part 9. alguien en quien confiar

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"deja que siga mis pasos y acabe el dolor"

(dora)







- ¿Te importa esa humana?

- ¿Isabella?

- Sí, ella. ¿Es importante para ti? ¿Es parte de vuestra familia?

- Para mi... No - respondió Rosalie con sinceridad - Pero para mi hermano si. Y el resto... La aprecian. A pesar de que por ella nos metimos en muchos problemas.

- ¿Por qué os fuisteis?

- ¿Cómo sabes que nos fuimos? - se detuvo para mirarla - Tú no estabas aquí.

- Robert me lo contó - se encogió de hombros - Me dijo que... No debía hablar contigo, que no eras de fiar. Que Isabella lo había pasado mal.

- ¿Y por que no le hiciste caso?

- Porque si hiciera lo que me dicen y no lo que considero, no estaría viviendo mi vida, sino la de los demás.

La rubia sonrió.

- Nos fuimos porque tuvimos un pequeño... Problema con la humana.

- Uno de vosotros estuvo a punto de perder el control.

- ¿Cómo lo sabes?

- La parte animal... - señaló su cabeza - Es muy intuitiva. Sólo era una suposición, pero me la acabas de confirmar.

- Pues sí... Uno de nosotros casi pierde el control. La estúpida de Swan se cortó el dedo y... En fin. Tuvimos que marcharnos. Edward consideró que era lo mejor, y Carlisle le apoyó.

- ¿Por qué volvisteis?

- Mi hermano creyó que Isabella había muerto - Rosalie trató de resumir la historia lo máximo posible - Quiso... Morir - hizo una mueca - Y la humana lo salvó.

Leila tenía muchas preguntas que hacer, pero sabía que no era el momento. Podía sentir la molestia de Rosalie, y no quería contribuir a ella con sus preguntas.

- ¿Y ahora están bien?

- Eso parece.

- ¿No te agrada la idea?

- No me agrada la humana.

- ¿Por qué?

- Porque no creo que sus intenciones sean buenas.

- Ya... - Leila sonrió - Yo tampoco lo creo - murmuró, volviendo a ponerse en marcha.

Cuando llegaron frente a la casa de los Cullen, la pelinegra se detuvo.

- Tenemos que soltarnos - señaló sus manos unidas - O no nos verán.

De poder, las mejillas de Rosalie habrían adquirido una tonalidad rojiza al ser consciente de que había hecho todo el camino unido a la joven de ojos azules. Se soltó con rapidez y, en menos de unos segundos, Alice Cullen ya estaba en la puerta de casa, pegando saltitos de felicidad.

- ¿Qué haces aquí? - quiso correr hacia Leila para abrazarla pero se detuvo al ver la mirada que su hermana le lanzó.

- La pregunta es que haces tú aquí - replicó la rubia - ¿No se supone que tendrías que estar en el instituo? - había decidido llevar a Leila en aquel momento, pues había creído que sus hermanos no estarían, y que ellas se encontrarían a solas con Carlisle y Esme.

- Ya... Puede que haya visto que veníais. Y les haya pedido venir. Estamos todos aquí.

- ¿Todos?

La hija de la Luna {Rosalie Hale}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora