Un Nuevo Comienzo El ciervo,el zorro y la tortuga.

Legado

El estadio se había sumido en un frenesí de locura después del espectáculo del trío, los Jonin de Konoha estaban tratando de reunir a sus estudiantes y evitar que miraran la sangre que Naruto había dejado atrás. Hubo conversaciones de las otras naciones sobre cómo esos tres en realidad habían sido Jonins que fueron colocados en el examen para evitar que alguien muriera y, algunas personas estaban comprando esa historia.

Sin embargo, durante todo el caos, una persona permaneció en silencio, reproduciendo lo que había sucedido, esa persona no era otra que, Orochimaru.

El encuentro que había tenido con los mismos genins de los que todos hablaban, lo hizo creer que esos tres eran personas de interés. Pero esto... lo que acababa de suceder, había solidificado su creencia, sobre todo el rubio, Uzumaki no, Namikaze Naruto, el hijo del hombre que le había ganado en la posición de Hokage, el alumno de su idiota compañero de equipo.

Ese chico podría ser su salvación, su legado y si Naruto se unía a él, los otros dos lo seguirían, el tipo de lealtad que tenían el uno por el otro aseguraba que lo harían.

El Sennin estaba prácticamente salivando ante ese pensamiento, necesitaba a Sasuke por sus ojos, pero quería a los otros tres por sus habilidades, tal talento... Konoha no los merecía, pero él sí, juntos podrían fortalecer al Sonido, convertirla en la nación más poderosa del mundo.

Sin embargo, los niños eran leales a Konoha, al Hokage, y sería difícil influir en su lealtad, sin embargo, afortunadamente, tenía un hombre adentro, Kabuto, quizás él se haría amigo de ellos, los persuadiría poco a poco y los ayudaría a ayudarlo.

Sí, eso era un comienzo. Kabuto se acercaría a ellos durante este mes, vería qué los motivaba y lo usaría para atraerlos a su lado.

El poder estaba al alcance de su mano, solo tenía que agarrarlo con todas sus fuerzas.
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Naruto se derrumbó en los campos del campo de entrenamiento 12 a donde habían llegado, su aliento salía en jadeos a pesar de que la mayoría de sus heridas se estaban cerrando.

Sus ojos se clavaron en las nubes sobre él, su respiración se calmó un poco, durante años, había odiado estar quieto, porque estar quieto significaba que aquellos que deseaban hacerte daño podían encontrarle, sin embargo, ahora apreciaba el suelo debajo de él, cómo soportaba su peso, cómo le permitía relajarse.

¿Ruto? - La voz de Lee hizo que parpadeara e intentara sentarse, pero descubrió que el dolor abrasador a través de su cuerpo lo dejaba bastante débil.

Dos manos fuertes y separadas lo guiaron hasta una posición erguida, dejándolo descansar sobre su apoyo.

Lo hiciste bien, Naruto - Shikamaru dijo en voz baja, tocando los lugares de su chaqueta arruinada donde la arena de Gaara se había abierto paso.

Gracias chicos - su voz sonaba grave y áspera. El chico se sentía más cansado de lo que debería.

El Nara sacó una camisa negra de repuesto que tenía, persuadiendo a Naruto para que se quitara la chaqueta y se la quitó por la cabeza.

Necesitas un médico - Lee comentó a la ligera, observando las numerosas heridas en todo el cuerpo de Naruto, sin embargo su lenguaje corporal era cualquier cosa menos ligero.