Capítulo 14

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Jack

Todos le consideran un inútil. No sirve para el campo de batalla. Más que matar a alguien, seguro que se mataría a sí mismo. Por eso le han apartado de las prácticas. Lo que solo le deja demasiado tiempo libre.

Desesperado por hacer algo, ha terminado en la enfermería. Siempre hay gente en ella, siempre hay algún herido aunque sea con un pequeño corte. Una chica muy simpática, Kara, le está enseñando a coser una herida, aunque él ya sepa cómo se hace, ha leído cosas al respecto, solo que no lo ha visto hacer nunca.

-¿Y si el paciente se mueve demasiado para poder coserla bien?-pregunta pues es precisamente el caso, en el que un joven que ha resultado herido en el entrenamiento, no para de retorcerse.

-Bien, es fácil-la joven se echa para atrás la trenza morena y antes de que nadie reaccione, le pega un golpe en la cabeza al chico en la cabeza y este cae, sin sentido, en la camilla.

-Buscaba alguna manera menos... violenta.

Kara se encoge de hombros y sigue con la cura. Entonces entra una chica que se ha caído mientras corría y se ha torcido un tobillo. Rápidamente Jack acude en su ayuda para ayudarla a llegar a una de las camas.

-Alteza-la chica insiste en hacerle una pequeña reverencia.

-No hace falta que hagas eso.

Jack empieza a palpar el tobillo, mientras Kara le va dando instrucciones de lo que tiene que hacer, pues no ha terminado todavía de coser la herida del chico. Descubre que el tobillo solo ha sufrido una pequeña torcedura y lo empieza a vendar. Todo para que cuando Kara lo revisa decida que está mal hecho, pues lo ha apretado demasiado y ella lo vuelva a hacer.

-Esto se aprende con la práctica. Yo tuve que vendar a mucha gente, incluso a mí misma, hasta que aprendí a hacerlo perfecto-lo anima Kara y recibe una mirada agradecida de la chica.

Algo más tarde, cuando se dirige a su habitación, es atacado. Atacado por dos pequeños bichos llamados príncipes que le atan con una cuerda y juegan a los monstruos.

-Los monstruos no existen-les grita para que le suelten-pero los mandaré tras vosotros como no me soltéis.

Los niños solo se ríen y empiezan a bailar a su alrededor, mientras cantan las canciones infantiles que él escuchaba a los niños cantar a través de su ventana. Los cantos desaparecen cuando Teresse entra en la sala elegida por los niños como su cuartel. Teresse, que les mira con una mirada muy severa antes de negar con la cabeza, da un paso hacia ellos y ponerse a cantar.

Ante él, Jack tiene a la princesa perdida cantando como si fuera una niña, sonriendo a los niños que son el futuro, a pesar de toda la rabia y la pena que debe de tener en su interior.

Al final se rinde y canta con ellos. Si no puedes ganarles... únete a ellos. Al menos en este caso.

-¡Señora!-uno de los capitanes aparece corriendo y prácticamente derrapa antes de entrar-Noticias frescas e importantes.

-¿Qué ha pasado?

El capitán lanza una mirada a los chicos, pero Teresse la hace un gesto para que hable, aun delante de ellos. Él asiente y empieza a hablar.

-Nos informan de que los nuevos espías parecen haberse infiltrado con éxito-Jack siente como el nudo que tenía en el estomago desde que Helena se marchó se afloja un tanto al oír eso-. Además, han conseguido enterarse de algo, inaudito.

-¿De qué?-exclaman los niños, ansioso por saber la respuesta.

-Existe el rumor de que los reyes planean ofrecernos a su hija a modo de paz. Se ha filtrado la existencia de Jack-le señala-Y piensan que su matrimonio podría aplacar al pueblo, que no parece del todo contento con las próximas nupcias del futuro heredero. Aunque también podría ser debido al creciente poder adquirido por lord Kistar, quien tras la boda, tendrá tanto poder como el rey.

-¿Es un rumor o un hecho confirmado?-Teresse está pensativa, posiblemente viendo los pros y los contra de la situación.

-De momento un rumor, pero teniendo en cuenta la proximidad de la boda, no dudo que pronto conoceremos su veracidad.

Teresse asiente y camina de un lado a otro, hasta que sus ojos se fijan en Jack. Jack que siente como su vida, siempre dirigida por sus padres, está a punto de empezar a serlo por Teresse.

-De ser así, Claudio, aceptaremos la petición.

-¿Teresse?-Jack expresa sus dudas.

-Es una manera de entrar en el círculo, Jack, no podemos desaprovechar la oportunidad.

Con la nueva idea en mente, Teresse desaparece. Jack, necesitado de aire, suelta con rapidez las cuerdas que todavía le sostienen y huye por los corredores hasta que ya fuera, puede respirar el frio aire del anochecer.

-¿Jack?-la voz de Kara le hace suspirar y gira la cabeza para mirarla-Necesito tu ayuda en la enfermería.

Jack asiente. Puede que pronto se convierta en príncipe y marido de una princesa. Pero de momento va a centrarse en la medicina. El dolor de otros puede que mitigue de alguna forma el dolor que crece sin parar en su corazón.


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Lo sé, lo sé. Corto. Espero no tardar tanto en poner el siguiente capítulo. Gracias por la paciencia!

De sangre azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora