part 17. el amor

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"siento que se ha detenido el tiempo

en el preciso momento en que te has fijado en mi"

(la pegatina)
















El ejército procedente de Seattle que pretendía acabar con Isabella estaba cada vez más cerca. Las horas que entrenaban al día eran cada vez más mayores, y el cansancio estaba empezando a hacer mella en todos aquellos que no eran vampiros.

Pero Rosalie y Leila siempre encontraban un hueco para estar juntas. En esta ocasión se encontraban en la habitación de Leila. Acababan de celebrar su último entrenamiento del día, y Leila solo podía pensar en acostarse, meterse entre las sábanas, y dormir hasta el día siguiente. Pero no tenia muy claro que eso fuera a ser así.

Supo que sus planes se alterarían cuando sintió los dedos de Rosalie realizar un caminado ascendente y descendente de su bajo vientre a sus pechos. Siempre se detenía justo antes de rozar algo indebido, pero la tensión ya empezaba a ser palpable entre las dos.

- ¿Cuanto crees que tardarán en llegar hasta aquí?

- Alice dice que están al caer, aunque no puede darnos una fecha exacta. Simplemente tenemos que estar alerta. Puede ser en cualquier momento.

La mano se detuvo justo sobre la boca de su estómago, pero en lugar de por encima de la ropa, justo sobre su piel. Podía sentir la frialdad de la palma de Rosalie sobre su barriga, y su piel se erizo inconscientemente ante las expectativas que ese movimiento había generado en su interior.

- ¿Isabella sigue empeñada en estar presente?

A pesar de que habían hablado una y otra vez con la humana, tratando de hacerle ver que su presencia en el campo de batalla no sería más que un inconveniente, nada parecía hacer que cambiara de opinión. Decía que aquello era todo culpa suya y que tenía que estar presente. No aceptaba otra posibilidad.

- Edward ha terminado saliendo a su favor - murmuró Rosalie, que se había opuesto por completo a aquella loca decisión tomada por su hermano - Está preocupado por ella pero dice que no la va a obligar a ocultarse. En el fondo tiene la esperanza de que Jacob la convenza de lo contrario, de mantenerse a salvo y lejos del peligro. Aunque ya le dije que eso no iba a ser posible. Si algo es esa humana, es una persona bien terca.

- ¿Ya lleva mejor el hecho de que Isabella se relacione con los metamorfos? - preguntó con curiosidad, intuyendo la respuesta. Vampiros y metamorfos, si bien trabajaban codo con codo con el objetivo de proteger a Isabella, seguían manteniendo una muy tensa relación.

- A ninguno de nosotros nos gustan esos chuchos - arrugó la punta de la nariz de una forma que a Leila le pareció terriblemente tierna. Tuvo que contener el impulso de besarla en aquel momento - Pero creo que ya ha asumida que no puede alejar a Bella de ellos. Al menos no de Jacob. Sobretodo después de todo lo que pasó cuando él se fue.

Leila asintió. La rubia ya le había contado en una ocasión todo lo que había sucedido el año pasado con la humana, desde que Jasper casi se había lanzado a por ella, hasta que Isabella tuvo que ir al rescate de Edward. Todo le había parecido demasiado dramático al principio, pero ahora comprendía que el dramatismo iba en la sangre de los habitantes de Forks. Y de la Reserva, cabía decir. Vivían todo con mucha intensidad, y eso convertía hasta el mínimo inconveniente en algo terrible.

- ¿Crees que podremos contra el ejército? - la respuesta más lógica a aquella pregunta era no. Difícilmente podrían luchar contra una horda de vampiros sedientos, fuertes, que no podrían, ni querrían, controlar sus más bajos instintos. Pero tenía que preguntarlo, tenía que saber cual era su opinión.

La hija de la Luna {Rosalie Hale}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora