9(Papá Celoso)

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En La Última Gota, sin planear lo acabó siendo una costumbre cambiar cada tanto de bartender, y como muchas de la decisiones peculiares del bar, la razón era aquella chica de cabellos celestes, la prodigio consentida de Silco. Vander era anterior mente el bartender de La Última Gota por lo que Jinx terminaba teniendo alucinaciones sobre este en el bartender, la primera vez que pasó fue muy comprensible para Silco, el hombre que atendía se parecía ciertamente a su viejo amigo, así que acepto mover lo a otro puesto en sus filas y puso a un chico un poco más joven.

El problema pareció estar saldado, incluso Jinx trataba de fingir que así era, pero tras un tiempo su mente no dejaba de relacionar aquel chico con su antiguo padre por más que no tuvieran nada en común, ella trataba de ignorar lo, pero eso solo hacía que su ilusión adquiriera más fuerza, Jinx tuvo un ataque en medio del bar por esto, Silco no demoró ni un segundo en ir a auxiliar a su hijita, se la llevó con él para calmar la y cambio el bartender nuevamente, le pidió a Jinx que no dudará en decir le su algo no le agradaba, si algo la hacía sentir mal, el no dudaría en cambiar todo el bar solo por ella, por suerte con el tiempo iban haciendo se cada vez menos necesarios esos cambios.

Sin embargo el propio Silco tuvo que cambiar a su bartender actual ya que le servía mejor en otra posición, el chico que había contratado esta vez era un joven, casi de la misma edad que su pequeña, tenía unos 17 años al parecer, quizás un poco más, pero no era tan mayor como los anteriores, eso pareció gustar le a Jinx, quien se dirigía al chico con cierta frecuencia y acaparaba su atención hablando le y jugando con sus manos frente a él, Silco no le veía mucho problema a eso, al menos hasta que noto el tipo de miradas que el chico devolvía a su pequeñita quien no superaba los 15 años, conocía esa mirada y no le agradaba para nada, necesitaba saber de qué hablaban esos dos.

Silco apartó tiempo en sus asuntos para ir a ocuparse de aquella tarea que le parecía mucho más importante ahora, bajo a la parte del bar y pudo notar que en efecto, aquellos dos estaban hablando a solas, el bar estaba lo suficientemente lleno para que los chicos no notarán la presencia de Silco, el hombre aprovecho aquello para acercarse de forma sigilosa a la barra, había más personas sentadas ahí además de Jinx así que no le fue problema pasar desapercibido, Jinx estaba bebiendo la única bebida del bar libre de alcohol, la cual lógicamente estaba destinada a su pequeña, aunque Silco quiso saltar de su escondite al la yugular del chico cuando noto como éste le ponía algo de alcohol a la bebida de su pequeña, sin embargo a la propia Jinx no le gusto para nada el gesto, hizo una chistosa cara de desagrado y le dijo al joven que le pusiera su bebida de siempre.

–no entiendo que le ven de bueno, sabe a cera de oído, aagg

–no es el sabor, es lo que te provoca, pero estás muy chica para entender eso linda

–ni que me llevarás tantos años! No me gusta y ya, yo me quedo con lo mío

–tienes que atreverte a probar cosas nuevas, podrían gustar te, sabes

El chico le hizo ojitos a Jinx y ella sin entender el gesto simplemente le sonrió de vuelta y asintió, Silco si entiendo perfectamente lo que pasaba y por su mente ya cruzaba ya la idea de sacar a aquel chico del bar.

–ya enserio Chop, dijiste que me mostrarías algo impresionante, soy terrible con las sorpresas~ dime qué es

–yo no use esas palabras, pero te aseguro que te sorprendera, pero no puedo mostrarte lo aquí en el trabajo  mi bella Jinx

Jinx soltó una pequeña risa por ese apodo antes de contestar.

–yo puedo sacar mis armas aquí y no hay problema, no es un arma entonces?

–podría decirse que si, y no, es más bien algo para divertirse

–oh! Un juguete?! Me encantan, como logras saber lo que me gusta?

Las aventuras de Silco como padre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora