Afortunada coincidencia

917 130 4
                                    


Afortunada Coincidencia





Harry demoró un par de minutos en reaccionar, no podía creer lo que acababa de escuchar en los propios labios de su esposo. Le era imposible saber qué decir al respecto, así que tan solo abandonó su asiento caminando de un lado a otro, respirando agitado mientras intentaba procesar la información.


— ¡Es que no puedo creer que me lo hayas ocultado, Severus! —exclamó irritado—. ¡Y menos puedo creer que mantuvieras ese secreto oculto de la gente que más debería saberlo, porque ellos no lo saben! ¿verdad?

— No, Harry, supongo que no.

— ¿Supones?

— Siéntate y te sigo contando.


Harry dudó un instante, pero necesitaba saber así que terminó obedeciendo a regañadientes. Aún repitiéndose en su mente que jamás se hubiera imaginado que Draco Malfoy mantuviera una relación escondida con Fred Weasley.


— ¿Fred lo supo? —quiso saber Harry—. ¿Supo lo de su bebé?

— Por supuesto que lo supo. No inmediatamente por supuesto, su relación fue demasiado breve, solo un par de semanas en el verano previo al sexto año de Draco, luego se veían tan solo en los paseos que podía dar a Hogsmeade. Sin embargo puedo asegurarte que mi ahijado realmente se enamoró.

— ¿Y Fred?

— Creo que también, pero Draco terminó con él a finales del invierno, estaba siendo demasiado hostigado y pensó que no iba a poner en peligro más tiempo la vida de Weasley. Decidió renunciar a él con la esperanza de que pudiera sobrevivir, después de todo, ambos luchaban en bandos opuestos.

— ¿Entonces cuándo se enteró Fred de que Draco tuvo un hijo suyo?

— Cuando Armand apenas tenía un mes de vida. Draco le envió un mensaje protegido con una contraseña que ellos usaban para comunicarse, pero lamentablemente Fred no le creyó, estaba furioso creyéndolo un ser monstruoso que intentó asesinar a Dumbledore. La única respuesta que obtuvo Draco fue una serie de insultos que prefiero no repetir, ese Weasley tenía un vocabulario muy peculiar.


Harry intentó recordar si había notado algo extraño en Fred, pero no, y se sintió culpable por eso, su amigo debió haber estado ocultando su dolor ante la traición del chico con quien salía y mostraba siempre su cara amable para su familia y amigos.


— ¿Eso quiere decir que Fred no conoció a su bebé? —preguntó entristecido.

— No, lamentablemente no pudo ser.

— Dios, es tan injusto todo esto, Sev.

— Lo sé. Pero Fred Weasley recapacitó, Harry. —le informó—. Fue después de Navidad que Draco recibió una carta del padre de su hijo, le pedía que se entrevistasen. Draco se negó, era imposible hacerlo sin poner en peligro la vida de ambos, pero volvió a reiterarle que Armand era suyo. La siguiente carta que recibió venía acompañada por una chambrita roja con una enorme "A" bordada al frente.

— La tradicional manera Weasley de aceptar a alguien en la familia. —musitó Harry recordando cuando recibió su suéter.

— Así parece. Draco refunfuñó sobre lo poco elegante que lucía Armand con esa prenda, pero al mismo tiempo, sonreía orgulloso de vérsela puesta.

— Que dulce esa historia. —dijo enternecido, era extraño imaginar al arrogante rubio tan enamorado.

— Pero con final triste. —prosiguió Severus—. Siguieron carteándose, ambos se juraron estarían juntos cuando todo terminara. Draco me contó que Weasley no le diría nada a sus padres pues ellos continuaban creyéndole un asesino en potencia.


>>Fred le aseguró que atestiguaría a su favor cuando la guerra llegara a su fin, pero Draco no estaba seguro de que fuese una buena idea, temía que le acusaran de hechizarlo. Aún así prefirió no discutir ese punto, todavía estaba por verse qué bando vencería, y de todos modos, ambos tenían mucho por perder, ganara quien ganara. Draco me confesó que pensaba convencerlo de marcharse juntos a otro lado, estaba seguro que ni tú ni los Weasley permitirían que se acercara a Fred.


— Pero yo no...

— Harry, yo sé que no serías capaz de hacerle nada malo, pero ponte en sus zapatos, nunca fueron amigos, se odiaban y después de la muerte de Dumbledore, todavía más.

— A Fred yo le hubiera creído. —musitó titubeante.

— Draco jamás fue demasiado confiado, y ahora tenía a alguien que le importaba más que sí mismo, su hijo. Él simplemente temía lo que pudiera pasarle, tanto por tu mano como por la del Señor Tenebroso. Estaba seguro que ninguno de los dos iba a detenerse a escuchar explicaciones antes de levantar su varita en su contra. Por eso prefería irse lejos con ese Weasley, pero sus planes fueron frustrados cuando Draco tuvo que huir para salvar su vida y la de Armand.

— ... y Fred murió en la batalla de Hogwarts.

— Supongo que Draco se enteró de eso, debió desanimarlo tanto como para olvidarse de regresar al mundo mágico.


Harry notó como su esposo perdía su mirada en el fuego de la chimenea, supuso que los recuerdos debían resultarse sumamente tristes, así que acercó aún más a él para abrazarle.


— Amaremos a Armand tal como lo hubieran hecho sus padres, Severus.

— Eso pretendo, gracias, Harry, sabía que podía contar contigo.

— Incondicionalmente, tonto. —respondió bromeando por un momento y enseguida volver a ponerse serio—. ¿Y entonces iremos ya por él?

— Me preocupa que esté en ese Orfanato muggle. Hubiese querido no tener que hacer uso de la magia para recuperar a Armand, pero no pienso arriesgarme a que nos lo nieguen y empeorar la situación.

— ¿Entonces?

— Iremos mañana a la hora de la comida, fingiremos ir por información para las adopciones, y...

— ¿Lo raptaremos? —preguntó Harry alarmado.

— Haremos lo que esté en nuestras manos, pero Armand tiene que venir con nosotros.


Harry no estaba muy convencido de que fuera una buena idea, pero no iría contra los deseos de Severus, tenía pensado ayudarle y así lo haría, sin importar nada más, ni siquiera el dolor que aún no se iba de su corazón. Cerró los ojos pensando en que quizá no debería haber ilusionado a Adiel con una adopción, ahora iba a ser sumamente difícil decirle que no podría ser posible.


Adoptando un corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora