—No te entiendo, Hyunjin.
—Shh... no me reclames, no me digas nada, solo por un momento déjame estar a tu lado una vez más, si después de esto me quieres lejos, me iré.
—¡Pero! —se quejó—. Me dijiste que...
—No quiero pensar nada de lo que dije.
—Hyunjin... —se quejó como siempre solía hacerlo y eso aceleró el corazón de Hyunjin, estaba tan cerca de Felix que no quería pensar en que quizá este quería a su estúpido profesor, que quizá lo despreciaba mucho, le tenía asco y todo eso y tampoco quería pensar en que lo mejor era dejarlo ir—. Si vas a pedirme perdón, no quiero oírlo. —Hyunjin tomó su rostro con ambas manos, secando algunas lágrimas con ambos pulgares y mirando sus acuosos y rojos ojos muy de cerca, sintiendo el aliento de Felix rozarle el rostro y sentir sus cabellos rubios hacerle cosquillas en las manos.
Felix llevó sus manos a las muñecas de Hyunjin y éste se percató de las marcas moradas que Felix tenía en ambas muñecas, marcas que él mismo había dejado ese maldita noche.
Había pasado tan poco tiempo y ambos lo sentían como una eternidad de sufrimiento, cada uno a su manera.
—Esto está mal, lo sé —murmuró Hyunjin, más para él que para Felix —. Me siento enfermo.
—Hyunjin, suéltame por favor, no quiero más daño.
—No lo haré —dijo mirándolo a los ojos, acariciando sus mejillas.
—Me haces daño, ¿no ves? —habló con la voz entrecortada—. Quiero que todo termine si va a terminar, no quiero caer en tu juego otra vez... —cerró los ojos suspirando hondo, sentía que no podía mantener la mirada fija en Hyunjin, en alguien que le hacía daño. Sentado en el frío suelo, volvió a dejar caer un par de lágrimas, esa situación lo abrumaba y eso desesperó a Hyunjin.
—No... —dijo, no quería hablar, ni escuchar a Felix, solo quería calmar ese dolor, y solo él podía apaciguar esa molestia en su corazón.
Lo empujó con su cuerpo contra la puerta y Felix se quejó comenzando a forcejear, eso no le era ajeno, sabía cómo era Hyunjin y terminó con sus manos a los lados de su cabeza y con los labios de Hyunjin sobre los suyos, aprisionándolo y siendo rudo en el beso.
Hyunjin no podía controlar esas ganas, no sabía qué era, pero no era puro deseo carnal de buscar penetrarlo, era otra cosa mucho más fuerte, eran sus ganas de consolarlo de darle ese amor que decía Han que tenía por el rubio, quería trasmitirle todo lo que no podían salir con palabras..
Felix se quejó e intentó voltear su rostro, pero no pudo, los labios de Hyunjin encontraban los suyos y los succionaba fuerte hasta que consiguió que abriera la boca y entró en ella con su lengua.
—¡Ahh! —Jadeó fuerte cuando su boca fue liberada y logró liberarse por un momento del agarre de Hyunjin —. Esto no está bien, estas enfermo.
—¿Por qué no? —Preguntó agitado, viendo la acelerada respiración del rubio —. No quiero que estés mal, odio verte así de mal.
—Tú me pones mal, me confundes... —quiso hablar más, pero no pudo, Hyunjin volvió a besarlo y esta vez lo jaló hacia su cuerpo y forcejeó hasta tumbarlo al suelo y ponerse sobre él—. ¡Hyunjin! —gritó reclamando.
Hyunjin quería decirle cosas agradables, pero no podía expresar con palabras las intenciones que tenía de calmarlo, de consolarlo, de ser una pareja normal, de pedirle perdón o algo parecido, arreglar el problema, él no sabía cómo decir alguna cosa que englobara todo eso.
—Te daré placer —fue todo lo que pudo decirle y Felix recordó haber escuchado eso ya antes, en su habitación, cuando este le pidió solo besos y Hyunjin terminó haciendo más que eso y le había dicho justamente que le daría placer.
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BαႦყSιʂƚƚҽɾ ✧⋆ԋყυɳʅιx
Fanfiction--¿Quién eres tú? ¿Qué haces en la cocina y en mi casa? --. El tipo no parecía amable y sus facciones lo decían todo y eso asustó a Felix. --Disculpa. Soy Felix, el nuevo cuidador de Seungmin. --¿Cuidador? --Niñero. --dijo con una mueca de disgus...