part 14. ¿trío?

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"ven, rayo de luna,

suave voz"

(ede)









- Te he echado muchísimo de menos.

La pelirroja recién llegada seguía colgada del cuello de Leila, que había tenido que soltar la mano de Rosalie para evitar perder el equilibrio.

- ¿Dónde están los demás? - se alejó suavemente de ella - ¿O has venido sola?

- Oh, no, estarán por ahí - señaló a sus espaldas - Me quise adelantar - apartó la mirada de la pelinegra para fijarse en todos los demás, y sus ojos brillaron con ilusión al encontrarse con los metamorfos - ¡Que chuchos más lindos! - exclamó, haciendo ademán de ir hacia los metamorfos. Se detuvo cuando uno de ellos, que Leila no reconoció, gruñó en su dirección - Que mal humorados - murmuró, recuperando su posición. Su mirada se dirigió entonces hacia la familia Cullen, deteniéndose sobre la rubia, que seguía con el ceño ligeramente fruncido - Bueno, creo que me gusta más esta rubia que esos chuchos gigantes - comentó.

Leila rodó los ojos ante el comentario, pero ss abstuvo a decir nada.

- Costia - la pelirroja extendió una mano hacia Rosalie, que se la cogió con cierta duda - Un placer.

- Rosalie - se presentó.

- Mi novia - añadió la pelinegra.

- ¿Tú...? Oh, vaya - Costia sonrió ampliamente - Tendré que buscarme otro objetivo entonces... ¡Tomás! No te había visto.

Tan pronto la atención de la pelirroja se centró en el recién nombrado, Rosalie se acercó a la espalda de la pelinegra, susurrando en su oído.

- ¿Todos tus amigos son así de... Intensos?

- Son peores - replicó, sin apartar la mirada de su mellizo, pero sonriendo ligeramente.

En silencio observaron a la recién llegada lanzarse a los brazos de un desconcertado Tomás que no tardó en corresponder al gesto mientras su tío, Robert, se acercaba.

Rosalie, aprovechando que la atención estaba fija en ellos, se situó frente a Leila con una pequeña sonrisa que la pelinegra observó de reojo, sin entender.

- ¿Qué?

- Así que soy tu novia, eh.

La sonrisa de la rubia se hizo más amplia cuando un ligero color rojizo apareció en las mejillas de Leila, justo antes de que esta rodara los ojos.

- Idiota - replicó, golpeando suavemente el brazo de la vampiro - Ya hablaremos de eso.

- Sí, sí, ya hablaremos - apartó su mano, pero esta no tardó en unirse a la de su compañera, que se volvió a girar para, esta vez, encontrarse con la dulce mirada de Esme sobre ambas.

Leila se revolvió nerviosa en el sitio.

- Por cierto - Costia volvió a llamar su atención - Me gusta tu habitación - señaló a la pelinegra - Pero creo que la cama es demasiado pequeña para las dos. Ya sabes que a mi me gusta dormir bien estirada - abrió los brazos con amplitud, dándole un mayor énfasis a sus palabras.

- ¿Te has colado en mi habitación?

- Técnicamente en toda tu casa.

- ¿Cómo...?

- Un sexto sentido. En fin - sacudió la mano, restándole importancia - Tampoco vamos a hablar de ello, ¿no? No queremos que tus amigos piensen que soy una asalta casas - esbozó la más tierna de sus sonrisas mientras su amiga negaba con las comisuras levemente elevadas. Costia no tenía remedio.

La hija de la Luna {Rosalie Hale}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora