CAP 15: Mi marca, nuestro lazo

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Sentía como si me estuvieran comprimiendo el corazón

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Sentía como si me estuvieran comprimiendo el corazón. El simple hecho de pensar que a Jimin le podría suceder algo me hacía enloquecer. Mi lobo estaba rasguñando mi interior de forma desesperada, queriendo saber algo de su omega.

Aceleré lo más que pude sin importarme si rompía alguna regla de tránsito, Jimin era lo más importante ahora y mi desesperación tampoco me permitía ir más lento.
Cinco minutos después llegué, todo estaba rodeado de policías y periodistas, miré a todos lados intentando localizarlo, no podía buscarlo por su aroma debido a la cantidad de personas que había, vi la cinta amarilla policial y sin pensarlo mucho me dirigí hacia allá, pero mis pasos se vieron interrumpidos por un policía.

—Por favor solo quiero saber si mi novio está ahí —le supliqué sintiendo mis manos temblar profusamente.

—No puede pasar, es peligroso, solo quedan un par de rehenes, tal vez su novio ya salió.

—¡No está aquí afuera! Por favor necesito verlo —la angustia se estaba apoderando de mí de forma rápida, ya sentía las lágrimas acumularse en mis ojos. De solo pensar que le haya pasado algo...

—¿Cómo es su novio? —preguntó.

—Es un omega, bajito, de cabello rosa —la mirada de lástima que me dió me hizo tragar grueso, intentando deshacerme del nudo que se había formado en mi garganta.

Desvió su mirada detrás de mí, y yo me volteé viendo a un oficial tapando un cuerpo, del cual solo resaltaba el cabello rosa. Comencé a hiperventilar, intentado inspirar profundamente ya que el aire no parecía querer llegar a mis pulmones. Parecía como si mis vías respiratorias se hubieran cerrado de reoente. Mi lobo aulló con tristeza en mi interior, tirándose al suelo sin fuerzas 9segundos después, y yo solo negaba con la cabeza no queriendo creer lo que tenía frente a mí.

—Lo lamento muchacho —puso una mano en mi hombro.

—No, no, no Jiminie —mi voz apenas era audible, las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas cual cascada, mis extremidades temblaban y las sentía acalambradas, y lo único que experimentaba en ese instante era una fuerte agonía que arrasaba con todo a su paso, solo en ese momento dándome cuenta de que mi vida no tenía ningún sentido si mi Jiminie no estaba en ella.

Di un par de pasos intentando acercarme a él, ver su cara, tocarlo, sentir aunque sea una pizca de su dulce aroma; pero un agarre en mi brazo lo impidió. Me safé bruscamente pero intentó impedirme el paso nuevamente.

—¡Suéltame! ¡Déjeme verlo, por favor! —sollocé con la voz quebrada, ni siquiera tenía fuerzas para hacerle frente a ese policía y que me dejara verlo una última vez.

Caí al piso arrodillado, tapando mi rostro mientras mi llanto se hacía presente, sintiendo tanta culpa por haberlo hecho sufrir todo este tiempo, porque ahora ya no podría ver su hermosa sonrisita y ya podría escucharme decir que lo quiero más que a nada, que no puedo vivir sin él.

¡Eres mi alfa! ⚜️ Kookmin ⚜️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora