10+Sorpresa!!! Tatuajes+

705 60 14
                                    

Después de la muerte de aquel "amigo" suyo Jinx se había retraído mucho, cosa que le preocupaba bastante a Silco, pues esa no era para nada la naturaleza de su hija, no al menos desde hace unos años, ahora la veía casi tan decaída como cuando llegó, atendía a sus misiones al igual que siempre, per cuando volvía apenas si decía una palabra y se iba a su habitación enseguida, tenía una actitud muy sombría y a Silco le preocupaba que tomara alguna acción impulsiva por esto, después de todo Jinx nunca se pensaba lo que hacía.

El hombre pensó que lo mejor que podía hacer era ir con su pequeña, hablar un poco con ella si se lo permitía, o solo acompañar la para ayudar la a pasar el mal momento, que sin que está supiera era culpa de él.

Fue así que Silco tras terminar su papeleo del día salió a buscar a su hija, no le había dado ninguna misión ese día, así que supuso que estaría en su habitación-laboratorio, pero cuando llegó a este no la encontró, eso le empezó a poner los pelos de punta al hombre, inmediatamente trato de pensar dónde podría estar su hijita mientras miraba el desastre que había dejado está en el suelo antes de irse, sus cosas antiguas estaban regadas por el suelo, una especie de bengala desarmada, su vieja ropa, un muñeco de conejo que parecía estar empapado con lágrimas y sus granadas más viejas, ese escenario solo preocupaba más al hombre, Jinx sin dudas no estaba bien, y tenía lo que pudiera pasar le por la mente en su estado, el hombre salió corriendo del lugar y empezó a buscar a la chica en los lugares que está solía frecuentar, pero no hallaba ni rastro de ella, ni siquiera interrogando a todos los que estaban bajo su mando lograba dar con ella, algunos dijeron ver la en una dirección, el hombre iba corriendo hacia halla y le decían que había tomado otro rumbo, estuvo dando vueltas unas horas, ya se hacía tarde, el hombre volvió al bar con la esperanza de encontrar la ahí, subió a su despacho un momento para descansar y apenas iba a levantar se al fin vio llegar a aquella niñita que lo hizo recorrer todo Zaun angustiado.

Silco estaba aliviado de ver que Jinx estaba ahí con el y estaba bien, sin embargo, apenas detallo mejor a Jinx se percató de algo muy importante que tenía la menor, Jinx tenía un enorme tatuaje de unas nubes en todo su brazo y parte de su abdomen, Silco nunca se había tatuado nada, pero no era necesario hacer lo para saber el dolor que conllevaba ese procedimiento, ver a su pequeñita con ese enorme tatuaje le proporciono una rabia tal como si la hubiera visto volver de una paliza, cosa que molesto al hombre, pero más se molestó cuando vio llegar a Sevika tras su pequeña completamente relajada mientras su pequeñita venía con esas marcas, no escucho lo que dijo la mujer, solo se levantó de su silla molesto y le dijo.

–fue tu idea?! Tu llevaste a Jinx a que le hicieran eso?!

La morena se quedó pasmada ante aquello, su jefe nunca le había hablando tan molesto, y ella ni siquiera tenía idea de que le estaba preguntando, volteó a mirar a aquella diablilla que parecía solo querer meter la en problemas y entonces vio el enorme tatuaje que tenía, claro ella era la adulta y quién conocía mejor eso lugares, como iba convencía ahora a su jefe de que eso no fue idea suya, la mujer estaba empezando a asustarse cuando para su suerte Jinx contesto con su usual tono relajado.

–fue idea mía, me quedó bien, verdad?

Silco aún con esa mirada de fuego miro un momento el tatuaje y la carita que le hacía Jinx tratando de que convencer lo de no enojarse tanto, y le funcionaba el truco, aunque no del todo Silco se relajo un poco por aquel gesto de su hija, escucho el reporte de Sevika, todo salió bien, le pidió que se retirará y en cuanto estuvieron ambos solos Silco llamo a su hija a su lado, Jinx sin dudar lo se subió en sus piernas abrazando lo, y Silco le tocó con delicadeza el tatuaje que se hallaba cubierto por una malla fina.

–no te duele? ...  Por que te hiciste esto?

–no lo se, pareció una buena idea y lo hice

Silco solo negó con una sonrisa, no esperaba una respuesta más propia de ella que esa, se sentía aliviado de que no hiciera alguna tontería peor y de saber que su pequeñita estaba bien, nada más que eso le importaba, le di un pequeño beso en la frente a su niña y tocó de nuevo el curioso tatuaje.

–esto tiene algún cuidado?

–oh si, me dijeron que debía poner me una crema especial, al menos por hoy, es esta, la estaba leyendo mientras subía

Jinx le pasó la crema a su padre y Silco sin decir le nada empezó a aplicar se la con cuidado en el brazo, en cuanto termino miro su abdomen también tatuado preguntando sé si Jinx también le dejaría ayudar le ahí, para su sorpresa Jinx sin vergüenza alguna se quitó su top, dejando lo al lado, y le mostró todo su pecho y sus tatuajes a su padre, quien le dijo riendose.

–Jinx no puedes tener un poco de pena al menos?

–jajaja para que? Me ayudabas a bañar me cuando llegue, que diferencia hay?

–que ya estás más grande

–y? Qué importa, si no me la pones tú lo haré yo

Jinx tomo la crema y empezó a ponerse la ella misma, pero se la esparcía con tan poca delicadeza que Silco acabo tomando la de nuevo para ponerse la con mayor cuidado.

Las aventuras de Silco como padre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora