part 16. decisiones

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"porque tus ojos no saben mentir,

y me hablan de ti

cantándome al oído"

(la la love you)














- La Bella Durmiente se digna por fin a aparecer.

Leila le lanzó una simple mirada a Emmet antes de dirigirse al sofá, donde se dejó caer.

- No estaba durmiendo - murmuró, añadiendo un "gracias" cuando Esme se acercó a ella con una taza de humeante café. Necesitaba un poco de cafeína para sacarse de encima esa neblina de sueño que parecía rodearla.

La pesadilla de la noche anterior, que tan real le había parecido, todavía estaba muy presente en su mente.

- Robert quiere verte - intervino Costia, situándose frente a ella con cierta impaciencia - Quiere hablar contigo. Y creo que deberías concederle esa pequeña petición.

Dejó escapar un largo suspiro mientras observaba el vapor formar pequeñas gotas sobre el borde de la taza que sostenía entre sus manos. Hablar con Robert no era algo que le apeteciera necesariamente, pues sabía perfectamente lo que le iba a decir: "no te metas en una guerra que no te corresponde". Pero ella ya había tomado una decisión, que tenía más que clara, y no era la primera vez que se lo había hecho saber. Además, después de aquella pesadilla, tenía cosas más importantes en las que pensar.

- Con todo el respeto del mundo, Costia, creo que lo mejor es que no hagas de recadera. No quiero hablar con Robert, al menos no ahora, se que no atenderá a razones, y en estos momentos lo último que me apetece es iniciar una discusión total y absolutamente innecesaria.

- Leila...

- ¿Es mucho pedir un poco de calma?

- No - su amiga terminó callando, comprendiendo que había llegado a su límite - Te esperaremos en casa - se limitó a decir antes de ponerse en pie y alejarse.

Fue entonces cuando la pelinegra sintió la intensa mirada de los Cullen sobre ella. Se agarró a la mano de Rosalie con fuerza antes de girar la cabeza hacia Carlisle.

- ¿Cómo de peligrosos son esos Vulturi con los que he soñado? - sabía que Rosalie les había hablado acerca de su sueño con Caius, por lo que había terminado por confesarle a toda la familia la pesadilla que había tenido, omitiendo la escena de ella misma acabando con la vida del patriarca Carlisle Cullen. Lo había considerado un pequeño detalle completamente innecesario.

- Son como una secta. Tienen mucho poder. Se creen importantes - respondió Edward en su lugar.

- Son importantes - le corrigió el rubio - Y peligrosos. No conviene llevarles la contraria, pero tampoco permanecer a su alrededor. Cuanto menor sea el contacto... mejor.

- No entiendo porque he soñado con ellos. No si quiera los conozco. No estoy vinculada a ellos de ningún modo. Y sin embargo todo... - se estremeció - Todo parecía muy real.

- No tengo explicación para ello - reconoció el vampiro, sentándose frente a ella - Pero no creo que debas preocuparte. Los sueños, al fin y al cabo, son eso, sueños. No son reales. Nunca podrán serlo. No hay un futuro posible en el que te puedas encontrar frente a ninguno de ellos.

Asintió a sus palabras a pesar de no estar muy segura con ellas. Una parte muy honda de sí misma le decía que aquel sueño había sido premonitorio, que era más que posible que esa situación se repitiera en la vida real.

La hija de la Luna {Rosalie Hale}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora