CAPITULO 54

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Un nudo en mi garganta me impide hablar con claridad, estoy tan cansada que mi vista se nubla múltiples veces mientras intento leer aquel párrafo y mis ojos se cierran cada que intento concentrarme en hacer lo que me dicen.

– Vamos niña – me apresura Pearce – no tenemos todo el día

Trago grueso y me enfoco en el libro – Mi don y maldición con el que he nacido me ha agotado con el poder que otorgó mi descendencia y… 

– ¡Más fuerte o el Olmaya no sirve! – me exige Pearce

Yo intento mantenerme concentrada pero aún no soy lo suficientemente fuerte para hacer esto, mi inconsciencia me ha dejado secuelas que siguen ahí.

Una de mis lágrimas que había estado reteniendo se derrama y Silvia se burla al verme – No eres más que una patética criada

La miro con coraje pero me contengo y miro al libro nuevamente – Mi don y maldición con el que he nacido me ha agotado con el poder que me otorgó mi descendencia – repito con una voz un poco más fuerte y empiezo a notar como el círculo a mi alrededor comienza a brillar con un tenue color lila – y… decido renunciar a el, dejarlo en manos de alguien más… – leo las últimas palabras en mi mente y suspiro sabiendo lo que pasará

– Lee lo último, solo necesitas eso para salvar a tu familia – Pearce sonríe

– Pearce… podemos arreglarlo de otra manera, puedo darte un rango más alto o… 

– Te acabo de decir que no hago esto por mi – su sonrisa se borra – cállate y deja de intentar negociar

– Te arrepentirás si haces esto… estás creando un agujero tan profundo del cual no podrás salir si no te detienes

– ¿De verdad crees que me importa lo que dices? – el se burla

Lo mire directamente a los ojos – Tu tienes una familia, esa familia tiene que importarte

– Es por eso que está aquí mi familia, Silvia, mi hija es mi adoración y le daré todo, tu nunca podrás tocarla

– ¿Y la señora Roxana? Ella es como tu madre, ¿Cómo crees que se sentirá al saber que su amado Pearce está haciendo esto? Te convertirás en una vergüenza para ella

El sonrió – Deberías dejar de preocuparte por mí y poner más atención en tu vida, tu familia más que nada

Miro una vez más el libro y sonrío levemente al leer un poco más arriba del párrafo de traslado de poderes

Esto no funcionará, está mal el Olmaya

Silvia me mira sonreír – Se ha vuelto loca

La ignoro y suspiro para leer – Y con uso de mis facultades transfiero mis poderes al nuevo sucesor – cierro mis ojos y Pearce se aleja sonriente

El círculo en el piso brilla más fuerte y el extiende su mano con aquel dije para absorber mi magia, algunas ráfagas lilas se acercan a el pero antes de que toquen el colgante regresan a mí, al lugar de origen.

– ¿Qué?, ¿Qué esta pasando? – balbuceó Pearce – ¿Qué falló?

Silvia me mira y se acerca mientras me toma por el cabello – ¿Qué fue lo que hiciste?

La mire egocéntricamente – Yo no hice nada

– ¡Claro que lo hiciste, zorra! No faltaba nada…

– Faltaba algo – confieso con una sonrisa

– ¿Qué falta? – pregunta Pearce y se acerca

– Sinceridad, respeto y un objeto apto para la transferencia – la voz de André se escucha a mis espaldas y se acerca

El elemento ImperiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora