Capitulo 21.

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Hyunjin.

Todo en la vida tiene sus cosas buenas y cosas malas, así es Jeongin, puede ser bueno pero también tiene cosas malas.

Puede ser perezoso, holgazán, sincero, directo sobre todo directo, no puedo decir si eso de él es una cualidad o no, porque prácticamente te dice "tengamos sexo" sin ninguna sutileza y me encanta.

También es responsable, amoroso, cariñoso, sexoso, sexy, guapo, podría decir que buen cocinero, lindo, tiene buen trasero y unos labios muy carnosos.

No sé en qué momento cambio mi forma de verlo, cuando llego a casa, cuando vi su foto, una apuesta sin sentido, jamás creí que él en realidad aceptaría venir conmigo, sin embargo esa noche Jeongin vino por cuenta propia.

Ya no era solo un juego entre su padre y yo, ahora lo quería, lo quería a mi lado para siempre.

Hubo un momento en que lo vi desplomarse por un hombre, por un amor, entonces sabía que debía protegerlo, debía estar con él siempre, amarlo, cuidarlo, y sobre todo que él se enamorase de mí, porque no quiero que vaya tirando mis regalos por las calles cuando este ebrio, tampoco quiero que termine en casa de un extraño que tiene ideas locas con él.

Quizá un principio solo quería acostarme con él, pero eso cambio tan rápido, que ahora no sucederá yo nunca lo dejare ir.

—Oh nada, ahora que estoy semidesnudo deberías hacer lo mismo, digo 3 semanas sin sexo es mucho. —Dije con obviedad y es que desde que conocí a Jeongin sé que es un adicto al sexo, entonces lo usare a mi favor.

—Bastante diría yo. —Contestó Jeongin quitándose su pijama, arrojándola a alguna parte de la habitación.

—Espera. —Dije justo cuando sentí sus manos jalarme hacia el provocando que cayera encima suyo.

—¿Ash ahora qué? —pregunto con frustración, frustración sexual diría yo.

—Tenemos 5 sentidos, ¿cierto? —Él asintió aun sin entender. —¿Si pudieras salvar 3 de ellos cuáles serían? —pregunté observando su rostro arrugando el entrecejo.

—¿Es importante que conteste? Porque estamos en una situación algo caliente y no quiero hablar sobre eso. —Respondió besando mi cuello, paseando sus manos por mi cabello, lo disfruté pero aún tengo que castigarlo así que lo aleje. —Vista, el tacto y el oído supongo. —contestó con obviedad.

—Justo los que imagine. —Susurre acercándome a sus labios, dejando pequeños besos en todo su rostro.

Suspiró cerrando sus ojos, disfrutando cada toque que daba a su cuerpo.

—Me detendré aquí. —Susurre cerca de su oído.

—¡Que no! No puedes. —Dramatizo cuando me vio recoger mi camisa.

—Saldré por una hora, cuando regrese quiero que estés bañado, no te preocupes en ponerte la ropa, de igual forma te la quitare. —Acomode mi camisa abrochando los botones. —Dejare esto por aquí, lo necesitare en una hora. —Coloque mi corbata en su mesita de noche, Jeongin seguía viéndome con el entrecejo fruncido mientes hacia pucheros. —También dile a los ayudantes que hoy no trabajan, no quiero a nadie en casa.

—Hyunjin volverás ¿cierto? —pregunto mientras se ponía de pie, buscando su pijama.

—Lo hare garrapata. —Sonreí y salí de la habitación, vi a Ana con una bandeja de comida, mientras salía del cuarto de Jeongin.

—Buenos días, joven amo. —Saludo como siempre tan rara.

—No entre. —Conteste cuando vi su intención de abrir la puerta de Jeongin.

—No creo que lo quiera ver desnudo.

Ana soltó un grito de susto, o algo parecido y cerro de inmediato.

—Claro. —Dio media vuelta empezando a caminar de regreso a la cocina donde se la vivía.

—Ana antes de irte prepara bocadillos, tantos como sea posible, fresas, durazno, chocolate todo lo que suela gustarle al Jeongin, una vez listo te vas, no le des de comer a Jeongin, lo quiero con el estómago vacío para cuando llegue.

—Ana asintió en silencio y siguió su camino.

Llegue hasta mi auto, había pensado en hacer esto hace mucho tiempo ya, pase la noche pensando en qué hacer con Jeongin, quiero castigarlo de alguna forma, pero también quiero que disfrute mis castigos tanto como yo, así que tras pensarlo toda la noche llegue a la conclusión de hacer lo que suele hacer una pareja masoquista, digo el niño está loco, le gustará.

Conduje hasta llegar a la empresa, con suerte estaría terminando en 20 minutos y regresaría a casa.

Jeongin.


Observe la hora por decima vez, faltaba menos de 10 minutos para que se cumpliera la hora que Hyunjin dijo que esperara, tenía ganas de estar con él y también hambre, no sé por qué demonios Ana no me permitió comer, pero estaba preparando un gran banquete, se me hizo agua la boca cuando vi todo lo que hacía.

Fresas.


Chocolate.


Queso.


Durazno.


Piña.


Manzana.


Bombones.

Dios era el cielo, solo alcance a robar un par de cada cosa sin ser descubierto regrese a mi habitación, quizá debería empezar a desnudarme.

No quiero perder el tiempo.

Observe por el gran balcón en mi habitación, aún no había rastro de Hyunjin, la casa estaba tan silenciosa que me daba escalofríos.

Puse un poco de música en mi celular y me coloque los audífonos, me saque la ropa por completo, por un segundo me sentí avergonzado y me cubrí, con las sábanas blancas.

Estas empezaron a rosar con mi entrepierna, un escalofrió recorrió mi columna mandándome mil sensaciones nada sanas, la música a aún volumen alto, yo desnudo y algo excitado, no era algo bueno.

Tome una moneda y la arroje al aire, atrapándola antes de que cayera al suelo.

—Cruz, esperar a Hyunjin, mientras me duermo un rato. Cara, masturbarme un poco, para no aburrirme mientras espero.

Mi mente deseaba tanto que fuera cara que solo arroje la moneda lejos de mi sin ver que era, y empecé un leve vaivén con mi mano sobre mi miembro, no supe en qué momento ya estaba tan excitado, me retorcía del placer, pero cada vez me hacía falta más, cerré los ojos tan fuerte, mientras mordía mis labios intentando acallar mis gemidos, que debían ser fuertes si podía escucharlos aun, con los audífonos puestos.

Unos segundos más masturbándome y ya me estaba viviendo en mi mano, solté un suspiro de alivio, abriendo los ojos, y quitándome los audífonos.

—Veo que empezaste sin mi garrapata. —Escuche y de inmediato lleve mi vista a la puerta ahí estaba Hyunjin parado, con cara de deseo total.

Solo pude sentir mi rostro arder por la vergüenza.

Apostado. •HYUNIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora