrito de compras, tenía a Queen en la cangurera y ella estaba bastante tranquila jugando con las llaves del Bentley. Aziraphale se acercó a el con varios paquetes de pañales.

- ¿Escogiste bien está vez, ángel? - le pregunto en tono burlón el pelirrojo.

- Muy gracioso querido, pero está vez si son pañales para bebés - el rubio le saco la lengua a su esposo.

- Necesita nuevos chupones, que sean de conejito - comento Crowley mientras buscaba con la mirada los chupa-chupa con el diseño favorito de su hija.

- Sigo sin entender como le hace para romper los chupones si aún no tiene dientes - el ángel miro a su hija, la niña solo rio como si fuera consiente de lo que le habían dicho.

- Parece que ya no hay de conejos. - soltó el de ojos ámbar.

La niña hizo un puchero, ambos padres sabían lo que seguía y definitivamente no les gustaría. Venus cerro los ojos mientras jalaba aire, antes de que pudiera abrir la boca un empleado paso junto a ellos y empezó a reabastecer los chupones de conejo. Aliviados ambos padres tomaron los productos y se dirigieron a la caja registradora.

- ¡Señores Fell, por aquí! - un joven cajero de raza negra les hizo señas para que se acercará a la caja que el atendía.

- Un gusto volver a verte, Benny - saludo amable el rubio.

- Un gusto verlos también, en especial a la pequeña Queen -

El joven pasaba los productos con rapidez, se detuvo al ver los chupones y los analizo.

- Que extraño, creí que habían descontinuado este diseño - comento mirando los paquetes

- ¿Los descontinuaron? - inquirió Crowley confundido.

- Sip, creo que fue por problemas con la distribuidora o algo así. Un milagro debió ocurrir para que se arrepintieran.

Siguió en lo suyo dejando a los adultos sorprendidos. Después de que pagarán, guardaron todo en la cajuela del Bentley y subieron al auto. Mientras avanzaban lo hacían en un silencio algo tenso.

- Gracias por hacer ese milagro - hablaron al mismo tiempo.

- ¿¡No fuiste tu!? - inquirió exaltado el ángel.

- ¡Claro que no! Pensé que fuiste tu - contesto el demonio dándole una rápida mirada al rubio - Crees que ella... Ya sabes.

- No estoy seguro querido - miro a su hija por el espejo retrovisor - Pero de ser así debemos tener mucho cuidado. 

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Era un fin de semana tranquilo. La pequeña familia estaba en la librería, mientras Aziraphale atendía a los clientes Crowley y Venus estaban en el piso de arriba, la menor miraba un libro infantil que su padre le había dado, el demonio estaba sentado a su lado mirando su celular. 

- Dada dada - la vocecita de su niña lo hizo levantar la vista del aparato. - Guau guau, dada.

- ¿Qué pasa pequeña? - miro el librito, había un perro dibujado - ¿Quieres un perrito acaso? No estoy seguro de que a tu papá le parezca buena idea.

- Gua guau dada - repitió la pequeña en tono triste mirando al pelirrojo.

- ¡No me mires de ese modo! Tu y tu papá tienen esa habilidad de mirarme así y yo no puedo evitar cumplir lo que me dicen - miro hacia la ventana en un intento de no ver el rostro de su hija, cosa que no pudo hacer durante más de 10 segundos - ¡Tu ganas! Hablare con nuestro ángel para darte una mascota.

Venus sonrió feliz y extendió sus manitas para que Crowley la cargara. Mientras tanto Aziraphale restauraba un viejo libro, se le hacia extraño el no escuchar ningún llanto o alguna queja por parte de su esposo e hija respectivamente, a veces ambos se aburrían de estar en la librería y empezaban a hacer un escandalo. ''Su esposo y su hija'' no pudo evitar sonreír ante ese pensamiento, nunca se hubiera imaginado que acabaría casado con un demonio, nunca creyó que su vida sería tan feliz en un lugar que no era el cielo y con personas que no eran ángeles. Extrañaba el cielo de cierto modo, pero al mismo tiempo no podía evitar sentir rencor por aquellos que se hacían llamar arcángeles y que fueron contra la vida de su pequeña. Estaba tan distraído pensando en eso que no escucho la voz de Crowley llamándolo, un grito logro sacarlo de su burbuja. Puso el cartel de cerrado y subió a gran velocidad al segundo piso, grande fue su sorpresa al ver el piso lleno de cachorros de distintas razas mientras Venus abrazaba a uno de ellos y el demonio intentaba quitarse a algunos perritos de encima. 

- ¿Cómo sucedió esto? - fue lo único que pudo salir de su boca mientras ayudaba al de ojos ámbar a quitarse a los animalitos de encima.

- Queen quería un perrito así que ella hizo un milagro - se levanto como pudo del suelo y chasqueo los dedos haciendo desaparecer a los animales - Debemos mantenernos atentos a este tipo de cosas ¿no crees ángel?

- Sí pero no creo que reprimir su naturaleza sea buena opción - sus ojos se dirigieron a su hija, quien seguía abrazando a un cachorro color negro con café - ¿Por qué no hiciste desaparecer a ese? 

- ¿No te lo dije? Ella quiere un perrito, además parece que se encariño con ese - el pelirrojo hizo su mejor expresión de inocencia - ¿En serio quieres que se lo quite? 

El ángel puso ambas manos en su cintura y entrecerró los ojos mirando de forma acusatoria al demonio - Aja ¿solo fue idea de Queen entonces? - el pelirrojo asintió - Pues bien, mientras ella crece tu te encargaras de cuidarlo y de entrenarlo, los rottweiler son sumamente peligrosos. ¿Entendiste?

- Como ordenes ángel - 

Tomo a su niña y al animal y se fue, seguro al veterinario. Si a Crowley y a Queen les hacia feliz tener una mascota ¿por qué no cumplirles ese pequeño capricho? Además había algo que lo preocupaba, ella empezaba a manifestar sus poderes, por ser pequeña y no saber como controlarlos eso le traería problemas en varios momentos. Por lo que noto, se presentaban cuando su niña deseaba algo con demasiado fuerza, si se basaba en eso para buscar una solución lo que parecía más ''viable'' seria darle todo lo que quisiera en cuanto lo pidiera, pero no quería que fuera una caprichosa, mimada de grande. Un suspiro cansado salió de sus labios, le comentaría su preocupación a Crowley más adelante por ahora seguiría atendiendo la librería.

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No queremos que Venus se vuelva mimada ¿verdad? Eso no pasara, tranquilos.

¿Qué les pareció el capitulo? ¿Alguna sugerencia para el siguiente cap?

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