Capitulo 08.

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Les ha pasado que un día se despiertan pensado: "Que está mal conmigo"

Hoy Jeongin se hacia esa misma pregunta, ¿qué demonios pasaba por su cabeza? Como termino en una situación como esta, como es que estaba semidesnudo, en una cama que no era la suya, como estaba en una habitación que no era la suya.

¿Y qué demonios es ese ruido?

—¿Ho-hola? —Hablo con un poco de desconfianza, no sabía a qué o quien se estaba enfrentando.

Jeongin se puso de pie, buscando algún indicio de su ropa, pero nada, no hay ni el más ligero rastro de su ropa.

¿Y Ahora que, debería estar todo el día en ropa interior?

—¿Qué haces ahí? —Escucho a sus espaldas mientras estaba hurgando en los cajones de la habitación.

—Ah... Yo. —Jeongin se giró solo para encontrar aquel tipo, con una toalla enredada en la cintura, aun con gotas de agua cayendo de su cabello, pasando por su cuello, y eso le provoco un ligero, pensamiento nada sano. —¿Has visto mis zapatos? ¿o incluso sabes dónde están mis pantalones?

Jeongin abrió sus ojos lo más que pudo, al recordar que si efectivamente estaba en ropa interior frente a un desconocido, muy guapo pero al final de cuentas un desconocido y sexy señor empapado de agua... ¿Qué demonios estaba pensando? Jeongin se dio un golpe mentalmente y trato de cubrirse.

—Mmm Zapatos. —Hyunjin, camino hasta pasar a un lado de Jeongin, mientras se dirigía al peinador, sacando de ella un par de calcetines y un boxer.

—Si, mis zapatos. —Contesto, con un tono de voz cansado.

—Déjame ver si entendí. —Hyunjin se giró para observar a Jeongin y le indico con su mano que se diera la vuelta para que no le viera. —¿Estas casi desnudo en mi cama, después de que te pusiste muy, MUY ebrio y solo preguntas por tus zapatos? —Jeongin asintió con su cabeza intentando no voltear a ver al mayor. —¿Los mismos zapatos que arrojaste ayer por la ventanilla del auto, luego de gritar "Toma tus estúpidos, y feo zapatos, no necesito nada de ti" o también "Ni eran tan bonitos" si supongo que...

—¿Qué yo hice qué? —Pregunto escandalizado dándose la vuelta, viendo a Hyunjin totalmente desnudo, mientras intentaba ponerse su bóxer, Jeongin le vio con la boca abierta provocando que se quedará a media oración.

—Que los tiraste, mira Jeongmin, —Y si lo llamo Jeongmin. —Yo sé que soy muy sexy y todo eso, pero aún me incomoda que me veas así con tanta ¿Lujuria? —Dijo algo burlón al ver como este se quedó callado, al verlo así, desnudo, mientras se terminaba de colocar los calzoncillos.

—¡¿Qué?! ¿Aca-acaso estás loco? —Tartamudeo Jeongin sin quitar la vista en las partes íntimas de Hyunjin.

—Ah- Acaso estás loco. —Imito la voz de Jeongin.

—Cállate, porque no me interesaría ver a un viejo como tú. —Contesto volviendo a darse la vuelta.

—No se quizá porque ayer solo insistías en besarme, en tocarme, casi me violas A MI. —Dijo levantando su voz llevando su mano a su propio pecho. —Él mismo viejo que estás viendo. —Hyunjin dio 3 pasos largos solo para acercarse lo suficiente a Jeongin y tomarlo por las caderas y acercarse a su oído y susúrrale. —Señor arrogante, por favor déjeme pasar esta noche con usted. —Hablo intentando hacer la voz más aniñada que pudo y cuando sintió el cuerpo de Jeongin tensarse bajo su tacto le dejo con una risita socarrona. —Da gracias que soy un caballero y no me acosté contigo en esas condiciones niño, tampoco es como si me produjeras algo al tener aliento a alcohol y olor a vomito, dios solo dabas asco.

Jeongin solo apartó la vista apenado, ¿Enserio había hecho eso.

