--¿Quién eres tú? ¿Qué haces en la cocina y en mi casa? --. El tipo no parecía amable y sus facciones lo decían todo y eso asustó a Felix.
--Disculpa. Soy Felix, el nuevo cuidador de Seungmin.
--¿Cuidador?
--Niñero. --dijo con una mueca de disgus...
—Calma hijo—pedía Irene quien lo acompañaba en el auto, mientras el rubio manejaba estresado y rapido, hasta sus nudillos estaban blancos por falta de circulación y su respiración agitada llamaba la atención de su mamá. — Felix...
—Te dejaré en la casa, esto es algo que debo solucionar ahora mismo
—Puedo interceder por ti si quieres, la señora Rose sabrá de mi boca que la clase de hijo que eres.
—No mamá, eso sería si fuera un niño, pero no lo soy, ella me va a escuchar y... — "Y Hyunjin también" pensó.
Irene se quedó muy preocupada y mientras veía partir a su hijo otra vez rumbo a su trabajo, se quedo con una mano en el pecho angustiada, pensando que quizá perdería el trabajo y eso implica tener que mudarse, dejarla e irse con su padre.
Felix no sabía que hacer para dejar de estar molesto, por más que suspiraba hondamente las cosas nasales se dilataban de tanta cólera.
—¡Hyunjin eres un maldito desgraciado!— Hablo al vacío.
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Hyunjin se miro al espejo y se asustó de su imagen, tenía un poco de barba ya crecida, su cabello estaba alborotado y demasiado largo, pensó en la idea de teñírselo de negro, quizá un cambio de look, algo que le hiciera sentirse renovado, diferente, como un nuevo Hyunjin y sonrió ante esa idea.
Salió del baño de su habitación cuando escuchó las pataditas típicas de su hermanito en la puerta de su cuarto.
—¡Abre! —pidió con altanería y Hyunjin decidió hacerle caso, de todas formas sabía que en casa sus padres siempre lo dejaban a un lado.
Abrió su puerta dejándolo pasar. Seungmin lucía molesto y con el ceño fruncido, entró directo a su cama y ahí se sentó.
—Quiero hablar contigo de hombre a hombre —dijo haciendo su voz más grave y cruzándose de brazos lo que causó risa en Hyunjin.
—Aún no eres hombre, apenas eres un niño.
—¡No me importa! Quiero hablar. —Hyunjin suspiró resignado y se sentó a su lado.
—Bien dime.
—Es de Lixie —dijo serio y Hyunjin se llevó una mano al rostro.
—Seungmin...
—¡No! Deja que termine, no interrumpas, es de mala educación. —Hyunjin miró a su hermanito con curiosidad, parecía un adulto hablando así.
—Bueno... —comenzó a titubear ya que no sabía cómo ordenar sus ideas, todo lo tenía en sentimientos más que en frases en su mente y no sabía cómo empezarlo—. Bueno... yo lo quiero. —Hyunjin lo miró serio, queriendo entender eso, el niño lucía nervioso como si hubiera dicho algo vergonzoso y es que expresar los sentimientos en esa familia era algo muy extraño y poco común—. ¡Pero! O sea, lo quiero, no como tú, no, no, no, eso no, yo quería a mi novia de esa forma, es solo que... —Hyunjin rio ante su nerviosismo, Seungmin nunca se había expresado así—. ¡No te rías o te pateo!