—Yo creo que mejor me voy. —Jeongin intento salir corriendo, pero el agarre en su brazo no le permitió dar más de 3 pasos.

—No, tu ya eres mío. —Susurro con una voz totalmente distinta, quizá hasta sexy. —No iras a ningún lado hasta que yo lo permita, por ahora ve y resuelve tu problema que tienes entre las piernas, y más tarde te quiero ver en el despacho, iré a trabajar no me esperes, te mandare a llamar cuando llegue, tu ropa está en la lavandería no tardan en tráela.

Hyunjin soltó el brazo de Jeongin, y este aprovechó para salir corriendo a la ducha.

Hyunjin termino de cambiarse eligiendo entre los 50 trajes que tenía en el clóset, los zapatos negros que hacían juego con su corbata, y cuando escucho que el agua dejaba de correr, salió de la habitación.

—Señor Hwang, ¿Va a desayunar? —Pregunto una de las empleadas, más vieja que trabajaba para Hyunjin.

—No, al niño en mi habitación no lo deje salir, llévele su ropa y el desayuno, volveré después de las 4 de la tarde. —Pidió observando a la anciana.

La empleada asintió a todo lo que Hyunjin le pidió y cuando lo vio salir de la enorme puerta fue hasta la cocina, viendo el desayuno que había preparado para el señor Hwang.

¿Cómo es posible que olvide su propio cumpleaños?

Observo la gigante charola con panqueques y jugo de naranja frente a ella y sonrió por lo tonta que podía llegar a ser.

Hwang Hyunjin, ya no era un niño, ya no quería más figuritas infantiles en sus panqueques y la gran montaña de crema batida sobre ellos.

Y desde que le habían roto el corazón, odia los panqueques.

Quizá porque aquella persona siempre le preparaba panqueques antes de que se fuera a trabajar.

Jeongin salió de la ducha, si mal no recordaba la ropa interior estaba en el cajón derecho del peinador y todo lo demás debería estar en algún otro lado.

Sin pensarlo dos veces tomo aquellos calzoncillos azules con figuritas infantiles, si fueron los que más le llamaron la atención y los que más grandes se miraban, pues comparando traseros con Don arrogante claro que sería muy difícil que entrara en uno de los bóxer de licra que había.

Tres toques en la puerta le hicieron saltar de pánico, se cubrió con la toalla, una joven de no más de 18 años ingreso y dejo la ropa de Jeongin sobre la mesita más cercana, sin levantar la vista, o siquiera saludarlo salió.

Jeongin se encogió de hombros tomando su ropa y poniéndosela con toda la calma del mundo hasta que sus tripas gruñeron indicando que Moría de hambre.

Estaba listo, solo faltaban dos cosas:

Calcetines y zapatos.

Pero si algo de lo que el señor Hwang le dijo, era verdad es que sus zapatos ahora estarían en media carretera al igual que su celular.

Volvió al peinador y luego de buscar en 3 cajones encontró un par de calcetines, después busco otro poco, y encontró el paraíso.

El armario del señor Hwang era del triple del tamaño de su habitación.

Enloqueció buscando unos zapatos, tomo los que más viejos y desgastados se miraban y se los puso, le quedaban algo grandes, pero nada que doble calcetín no arreglara.

Bajo las escaleras y un olor de comida llego a su nariz, corrió como niño en juguetería hasta llegar a la cocina, sentándose en el primer banquito que vio.

—Oh panqueques. —Hablo emocionado cuando vio la forma infantil de estos, y sin dudarlo dos veces comenzó a comerlos...

Aquella anciana le miraba con ojos grandes.

¿Qué hacia un joven, aquí?

O peor aún.

¿Por qué después de tanto tiempo Hyunjin volvió a traer a alguien a su casa?

Aquella anciana se quedó boquiabierta observando cómo se atragantaba Jeongin con la comida entonces supuso que ese niño había pasado hambre.

Por qué comió, los panqueques de Hyunjin.

Luego pidió más.

Después pidió huevos con tocino.

Y por último una manzana.

Entendía porque Hyunjin lo trajo.

Era un joven hermoso.

Apostado. •HYUNIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora